11.

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Lydia caminaba de la mano de Stiles por las calles de Londres. Sentía que toda su vida había estado perdida sin él, pero ahora ya nada era así. Ahora se sentía segura y a gusto. Como si todas sus acciones la hubieran conducido hasta él.

-¿En qué estás pensando? -le preguntó el chico cuando se pararon a tomar algo en una cafetería.

Lydia miró a Stiles un momento antes de responder.

-Pienso en cómo hemos cambiado a lo largo de los años -le contestó. -Yo era una estúpida que solo se preocupaba por lo que pensaran de ella. La apariencia lo era todo, por eso salía con Jackson. No era capaz de ver más allá de lo que tenía delante hasta que os encontré a vosotros. Gracias por hacerme abrir los ojos, Stiles.

Él se acercó a ella y la besó dulcemente. Lydia se entregó al beso como si fuera la primera vez que sus bocas se tocaban. En realidad, así lo sentía: cada beso era un mundo nuevo, y esperaba que le quedaran muchos por descubrir.

Cuando se separaron, Lydia sonrió.

-¿Y en qué piensas tú? -dijo recorriendo con sus dedos los labios del chico.

-En el día que te vi por primera vez.

*9 años atrás*

-No corráis al salir, chicos -les pidió la profesora cuando sonó el timbre del recreo, pero casi todos los niños se habían levantado ya de sus sillas y salían gritando al patio.

Stiles, sin embargo, se lo tomó con calma. Guardó sus cosas en la mochila mientras observaba desde la última fila a la niña nueva, sentada cuatro filas por delante de él.

En realidad, no tenía por qué guardar las cosas; luego tenía que volver a esa misma clase, pero fue lo único que se le ocurrió para tardar más y poder salir a jugar con ella.

Veía su melena rubia rojiza desde detrás, muy larga para los ocho años que tenía. Stiles podía asegurar que nunca había visto un color de pelo tan bonito. Todas las niñas era rubias o morenas, por eso, cuando ella había entrado por la puerta aquella mañana, Stiles no había podido evitar mirarla como si estuviera viendo amanecer.

Ni siquiera sabía cómo se llamaba, solo sabía que quería hablar con ella. Así que, reuniendo todo el valor que pudo encontrar, se acercó a su mesa cuando ella acabó de recoger.

-Hola -le dijo con una sonrisa tímida.

-Hola -ella le sonrió de vuelta, lo que hizo que el niño se sonrojara. Estaba hablando con una chica; Scott y él nunca hablaban con chicas.

-¿Cómo te llamas? -se atrevió a preguntar al fin.

-Soy Lydia, ¿y tú?

Stiles iba a contestar cuando Nancy entró en la clase llamando a Lydia.

-Vamos, Lydia, te quiero presentar a mis amigas -la cogió de la mano y se la llevó de allí sin que ella pudiera cuestionar nada.

Stiles vio cómo Lydia le dirigía una mirada de disculpas mientras la tonta de Nancy la sacaba a rastras de la habitación.

-Me llamo Stiles -dijo en un susurro, ya que nadie podía oírle ya.

Le gustaba Lydia, estaba seguro. Quería conocerla y que ella le conociera a él, hacerse su amigo y poder confiar el uno en el otro. Sabía que podría conseguirlo.

No imaginaba que tendría que idear un plan de casi diez años para poder estar con ella.

-Madre mía -Lydia se puso una mano en la boca. -¡Soy una persona horrible!

Stiles rió ante la reacción de la chica cuando le contó cómo vivió el día en que se conocieron.

-Te pregunté tu nombre y me fui sin averiguarlo -continuó Lydia, estaba avergonzada. -Y al día siguiente ni me acordé... debiste odiarme.

-Nada de eso, Lyds -le contestó Stiles. -A cada día que pasaba me enamoraba más de ti, ya sabes, tenía un plan para conquistarte -rió.

-Pero...

-Fuera como fuera -la interrumpió, -nos hicimos amigos, muy buenos amigos. Hasta me besaste en los vestuarios -Lydia se rió recordando el momento. -Y ahora estamos juntos, Lyds, y eso es todo lo que he querido siempre. Así que no te preocupes por el pasado, porque el ahora es lo que importa.

Lydia escuchó sus palabras y decidió hacerle caso, sin embargo, añadió algo más.

-Está bien, puedo olvidar lo mal que me porté contigo de pequeños, pero tienes que dejarme compensártelo.

Stiles alzó una ceja y la miró, divertido.

-Me gusta cómo suena eso -dijo. -¿Y cómo piensas hacerlo?

-Es una sorpresa -sonrió. -Aunque no creo que supere a tu plan de diez años para conquistarme.

-Eso nunca -dijo Stiles antes de darle un beso.

Salieron de la cafetería cogidos de la mano y se dirigieron hacia el hostal. No habían dado ni dos pasos cuando una voz muy familiar para ambos llamó a Lydia.

Se pararon en seco y se dieron la vuelta lentamente.

-Hola, Jackson -dijo ella incómoda. -No esperaba verte aquí.

-Es curioso que digas eso, porque vivo aquí.

-¿Qué tal estás? -preguntó Stiles por pura formalidad.

-Pues estaba bastante bien hasta que he pasado por delante de esta cafetería y he visto a mi chica besando a un pringado.

Lyida abrió mucho los ojos, desconcertada. Vio cómo Stiles reaccionaba de manera parecida.

-No soy "tu chica", Jackson -soltó Lydia. -Hace tiempo que dejé de serlo. Y Stiles no es un pringado, ya te gustaría a ti llegar a ser como él.

-¿Como este? -bufó, señalando al chico. -No lo creo.

-Basta ya -Lydia estaba enfadada. -Déjanos en paz y vuelve por donde has venido, Jackson.

-Lo haré si quiero -el chico se acercó a Lydia y le cogió una muñeca con fuerza.

Lydia se quejó, intentando apartarse, pero él era más fuerte. Stiles, sin embargo, no tardó ni un segundo en alzar los brazos y empujar a Jackson para alejarlo de Lydia, soltándola.

-¿No la has oído? -gritó. -Ha dicho que nos dejes en paz.

Jackson lo miró y soltó una pequeña risita antes de darle un puñetazo en toda la mandíbula.

N/A

Amo este capítulo bcs el flashback.

Ya está, eso era todo.

Love you,

-Hel

Can't fight this feeling || StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora