El signo de la autodestrucción

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Detestaba verse como el mas débil, detestaba que cada que sentía podía volver a ser feliz todos pusiéramos nuestra atención sobre el, evitando que ella le volviera a hacer daño. Y es que Toño siempre fue una persona muy reservada con lo que sentía, no eran propias de el las expresiones de afecto y desde que lo conocí me di cuenta que era de esos capricornios políticos, cuyo único objetivo era la cima, ese lugar que era inaccesible y donde podría estar aislado.

Recuerdo que cuando conocí a Toño, parecía una persona demasiado centrada, con una estabilidad inquebrantable, un joven seguro de si mismo al punto que se hacia chocante, y mas para alguien como yo, un piscis instintivo para quien toda esa aparente seguridad no era de confiar. Al principio nos fuimos acercando por Andres, juntos habíamos decidido integrarnos a un grupo scout por lo que en el colegio cuando me acercaba a hablar con Andres para una actividad o un campamento debía saludar al menos a su mejor amigo, Antonio. Y fue así como entendí que la seguridad de Toño no era tanto para el, sino que por el contrario, esa seguridad en la que se escudaba era con la que en realidad protegía a sus amigos. Por eso muchas veces me arrepiento de haber llevado a Luisa de vuelta a su vida, aunque  ya luego me dejo de culpas penando que el solo se busco su propio dolor; y cualquier otro en mi lugar lo hubiera asesinado y no estaría tratando de ayudarlo.

Esa mañana mientras yo me debatía entre lo que sentía y entre lo que los demás establecían como correcto, mientras valentina hablaba con Edwin tapándose con una cobija y con la maleta para que el profesor no se diera cuenta, (aunque sus caras de enamorada ya eran demasiada evidencia) y mientras de Andres no se veía rastro alguno; Antonio llego con una sonrisa de esas que no veía en el hace ya mucho tiempo, no era una sonrisa exagerada de esas falsas que empleas para ocultar algo o darle a entender a los demás que estas bien, era una sonrisa sincera de esas que nacen probablemente porque la noche anterior valió la pena trasnochar un poco con tal de tener una simple conversación de esas que aunque no lo crean nosotros los caballeros también disfrutamos.

- ¿Y esa cara? -pregunto Valentina quien al igual que yo había notado que ademas de las ojeras había algo especial en la mirada de Toño. 

- No se, solo siento que todo esta tomando un orden. Que todo por fin esta bien. -respondio Antonio con una felicidad que crecía a manera que hablaba.

- ¡Ay! ¿y eso como con quien? -pregunto Valentina con esa picardia y alegría que llenaba de entusiasmo cualquier conversación por aburrida que fuera.

El silencio de Toño era inquietante, parecía que se hubiese jurado no decir nada; conservar tal vez eso para el mismo como un recuerdo que se quedaría solo con el y que así nadie podría torturarlo después.

- ¿Juliana? - fue lo único que se me ocurrió decir, ya que aunque no era la clase de persona en la se interesaría Toño, sabia que últimamente estaban hablando mucho y que a él le agradaba de alguna manera. 

Pero no, no era juliana lo supe cuando su boca hizo como una mueca  a manera de respuesta negativa, de esa que destruyen toda posibilidad. 

- Entonces ¿es Luisa? -pregunte anhelando que su respuesta fuera una mueca como la anterior.

Aunque su respuesta vino con una ilusión ridícula y  fue tardía, llego y lo único que dijo fue . - Si

- Mire Toño, lo mejor es que deje así, ella... -no alcance a terminar cuando el respondio

-  Martín yo no quiero saber nada, ahorita las cosas están bien y quiero quedarme así.

- ¿Cómo amigos? -le pregunto Valentina, en cierta media preocupada

- Si, cómo amigos -aseguro levantando la mirada y con esa voz formal en la que estaba ese toque de especial camaradería que en cierta manera le daba a la conversación un aire de confidencia 

Ahí, sentado al lado mio estaba de nuevo el fanático de las películas de Woody Allen, el romántico en busca de algo por lo que era capaz de auto destruirse. Pero reconozco que era agradable verlo así, sacando esa persistencia digna de un capricornio, aunque me aterraba la idea de que esa melancolía que era tan propia de su signo lo pusiera a reflexionar sobre lo que estaba haciendo, y entrara en esas depresiones que lo retenían en su casa, que lo hacían fallar a clase y de la que como resultado nos daban miles de versos en desorden que hablaban sobre tardes solitarias y felicidades incompletas:


"Sé que duele el no ser correspondido

Sé que duele que se acabe el camino,

y andar sin rumbo fijo.

Pero estoy dispuesto a vivir

mi eternidad en el limbo,

con tal de entregarte 

mi amor por un ratico"


 Debo admitir que por eso me sorprendía que fuera a Antonio a quien Andres recurría cuando la fuerza del león no le entregaba las palabras correctas para el sensible pez que era Sofia, su eterna enamorada y su novia hace 4 meses. Andres llego después de la oración y ciertamente todos estábamos  entusiasmados por escuchar que tal había estado el fin de semana que según entendíamos lo había pasado todo con ella.

- A ver hermano, ¿cómo nos fue? -pregunte sin rodeos.

- Jajaja Bueno, sin presionar al niño Martín -dijo Toño dándole su espacio a Andres.

-¿cual niño? Andres de niño no tiene nada - respondio Valentina soltando una carcajada un poco congestionada que por la epoca era normal a causa de la gripe 

- Ni los pensamientos -dijo Marcelo mientras acercaba su puesto. - En mi vida vuelvo a compartir cuarto con un enamorado, lo hubieran escuchado el viernes

 - Solo no te sientas presionado Andres, todo llegara en su momento; ademas la vida sexual de todos los presentes es un asco, exceptuando a la señorita -dijo Toño mirando a Valentina. - Pero de resto míranos; Marcelo y yo con una soltería de la que nos sentimos orgullosos no porque sea emocionante, sino porque somos mas virtuosos que mas de una de las "señoritas" que nos rodean. Y Martín,pues bueno Martín nada de nada hace como 8 meses y se esta absteniendo del porno porque quiere dejar su vicio ya que seguirá el concejo del pastor  ¡Estamos contigo viejo Marti!

Después de todo Andres se decidió hablar, aunque no fue mucho lo que dijo:

- Mientras todos estaban escuchando a Juana cantar Reggae Sofia y yo íbamos a entrar por el pre-noviciado. -levanto las cejas nos miro a todos de una manera muy seria y siguió- Y pues aja...




"De vez en cuando sueño con una locura, y no quiero despertar"


Teoría de una carta sin entregarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora