Capítulo 2

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Me desperté en una habitación de madera, no muy grande, solo tenia la cama, un armario y una ventana... ¿Qué hacía aquí? Hasta la habitación compartida de mi instituto era más grande. En ese momento oí pasos y se abrió la puerta, los rayos de sol que se filtraban a través de la ventana me dejaron ver al chico alto, moreno y musculoso que entraba, su cara me sonaba...

-Buenas tardes dormilona. -dijo con una sonrisa de lado mientras se sentaba a los pies de mi cama y me entregaba un brick de zumo-

-Mmm... ¿Buenas tardes? ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? -empezaba a ponerme histérica, no conseguía ponerle nombre a esa cara-

-¿No te acuerdas de lo de anoche? -me miró sorprendido-
En ese momento recordé oír golpes, él que me decía que saliera por la ventana y alas... Alas. ¿Era un ángel? Porque sus alas creo que eran del color de la noche...

-Vale, por tu cara creo que empiezas a recordar cosas... ¿Te acuerdas de como me llamo o como llegamos aquí? -inquirió él algo nervioso-

-Sí, creo que sí. Supongo que me trajiste tú aquí, volando. Y... Eras Kurt, de Connecticut. -Al oir eso sonrió-

-Vaya, parece que ya estás al día. Al final del pasillo a la derecha hay un baño donde tendrás toallas limpias y todo eso.

-Vale... -iba a irse cuando le pregunté lo que me llevaba rondando por la cabeza desde que me he despertado- ¿Dónde estoy? Bueno, mejor dicho, ¿Dónde estamos?

-Duchate y cuando salgas, baja las escaleras y ven al salón, te lo explicaré todo. -abrió la puerta y se fue. Parecía que fuera militar, pero no podía ser lo porque sino... ¿Qué hacía en mi instituto?

Me duché y lavé el pelo, como no había secador me tocó salir con el pelo mojado, me iba a resfriar seguro. Una vez me vestí seguí las indicaciones del tal Kurt, el nombre no le pegaba... No sé.
La escalera también era de madera y crujía un montón así que él o... Los que vivieran allí ya se habrán enterado de que estaba bajando.
El salón estaba a cuatro pasos de las escaleras, entré y lo vi, era una estancia bastante grande, con una chimenea en el centro y tres sofás negros con pinta de ser muy confortables alrededor. Tenía una puerta que al parecer daba a un jardín o una terraza o algo. Allí estaban Kurt y dos chicas.

Caos. Pero llamemoslo vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora