Lo Siento.

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Chanyeol dejó escapar una bocanada de aire al ver aquellas redondas nalgas alejarse de su lado mientras una sonrisa amplia se dejaba ver en su rostro. ¡Dios había escuchado sus suplicas!

Había pasado toda una maldita semana, pensando. ¿Qué coños iba a decirle a SeHun después de esa noche? No tenía excusas, estaba simplemente perdido, jodido, cagado.

Luego de que el menor se marchara corriendo, le dedicó una mirada llena de odio a aquellas mujeres que antes solo le hacían sacar sonrisas y gemidos, sin embargo todo era diferente en ésta ocasión. Por sus grandes bocas, había perdido a su pequeño, había perdido lo que con tanto trabajo y esfuerzo había ganado, la confianza de SeHun.

Pagó por todo y corrió. Corrió como nunca lo había hecho, la gente que deambulaba por las calles de Seul a esas horas se quedaban observándolo, como si hubiese cometido un crimen atros, un crimen que no tenía perdón de nadie -así es la sociedad de hoy en día, juzgar apartir de apariencias-; cinco minutos de un trote imparable y descripciones de SeHun bastaron para encontrarlo en el andén de su casa.

Quiso acercarse, pero al parecer alguien le ganó. La calle estaba alumbrada por una tenue luz amarilla, mientras veía a SeHun alejarse con una persona de contextura delgada, extrañamente conocida.

Afufó un gruñido al ver como tomaban sus manos, ¿Lo estaba cambiando tan rápido? ¿Era esto una broma?

Un dolor punzante se situó en su pecho mientras los veía marcharse, mientras dejaba escapar a su niño...

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El reloj de su mano marcó las once y media, y esa maldita clase no se terminaba. El tiempo en ese lugar lo estaba matando de angustia. No podía llegar tarde, y si lo hacía estaba jodido. Habría perdido su última oportunidad con SeHun, y eso le aterraba.

El timbre sonó, marcando las doce en punto. Maldijo en su interior y emprendió en trote hacia Starbucks. Estaba jodido.

Diez minutos, diez putisimos minutos se le hicieron eternos. Llegó sudando como animal de monte mientras buscaba a SeHun con la mirada.

《Inhala, exhala.》-Se repetía mentalmente mientras se acercaba a SeHun con una sonrisa.-

Tocó su hombro y observó los ojos rojizos del menor, para luego en un abrir y cerrar de párpados sentir aquellos brazos delgados en su cuello, aferrándose a él. Como si su vida dependiera de ello.

Sin pensarlo dos veces, rodeó su cintura con los brazos mientras dejaba que sus fosas nasales se inundaran suavemente del aroma que desprendían sus cabellos castaños.

El próximo movimiento, no lo vio venir. Solo sintió un ardor latente en su mejilla, y vio a un SeHun con el ceño fruncido.

-¡Pedazo de escoria humana! ¡¿Por qué llegaste tarde?! ¡Como te odio! ¡Idiota! -Comenzó a maldecir el más bajo mientras se le escapaban pequeños y débiles sollozos. Sollozos que fueron callados por un abrazo lleno de amor y confort.-

-Lo siento, pequeño. Perdona, había olvidado que tenía clases y me demore porque tuve que venir corriendo.-Dijo en respuesta ante su pregunta mientras secaba con delicadeza cada una de aquellas gotas saladas que provenían de sus pequeños ojos rojizos.-

SeHun inhalo y se separó de él avergonzado, acto que hizo sonreír a ChanYeol. Seguido a esto, se sentó frente al menor y comenzó a hablar con sinceridad.

-Cuando viajé a Busan, fui por "negocios". -Comenzó a narrar mientras el menor le miraba a los ojos.-

*FLASHBACK*

ChanYeol había viajado a Busan por negocios, al parecer tenía una propuesta de trabajo en la cual ganaría más dinero que en su trabajo actual. No suena nada mal, si es que quieres tener más dinero.

Buscaba la dirección del lugar hasta chocó con alguien, notó que aquel joven cayó al suelo y preocupado se acercó a él. Vaya sorpresa.

Se quedó embelesado en su belleza, en su nívea piel y sus labios rosas. Era un completo adonis, ese muchacho era hermoso. Observó su uniforme y sonrió leyendo con discreción su nombre en su chaqueta. SeHun Oh.

Hermoso. Simplemente hermoso.

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Pasaron meses desde la última vez que se vieron, ChanYeol optó por seguir con su actual trabajo en la universidad, al parecer era mejor estar estable. Su trabajo no le desagradaba, para nada, era maestro y eso le complacía mucho. Pero ahora le complacía más, mientras observaba el listado de nuevos estudiantes y sonreía al leer aquel nombre con el cual soñó. Oh SeHun.

Desde aquella vez, Park ChanYeol se enamoró profundamente de SeHun. Lo amaba con frenesí, con una locura increíble. Un amor que solo él comprendía.

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Pasaron las semanas y una oportunidad se abrió a sus pies, SeHun estaba frente suyo, moviendo sus excelentes atributos otorgados por el ser supremo, mientras se mordía los labios. ChanYeol, estaba decidido a hacerlo suyo, y los gemidos de SeHun ante cada una de las caricias que le proporcionaba lo llevaba al cúspide del cielo. Se estaba volviendo loco.

Lo hizo suyo, lo besó y lo marcó por siempre; pero no todo es eterno. Y ahí comprendió que el pequeño nalgón no podía ser suyo. Por eso, había creado a "Happy Virus". Por amor verdadero.

Por SeHun.

*FIN DEL FLASHBACK*

SeHun quedó atónito ante aquella historia, ¿Debía de creer en ella? ¿Debía de creer en sus palabras?

El interior del menor se debatía, su corazón decía un 100% perdonado, sin embargo su estado racional no lo permitía. Como siempre, aquella batalla eterna entre razón y sentimientos.

Quería lanzarse a sus brazos y decirle que lo amaba, que gracias a él, pudo superar tantos obstáculos, pero le había mentido. ¡Le mintió acerca de haberse robado su inocencia! ¡Su media vida!

SeHun sabía que no era el primero, y quizás tampoco el último y eso era lo que martillaba su corazón como una daga. La inseguridad, los celos, la envidia. Quería que fuese suyo, pero posiblemente nunca lo sería.

Debía luchar por él si lo amaba, pero, ¿Quién lucharía por su amor? ¿Lo haría ChanYeol? ¿Lo amaría por siempre? ¿Estaría a su lado cuando lo necesitara?

Quizás, era hora de arriesgarse nuevamente, es de sabios equivocarse...

Levantó la mirada hasta encontrarse con la de su maestro y sonrió tenuemente. Éste le miró con atención.

-Solo te daré una oportunidad, ChanYeol...

Dicho esto sintió los labios de su maestro sobre los suyos, devorandolos sin clemencia, con fervor y frenesí.

Quizás conocer a ChanYeol fue lo mejor que le habia sucedido.

Quizás era hora de darse una segunda oportunidad

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N/A: Aquí está la segunda parte del maratón, ya saben, el eterno mensaje. ♡ Disfruten la lectura.~

Depredador Sexual. [ChanHun/ SeYeol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora