-¿Sólo debo escabullirme, tomar la caja, y salir de ahí?- Pregunté no muy convencida, mientras fruncia con levedad el ceño hacia las figuras sentadas en los estrados frente a mí.
Las seis figuras asintieron por cuarta vez seguida.
Al ver lo poco convencida que estaba, el mayor de ellos, se levantó, bajo de lo alto del pedestal, y comenzó a caminar en círculos frente al sillón de piel rojo en el que me encontraba.
-Gianna... somos cazadores. Nuestro deber es mantener la paz entre los dos lados del mundo. El de lo mágico y lo no mágico. Ahora esa paz corre peligro, y si no hacemos algo, la sangre correrá y no será culpa de otros que nuestra.- Se detuvo un momento, para hacer su cabello canoso hacia atrás, y después mirarme a los ojos con seriedad.
>>Ahora es tu turno de interceder Gia. Eres la mejor de los cazadores, no sólo en combate, si no también en velocidad. Sólo deberás colarte a la fiesta de la manada, tomar la caja, y regresar a aquí, sin dejar rastro de tu estadía.<<
-¿Podrás hacer eso Gianna?-
Al ver la intensidad en su mirada, junto con la preocupación, no tuve otra opción que responder.
-Sí.-
Y sin más, siendo perseguida por las miradas de orgullo de los seis mayores , abandone la sala que servía para los juicios, lista para prepararme para la batalla.
Se avisa de contenido violento, lenguaje vulgar y escenas explícitas.
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The Hunter
Werewolf-Se mía.- Pronunció con su voz ronca, diferente, con un retintín más... Animal. Sin poder pensar con claridad, cerré los ojos, recordando el placer de hace minutos atrás. Mi anatomía palpito de nuevo, siendo recorrida por caminos de chispas y fuego...