Ojitos tristes

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Un rato después todos se marchan de la casa de Ana porque aunque están en fiestas tienen cosas que hacer el día siguiente. De pronto se quedan solos. Incluso Álvaro ha desaparecido pero sospechan que no está mal acompañado

- Sabes que estamos solitos no? –dice Jesé- me enseñas tu cuarto?

- Mmm... puede ser –susurra Ana- no ha entrado ningún chico salvo mis hermanos sabes?

- Osea que es virgen el cuarto?? Jaja dirigeme que yo me encargo de solucionar eso contigo –besandole el cuello

Suben a la habitación de Ana entre besos y abrazos, la ropa se pierde por el pasillo y ya en el dormitorio vuelven a ser uno varias veces

- Es cómodo tu colchón y huele a ti –dice Jesé

- En realidad ahora mismo huele a mi, a ti, a sudor y a sexo –confronta Ana riendo- me encanta la cara que has puesto

- Creo que tendríamos que haber ido al hostal porque van a venir tus padres y no quiero que piensen que he pervertido a su hija

- Ya lo has hecho, lo de pervertirme digo jaja –besándole- y lo de ir al hostal no te lo aconsejo hasta dentro de un rato a no ser que quieras hacer una orgía con Álvaro y Mery

- Joooder con el rubito, ha ido directo al turrón jaja –se rie Jesé

- Mery literalmente me acaba de amenazar con que no vayamos, mira te leo: ¨como se os ocurra venir en menos de una hora a ti o al canario, dejo al Madrid con un sueldo menos que pagar. Os quiero¨ -lee Ana desde su móvil

- Y si nos vestimos y vamos a dar una vuelta? Así hacemos tiempo y nos perdemos otro poquito –dice dándole besitos en el cuello

Y así hacen después de recoger un poco la casa hasta que llegan al hostal encontrándose a los otros dos completamente acalorados. Los chicos se quedan en el hostal y las chicas van a casa de Mery a dormir

Al día siguiente, Ana termina de rehacer la maleta para volver de nuevo los tres a Madrid. Mery le hace pucheritos para que no se vaya y trata de sobornarla para ello

- Joo, que solo te he visto dos días y ya te vas –se queja Mery- además te llevas a Álvaro

- Osea que te jode más que me lleve a Álvaro que me vaya yo... que te daría anoche?

- Un polvazo del 15 –suelta sin filtro la morena haciendo que Ana se ponga colorada

- Pero serás bruta y ahora como miro yo a Álvaro durante el camino? Dios, que imagen, que trauma –rie Ana

- Oye pues él no se quejó jaja Yo podría decir igual porque con el "bichito" te tiene loca y parecéis conejillos jaja –Ana le tira un almohadón- por cierto, no te pongas mucho escote porque te van a ver la picadura del "bichito" cerca de tu amiga derecha

- Que dices? Que picadura? –dice Ana mirándose- lo mato!!

- Jajjaja –se carcajea en el suelo Mery

Media hora después, Ana con un escote moderado, se despide de sus padres y sube al coche donde ya están montados los chicos

- Buenos días bombones –saluda Ana- de que te ries rubio?

- Jaja nada, que ya me ha contado Mery de tu pequeño incidente –se rie Álvaro

- Será bocazas –le pega a Jesé- es culpa tuya

- Y yo que he hecho ahora? –sin despegar la mirada del volante

- Marcarme como si fuera un vaca –le mira mal- menos mal que se ha dado cuenta ella antes que nadie

- Perdón?!?! Y que haces casi desnuda delante de tu amiga?

- La conozco desde que tengo uso de razón y no me cambies de tema con tus celos

- Relaja rubia, luego discutis en cuando lleguéis que luego las reconciliaciones son pornográficas y no quiero verlas –dice Alvaro calmando las aguas

- Cuando lleguemos me avisáis –dice Ana tensa poniéndose música

Pero para Ana, esa reacción de celos insospechados es como una puñalada. Es que si hubiera estado casi desnuda delante de otro chico, pues vale pero es que es su mejor amiga. Ni siquiera con Lidia llega a eso. Con los auriculares puestos, sigue cavilando esa cuestión

Jesé por su parte trata de concentrarse en conducir y en la charla trivial que le da Medrán. Apenas llevan un mes y esta ha sido su primera discusión gorda. Y todo por un arrebato de celos insospechados. Joder! La ha cagado pero bien. Es Mery!! Pero el mal rollo venía de antes, de cuando le ha echado en cara que la haya marcado como al ganado. Tienen que hablar. Gira la cabeza un instante y la ve dormida con los cascos puestos. Es un angel y no se puede permitir perderla. Después de dejar a Álvaro en su casa se encamina al piso de Ana

- Cariño... Ana –la llama tocando su rodilla- hemos llegado

- Vale... -dice Ana bajándose del coche. Jesé sale disparado detrás de ella- ahora no vale? Déjame pensar. Luego te llamo –le da un pico

- Amor, yo... perdón. Lo dije sin pensar. No te quiero perder y pensar que puedas mostrarte vulnerable delante de otra persona me mata –junta sus frentes- perdón

- Jesé, no concibo una relación que no se base en la confianza. Yo confio ciegamente en ti, si tu me dices que es negro es negro aunque encandile de lo blanco que es. No me falles. Elegí estar contigo con todas las consecuencias, pero si vas a estar buscando motivos para desconfiar de mí, esto se acaba aquí

- No amor, yo también quiero apostar mucho a esto y te quiero. Perdóname

- Déjame esta noche si? Yo también te quiero pero tenemos que hablar las cosas y darles su tiempo. Por cierto, no me gustan los chupetones, no hace falta eso

- Lo siento, fue sin querer prometo no volver a hacerlo –dandole un beso en la mejilla- mañana vas a Valdebebas?

- Sí, tengo tutoria con el doctor y luego tengo que echarle un vistazo a Cris y Sergio en las rodillas antes del entreno

- Te busco para ir a comer? –le pide haciéndole ojitos

- Según como vaya de tiempo, sino comemos en Valdebebas. Hasta mañana –se despide Ana con ojitos tristes


La enfermera y el paciente (Jesé Rodriguez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora