Me desperté en una habitación de madera, no muy grande, solo tenia la cama, un armario y una ventana... ¿Qué hacía aquí? Hasta la habitación compartida de mi instituto era más grande. En ese momento oí pasos y se abrió la puerta, los rayos de sol que se filtraban a través de la ventana me dejaron ver al chico alto, moreno y musculoso que entraba, su cara me sonaba...
-Buenas tardes dormilona. -dijo con una sonrisa de lado mientras se sentaba a los pies de mi cama y me entregaba un brick de zumo-
-Mmm... ¿Buenas tardes? ¿Quién eres? ¿Dónde estoy? -empezaba a ponerme histérica, no conseguía ponerle nombre a esa cara-
-¿No te acuerdas de lo de anoche? -me miró sorprendido-
En ese momento recordé oír golpes, él que me decía que saliera por la ventana y alas... Alas. ¿Era un ángel? Porque sus alas creo que eran del color de la noche...-Vale, por tu cara creo que empiezas a recordar cosas... ¿Te acuerdas de como me llamo o como llegamos aquí? -inquirió él algo nervioso-
-Sí, creo que sí. Supongo que me trajiste tú aquí, volando. Y... Eras Kurt, de Connecticut. -Al oir eso sonrió-
-Vaya, parece que ya estás al día. Al final del pasillo a la derecha hay un baño donde tendrás toallas limpias y todo eso.
-Vale... -iba a irse cuando le pregunté lo que me llevaba rondando por la cabeza desde que me he despertado- ¿Dónde estoy? Bueno, mejor dicho, ¿Dónde estamos?
-Duchate y cuando salgas, baja las escaleras y ven al salón, te lo explicaré todo. -abrió la puerta y se fue. Parecía que fuera militar, pero no podía ser lo porque sino... ¿Qué hacía en mi instituto?
Me duché y lavé el pelo, como no había secador me tocó salir con el pelo mojado, me iba a resfriar seguro. Una vez me vestí seguí las indicaciones del tal Kurt, el nombre no le pegaba... No sé.
La escalera también era de madera y crujía un montón así que él o... Los que vivieran allí ya se habrán enterado de que estaba bajando.
El salón estaba a cuatro pasos de las escaleras, entré y lo vi, era una estancia bastante grande, con una chimenea en el centro y tres sofás negros con pinta de ser muy confortables alrededor. Tenía una puerta que al parecer daba a un jardín o una terraza o algo. Allí estaban Kurt y dos chicas.
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Caos. Pero llamemoslo vida.
FantasySira en un año vivirá una serie de sucesos que le cambiarán la vida para siempre. Su amigo de la infancia le oculta algo, ¿Lo hará por su bien? ¿Por amor?