Do Or Die

Ojos Azules

Di otra vuelta en la cama, tratando en vano de poder dormir. No podía sacar de mi mente la idea de que había sido demasiado fácil rescatar al Dr. Banner. Podrán decirme pesimista, pero conociendo a Loki, eso fue demasiado fácil. Además, tampoco me dejaba tranquila que Bruce no pudiera recordar nada de su estancia en eso lugar. Si solo supiera qué le habían hecho, seria todo más fácil.

Y por si las ideas paranoicas fueran poco, también estaban las pesadillas. Aunque más que pesadillas, era el mismo sueño una y otra vez. Estaba recostada sobre una camilla en un quirófano, y un hombre de ojos azules se acercaba a mí, mirándome. Y en el momento preciso en el que estaba por recordar quien era esa persona, despertaba, y aunque trataba y trataba de volver a recordar su nombre, nunca podía.

Luego de media hora de tratar inútilmente de conciliar el sueño, me di por vencida y decidí visitar nuevamente a Banner y ver si podía hablar con él. Caminé hasta el laboratorio del helicarrier, sabiendo que allí estaría el doctor. Cuando me vio entrar, me hizo una seña para que me acercara hasta la mesa de trabajo donde se encontraba.

-Artemis, veo que no puedes dormir- dijo con una sonrisa mientras me indicaba la silla a su lado para que tomara asiento.

-Siento molestarlo doctor, es que no puedo sacarme estas ideas de la cabeza. Y quería asegurarme de que no había recordado nada nuevo acerca de su tiempo con Loki.

-He intentado, créeme. Pero todo está demasiado confuso y no puedo descifrar ninguna de las imágenes. Lo siento- suspiro resignada ante sus palabras y masajeo mi sien tratando de alejar el dolor de cabeza.

-No se preocupe, lo entiendo. Últimamente he estado teniendo este sueño que me persigue una y otra vez y por más que intento no puedo comprenderlo. Está volviéndome loca, para ser honesta.

-Si hay algo que pueda hacer, solo déjemelo saber. Y tutéeme, todos aquí lo hacen- me dirige una sonrisa cálida y se la devuelvo gustosa

-Mucha gracias Bruce, tu siéntete libre de tutearme también. Ahora te dejare seguir trabajando, nos vemos- me levanto de mi asiento y camino fuera del laboratorio, para dirigirme a la sala de entrenamiento, tratando de encontrar a Natasha.

Cuando llego, al único que encuentro allí es a Tony Stark. Sorprendida de verlo aquí a estas horas me acerco a saludarlo, pero al ver lo que tiene en sus manos me detengo abruptamente. Puedo leer las palabras "Artemis Barakat-Dark Soldier" en el frente de la carpeta archivadora y el miedo y la furia recorren mis venas.

-¿Qué haces leyendo eso?- intento que mi voz suene calmada, apretando con fuerza mis puños para controlar mi enojo-

-Interesante historia la tuya, Dark Soldier. Modificada genéticamente al nacer, adoptada por una familia mafiosa, espía y ladrona. Y lo más interesante de todo...-hace una pausa mientras se acerca a mí, con sus ojos fijos en los míos- la ex esposa del famoso Loki. Una asgardiana exiliada. No te haces una idea de cuánto me ha costado encontrar estos archivos. A mí, el gran Tony Stark. Te lo tenías bien guardado, querida.

-Si no he dicho nada, es porque no lo tenía permitido. Y la mayor parte de mi vida pasada no la recuerdo- Arranco la carpeta de sus manos y la agarro con fuerza, arrugándola- Y no fui exiliada, yo decidí irme por voluntad propia. Jamás pertenecí a ese lugar, y en cuanto tuve la oportunidad, regresé aquí.

- Por eso Loki parecía conocerte, estuviste casada con él. Increíble- bufo ante sus palabras y el rie mientras pasa por mi lado para dirigirse a la salida- Los secretos siempre salen a la luz, recuerda eso- dice antes de caminar fuera del lugar.

Arrojo la carpeta contra una de las paredes y todos los papeles se desparraman por el suelo. Me acerco a recogerlos y una foto llama mi atención. La levanto y siento como si un balde de agua helada hubiera caído sobre mí.

Era él. Era el hombre de mis sueños.