Escuchando una lista con las bandas sonoras más destacadas del cine de los 50 en Spotify, y mientras sonaba Moon river interpretada por Audrey Hepburn viendo como poco a poco la luna sangrienta (como había sido apodada por muchos) se desvanecía, despidiéndose lentamente como quien no está seguro de decir adiós, pero reconoce que ya es hora de irse; mientras desfilaba lentamente para las cientos de cámaras que esa noche solo la querían a ella frente a su lente, mientras tres estrellas la engalanaban en su esplendor, mientras algún poeta en algún lugar del mundo trataba de encontrar las palabras para que tan suprema belleza quedara plasmada en el papel y mientras algún enamorado intentaba llegar al corazón de la mujer que le robaba el sueño comparando su belleza con ese efímero acontecimiento.
Mientras todo eso sucedía a su alrededor, mientras la luna acunaba a los enamorados en una noche de entrega y descontrol, o simplemente era testigo de un abraso magistral; mientras algunos en su soledad reconocían la nostalgia del no saber amar con la conexión que sus ojos tenían con el rojo intenso que destacaba en esa oscuridad profunda que dominaba sobre la tierra. Yo intento responderme que es lo correcto, o si vale la pena seguir lo que lo demás consideran "correcto" (como diría Martín). Es que acaso no es mejor salir y vivir una vida que merezca ser recordada, porque tal vez no logremos que nuestra memoria perdure en la memoria de las generaciones futuras, pero si tenemos el poder de vivir algo que en un futuro nosotros mismos nos sintamos orgullosos de recordar; poder tener la seguridad de haber amado, de haber luchado. Y es que esa esfera incandescente que por más de una hora prevaleció sobre el cielo había hecho una conexión especial con su corazón, recordándole que aún era el motor de una vida, que era esa figura incandescente que podría prevalecer sobre la frialdad con la que había comenzado a vivir un sistema; siempre y cuando se atreviera a hacer de las suyas sin tener en cuenta lo que disponía la razón.
Quería huir, salir corriendo y decirle todo lo que sentía, decirle como el mundo que él creía tan estable se había hecho dependiente de una mirada suya, quería que supiera como una palabra suya acababa con todas sus objeciones, pero sobre todo quería hacerla consiente de como con un beso lo dejaba a la deriva convirtiéndose el en sus ojos, en sus pasos; irónicamente los papeles se invertían, y ella se convertía en la guía que alguna vez había necesitado tanto de él.
Se castigaba por haber perdido el tiempo, por no haber dicho lo que sentía, por no haber tomado ese beso de despedida, y era entonces cuando se llenaba de admiración hacia Andrés, su mejor amigo, ese confidente que había estado tanto tiempo junto a él, que se había convertido como en su hermano. Era fantástico verlo crecer, convertirse en ese hombre con un corazón que merecía ser amado y que era fielmente correspondido por Sofía. Tal vez Andrés era mayor que Antonio, pero Antonio siempre sintió el deber de protegerlo, de acompañarlo. Aunque ya no era tan necesario porque sabía que con la llegada de Sofía a la vida de Andrés, su amigo iniciaba un nuevo camino que sería sellado con una frase de solo dos palabras, pero que sería la prueba suficiente de que si vale la pena perseguir y soñar con un "hasta el infinito y más allá"
Habla Andrés
Hoy es ella en todo lo que podía pensar, y es que el sábado sentí, mientras compartíamos esa actividad scout que nos acercábamos más el uno al otro, que nos fortalecíamos que nada podía separarnos, por el contrario; las condiciones se daban cada vez más para que estuviéramos juntos para que esas mejillas que se sonrojaban cada que mi mirada se cruzaba con la de ella estuvieran siempre conmigo.
Toño estaba en busca de alguna novela que lo ayudara a escribir lo que sentía mientras tarareaba las frase de una de sus nuevas adquisiciones musicales, "pasos de cero de Pablo Alboran" Valentina estaba abrazada a su cobija, lo que ya era común todas las mañanas mientras escuchaba atentamente a Martin, quien había desarrollado una especie de confidencialidad con ella y que era su mejor soporte justo cuando él se debatía constantemente entre su identidad y entre si era correcto lo que sentía y por quien lo sentía. Después de la partida de Alejandra y de Alexander la comunicación no era tan constante y sé que en parte el extrañaba hablar con ellos, por eso agradezco que Valentina estuviera ahí.
