Capítulo 15

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Cuando por fin había conseguido dormirme, me pareció oír que alguien intentaba abrir la puerta torpemente, sería el padre de Eric, así que me entró el pánico por lo que podría pasar y fui escaleras arriba justo cuando abrieron la puerta. Efectivamente era César, por suerte no encendió las luces, sino me hubiera descubierto subiendo los últimos tramos de escalera.
Llamé a la puerta, no obtuve respuesta así que metí la cabeza por la puerta.

-¿Eric? ¿Estás despierto? -dije entrando de una vez dentro de su habitación, abajo se oyó un ruido de cristales rotos y mi amigo dio un salto en la cama-

-Por belcebu, ¿Os habéis empeñado todos en darme un infarto esta noche?
-Yo...

-Mi padre ya ha llegado, ¿no? -rió- se carga un vaso todas las noches que sale a emborracharse y luego no encuentra alcohol en casa, suele ser una vez por semana. -nos reímos los dos, se sentía bien reírme con mi mejor amigo después de tanto tiempo- Anda, ten y ven a dormir conmigo. -se quitó la camiseta que llevaba y me la tiró. Mientras me cambiaba él me hacía un hueco en la cama-

Cuando me puse su camiseta me recordó los viejos tiempos, bueno, no eran tan viejos porque no llevábamos tanto tiempo sin hablar.
Me senté en la cama para acabar de quitarme los pantalones. Mierda, me había dejado los tacones en él salón... Bueno, no pasaría nada porque César no sabría si serian míos o de cualquier otra tía de las que ahora babean por Eric. No se porque me molestaba tanto eso ahora.
Eric me quitó de mi ensoñación cuando pasó su brazo alrededor de mi cintura y me atrajo hacia él, se tumbó boca arriba y yo apoyé mi cabeza en su torso ahora desnudo, el gimnasio si que había hecho efecto rápidamente... Alargó un brazo para tirar de la colcha y taparnos para luego rodearme la cintura otra vez.

-Te he echado de menos... -dije con un suspiro. Lo había dicho sin pensar pero era la verdad, ahora me sentía mejor-

-Yo también te he echado de menos, pequeñaja. -con la otra mano me pellizcó la punta de la nariz, eso provocó que nos riéramos pero paráramos en seguida por si aparecía su padre. Y al momento, nos dormimos los dos-

Cuando desperté estaba de cara a la ventana con Eric pegado a mi espalda rodeandome con sus fuertes brazos.
Mi misión de hoy era averiguar que le había pasado este tiempo, el porqué de los moratones y la pelea con Alex. Pero eso tendría que esperar, quería seguir así un rato más, no estaba tan feliz y tan tranquila desde hacía mucho. ¿Me estaría empezando a gustar Eric otra vez? No sentía esto desde que estaba con Javier, mi ex. Eric me gustaba desde pequeña, dicien que el roce hace el cariño... Pero a él nunca le había gustado una chica y cuando fuimos al instituto demostró que era gay saliendo con varios chicos a escondidas. Entonces dejó de gustarme y me fijé en Javier, un jugador de fútbol muy popular y que solo salió conmigo porque había hecho una apuesta con sus amigos, durante medio año, si eso no es ser retorcido... Y Eric estuvo ahí, en todo momento.

De repente noté frío allí donde los brazos de Eric habían estado, me quejé, él río y volvió a abrazarme y darme un beso en el hombro.

Caos. Pero llamemoslo vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora