Clanes de Luna Nueva: Greys © [Pausada]

Capítulo 1: Nueva familia

Capítulo 1: Nueva familia

Luna Olsen sabía con absoluta certeza que no podría volver a sonreír nunca más. Ni siquiera lo había intentado, así que no tenía ningún sentido esforzarse. Eso pensaba mientras preparaba la maleta para ir a vivir con su supuesta nueva familia. En cuanto había llegado al despacho y la directora había hecho la formal presentación, el hombre y la mujer, que ya sabía cómo se llamaban, Rosie y Marlon Carstairs, habían corrido a abrazarla, felicitándola primero por su cumpleaños y expresando lo contentos que estaban de que fuera a vivir con ellos. Luna los miró a los ojos, indiferente. Preguntó en voz alta con voz monótona si podía retirarse y la directora, algo confusa, le dio permiso y le ordenó que preparara su maleta, lo que estaba haciendo en esos instantes.

Cuando hubo terminado, se dispuso a peinar su largo cabello, despeinado durante semanas por la dejadez. Luna Olsen era muy bella, aunque no se considerara así ni mucho menos. Pelo rojizo acorde con sus ojos color crema. Delgada y bajita, de tez pálida.

Se miró al espejo antes de salir por la que había sido su habitación durante siete años. Pudo notar las ojeras que se formaban por debajo de sus ojos, y sus mejillas sin un toque de color. Parecía un fantasma, pero no le importaba. Ya nada le importaba.

Salió a la puerta del orfanato, donde la esperaban la pareja. No se despidió de nadie, pues no es que hubiera hecho muchos amigos. Con su hermana le bastaba siempre, así que no se preocupó en congeniar con nadie, a pesar de los muchos intentos que los jóvenes habían hecho por acercarse a ella.

Se despidió con un corto abrazo de la directora y se subió en el coche de sus nuevos padres. Le dirigieron una sonrisa que no fue devuelta y arrancaron el coche.

El viaje duró aproximadamente tres horas. En ese tiempo. Luna se dedicaba a mirar por la ventana el paisaje cubierto de verde. Se encontraban en Escocia, donde había vivido toda su vida, junto con sus padres biológicos, que ella consideraba muertos, y en el orfanato. Amaba ese sitio, pues lo que más le gustaba era correr libre por las praderas florecidas y llenas de verde. Un mes antes de la muerte de Tala, la directora les había permitido salir dos horas al pequeño bosque que se encontraba al lado del orfanato. En ese tiempo, Luna y su hermanita fueron las niñas más felices del mundo.

Pasadas las tres horas, llegaron a una casa enorme ubicada en el centro de un bosque. Luna tuvo que reconocer que ese sitio le gustaba. Era como un sueño, pero ya no sería lo mismo sin su hermana, como todo lo demás. Se bajó del coche y se quedó mirando la casa. Era grande, de eso no había duda. Las ventanas de cristal ocupaban la mayor parte de la parte delantera, por lo que se podía ver el interior de la vivienda con facilidad. La pareja se percató de cómo la joven admiraba la casa y se sonrieron mutuamente con una mirada de complicidad. La invitaron a pasar y al hacerlo Luna admitió que por un momento se quedó sin respiración. Era hermoso, desde la alfombra de piel que decoraba la entrada hasta los originales cuadros que decoraban las paredes, las ventanas que daban paso al exterior, donde se divisaba el frondoso bosque, y las puertas de madera untadas en barniz.

La guiaron por los largos pasillos de la casa, subiendo una escalera de caracol, también de madera, hasta llegar a una puerta. La abrieron e hicieron que entraran.

―Esta es tu habitación ―le habló Rosie, la mujer, con una radiante sonrisa.

Luna se limitó a observar la estancia. A la izquierda se encontraba la cama cubierta por un edredón blanco. Internamente lo agradeció, pues era Noviembre y algo de calor por las noches venía bien. Al lado de esta había una pequeña mesilla de noche con una lámpara. En la derecha de la habitación, en la esquina, se encontraba un gran armario, también de madera. Las paredes eran blancas. Lo que más le llamó la atención fue que de las cuatro paredes, dos eran de cristal, por tanto se veía el bosque en todo lo amplio. Se dio la vuelta y miró fijamente a la pareja que a partir de ahora sería su nueva familia.