-Martin, ¿puede hacerme un favor? – pregunte
- Claro, digame que necesita. Ni que estuviéramos bravos. –Me respondió
- ¿Quiere dibujarme la casita de Up en esta hoja? –dije pasándole una hoja que había arrancado del cuaderno
- Pero al menos que sea una hoja bonita. –dijo Toño riendo. –Espere ya le paso una que debo tener en la maleta
Mientras Martin dibujaba, intentando olvidar el incidente en la mañana antes de entrar, yo le contaba a Valentina y a Toño como había estado mi fin de semana junto a ella; desde lo más romántico y lo más gracioso, hasta esos incidentes que por un momento se llevaron una parte de mi ser, porque no me perdonaría que algo le pasara a ese ángel, mi ángel
-Se puso de terca y orgullosa porque le dije que me había ganado en captura la bandera por tramposa "y es que esos ojos sí que me engañan"-dije para mis adentros. –Entonces se fue con Paula a hacer la actividad de la estufa y cuando menos me di cuenta estaba ahogada en ese humo con una tos terrible, automáticamente la cogí entre mis brazos y mientras se recostaba contra mi hombro sentía como su respiración se normalizaba y ella me decía "estoy bien bobo"
- Que belleza. –dijo Valentina con un puchero mientras hacia la actividad de Ingles
-Es que es hermosa. –fue todo lo que se me ocurrió decir
- La amas. –afirmo Martin levantando la cabeza del dibujo al que solo le faltaban los globitos
- No, bueno sí. –dije con la cabeza contra el puesto. – Pero no sé si decírselo, no sé si es muy pronto, no sé si ella sienta lo mismo
Valentina comenzó a contarme como en la iglesia mientras todos hacían la alabanza ella no dudo en tomar la mano de su novio de cuatro meses para decirle "te amo" y hoy ya se encontraba haciendo el plan perfecto para su celebración de año.
-Eso es sencillo. –dijo Toño. – Dígale que ya no es lo mismo, que usted no siente lo mismo por ella. Que ya ni la quiere ni la "quiereadora"; dígale que las cosas han cambiado y cuando ella lo mire buscando en sus ojos una explicación, dígale que es imposible quererla cuando en verdad usted la ama.
Ese era mi mejor amigo, el romántico de las ideas espontaneas, el que daba un consejo de conquista pensando en Luisa, el que cada que iba por la calle tenía una idea fugaz que llevaba su nombre escrito. El que había escrito una carta que no entrego en su momento, y aunque tantas veces se torturo por eso, lo cierto es que ahora el solo no la recordaba, pensando que la vida le estaba dando la oportunidad de escribir una que no quedara guardada en un libro. Pero debía hacerlo rápido, porque la vida estaba corriendo y sabía que pronto saldría su tren. Con o sin ella
En la tarde decidí sorprender a Sofí con una visita inesperada, apenas la vi tome su mano "y es que adoro la sensación del frió de nuestras manos desvaneciéndose con el contacto del otro"-pensé para mis adentros. Mientras caminábamos empezó ese juego en el cual ella solía ganar aunque esta vez no sería así.
-Te quiero –dije.
- Yo te quieroadoro –dijo ella con una sonrisa
- Pues yo te quieroadoro mas
- No vas a ganar porque yo te quieroadoro mucho más. –dijo poniendo sus hermosos y tramposos ojos miel frente a los míos.
- Lamento decirte que esta vez ganare yo –dije con el estómago y respiración contraída que me decían que tenía que decirlo de una vez. – Te amo
Ella se quedó en silencio, sin decir palabra alguna. Tal vez fueron segundos, pero para mí parecía una eternidad; aunque de repente ella me sonrió, rodeo con sus manos el contorno de mí cara puso su frente junto a la mía y con esa picardía que era sinónimo de su rebeldía me dijo: -Yo te amo más.
No dude en tomarla de la cintura en ponerla contra mí, en ver como con una abrazo nuestras respiraciones y palpitaciones se convertían en una sola, éramos uno y sabía que estábamos destinados a ver esta vida y la que siguiera juntos. Entendí que el destino no está escrito, sino que poco a poco lo voy escribiendo y sabía que quería su nombre en cada página que siguiera del mío.
"Entre tu boca y la mía hay un cuento de hadas que siempre acaba bien"
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Teoría de una carta sin entregar
Teen FictionAun recuerdo esa clase de filosofía sobre el conocimiento que empezó con la pregunta: ¿Qué es una teoría? y mientras nosotros nos respondíamos respecto al origen de la teoría del conocimiento y la aprehencion que hace el sujeto sobre el mundo que l...