CAPÍTULO 4

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-Te gustó eso -no era pregunta, era afirmación. Ella lo sabía porque Jack había gemido algo fuerte.
-Me gusta todo lo que haces -contestó.
La tomó de la cintura y se sentó sobre ella, sus pieles desnudas irradiaban calor.
La besó en la boca, entonces bajó hasta sus pechos, jugando con la lengua.
-Oh, Jack -gimió.
La abrazó más fuerte, su erección tocaba el vientre de ella, incluso algo más.
-Jack -dijo, y su voz se tornó fría.
En la habitación se coló un aire gélido.
Se le erizó la piel, pero el no fue consciente del aire. En cambio, sintió el frío en lo más hondo de su ser.
-Janice... -murmuró.
Sus manos, sus piernas, su miembro, todo él ahora tocaba frío.
-¿Janice? -su voz se desgarró.
Ella colgaba inerte en sus brazos.
La palidez se había apoderado de ella en niveles alarmantes. Lo peor era el rostro, sus labios rosados eran ahora morados, las pecas se veían resaltadas por el blanco de la cara, el cabello rojo parecía más brilloso.
Sería hermosa de no ser porque estaba muerta.
-¿Janice? -casi gritó, histérico.
Cuando la dejó en la cama, inmóvil, fue cuando entendió.
Gritó. Gritó tan fuerte que su voz se quebró, gritó tan fuerte que despertó, y junto a él a Janice.
-¿Qué ocurre? -quizo saber ella.
El la miró boquiabierto y sacudió la cabeza.
Estaba sudando demasiado, y aún así ella lo besó para tranquilizarlo.
Los sueños, sueños son y no por eso son mentira.
-Fue solo un sueño -dijo cuando se despegaron.
-¿Seguro? -le acarició la mejilla y su barba le raspó.
-Sí -asintió.
Cerró los ojos, y así, sintiendo su corazón tranquilizarse, dijo -Te amo.
Esperó una respuesta, pero no llegó nada. Al abrir los ojos se encontró con Janice, recostada.
El vestido beige estaba desgarrado por la cintura, manchado de sangre. ¿Eran órganos los que veía?
-No -gimió hiperventilando.
Cerró los ojos con fuerza, negando una y otra vez.
-Tranquilo, despierta -la voz femenina lo tranquilizó.
-Todo estará bien, ¿ok?
Abrió los ojos, asintiendo.
-La terapia ayudará con eso
A su lado estaba Rebecca, vestida con bata.
-Sé que duele la muerte de Janice, pero...
Cerró los ojos y dejó de oír.
Olfateó y percibió el perfume de Janice.
-Me vuelves loco -susurró.

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