Capitulo 12

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XII

Al finalizar el día salí en busca de Paul. Lo encontré sentado en una banca de la plaza del colegio. Miraba hacia adelante con detenimiento.

- Hola Paul, que pasa? - McCartney levantó la cabeza y me miró con tristeza. Le empezó a caer una lágrima por la mejilla. Me rompió el corazón.

Lo abrace y lo sostuve entre mis brazos lo más fuerte, sin hacerle daño, posible. Este me correspondió con fuerza, se veía que necesitaba un abrazo.

- John este a sido el peor día - quería preguntarle porque pero tal vez no era una buena idea, entonces simplemente le pregunte;

- No quieres ir a mi casa? - Paul levanto la vista y me observó con esos ojos verdes que me encantaban.

- Si no te molesta... - se ruborizó al terminar esa oración.

- Tu crees que lo haría? -

-

Ya en mi casa Paul estuvo un poco inseguro de entrar.

- Ven Paul no va salir un monstruo y te va a comer, eh? - le sonreí pero él no.

Finalmente Paul entro y me siguió hasta mi dormitorio.

Comencé a cambiarme la ropa del colegio mientras Paul estaba sentado en mi cama.

Cuando ya estuve listo me decidí a preguntarle el porque estaba triste.

- Hoy llegaron esos chicos - sollozo - y comenzaron a decir que soy maricón. - sollozo más fuerte.

Lo abrase fuertemente y de a poco fuimos cállendo hasta quedar abrazados y acostados al mismo tiempo. Estuvimos no sé cuánto tiempo así hasta que le pregunte.

- Quieres comer algo Paulie? -

- Bueno -

Bajamos las escaleras y llegamos a la cocina. Mi cocina era grande, por lo que mientras Paul estaba de un lado yo estaba del otro. En este caso estaba buscando algo de comer. Encontré las sobras del asado que nos dejo la abuela.

- Solo hay carne Paul. -

- No importa. -

Tome el pote que tenía la carne y lo deje en un plato para calentarlo en el microondas. Luego me fui hasta donde estaba Paul y comencé a acercarme a él de a poco.

- No voy a dejar que nada malo té pase. Ya sé que no nos conocemos. Aunque hay veces que pareciera que te hubiese tenido por toda la vida. - lo mire a los ojos. - Te quiero, solo quería que supieras eso. - le sonreí y me respondió de igual forma. Le tome las mejillas y comencé a besarlo. Primero de a poco, probando el terreno luego empecé a abrir mi boca, esperando que él me respondiera igual.

Así fue sin pudor comenzamos a disfrutar del otro hasta que escuche un grito. De alguien que supuse que no estaba o mejor dicho me había olvidado de su presencia en lo absoluto.

06 de Abril de 2016

Do It Fast Or Regret It (McLennon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora