Elise y el jinete del apocalipsis

capitulo 3 : romance y regaños entre sueños rotos

-porque me seguiste hasta aquí, te dije que quería caminar sola -

-lo siento, solo hago mi trabajo-

-tu trabajo es seguirme todo el tiempo como un acosador?- Respondió elise con voz frustrada

-no elise, mi trabajo es cuidarte mientras estés aquí, hasta el momento en que el árbol se seque y tenga que llevarte con thanatos-

-no necesitas cuidar de nadie, yo me se cuidar muy bien sola-

-Elise, tal vez puedas engañar a los débiles mortales con los que convivias enla tierra, pero yo no soy uno de ellos-

-y tu que sabes de mi? Acaso eres adivino o algo así?- respondió Elise con tono burlón

-no elise, al tocar tu frente con mís dedos me puedo dar cuenta de todas tus emociones, de todo lo que pasaste antes de llegar aqui y dejame decirte dos cosas -

-que me vas a decir, acaso me vas a dar consejos-

-no, pero dejame decirte algo, en primera la gente que has conocido no todos son una basura y en segunda no debiste llorar por alguien así -

-tu que sabes, eres un ser que vive en este sitio, no sabes sobre tristeza y mucho menos sabes de mi, asi que deja de actuar como un sabelotodo -

-Elise, tu tampoco sabes porque estoy aquí, no sabes nada de mi y mucho menos sabes porque soy sirviente de thanatos así que mejor evita que te conteste como debería -

-esta bien, de todos modos tu patética vida no me interesa, no me importa nada de la gente a mi alrededor , y deja de decirme todo como si me conocieras, no se como cpuedes ser tan molesto y creído al mismo tiempo-

-y yo no se como eres tan refunfuñona y te vez tan bonita-

En ese momento Elise se quedó callada, ya que lo que le dijo el jinete no lo había sentido tan especial, Elise sintió en ese momento algo que no había sentido después de todo lo que había pasado antes de llegar al boulevard de sueños rotos, sintió bonito al escuchar al jinete llamarla bonita además de refunfuñona, pudo notar calor en sus mejillas y de inmediato le respondió
-valla aparte de que te crees un sabelotodo te burlas de mi -
-a que te refieres con eso?- contestó el jinete
-a que piensas que sabes todo de...-
-no elise, lo otro, porque crees que me burlo de ti-
-porque me, me llamaste bonita-

-eso no es mentira Elise... -

En ese momento elise se echó a correr como zebra correteada por león, no miro hacia atrás y siguió caminando.
llego a un jardín lleno de flores y entre ellas vio un rosal muy lindo con rosas de color rojo, esas rosas tenían muchas espinas y a elise le dio tentación el tocar unas cuando de pronto enfrente de ella, Elise se asustó y le grito
-que haces aquí-
-valla, veo que quieres una de mis rosas, además de refunfuñona y bonita te gustan las rosas espinadas-
-solo quería tomar una, no sabia que eran tuyas-
-no las toques, tienen muchas espinas, podrías espinarte y llenar tu mano de sangre-
- no importa, de todos modos estoy muerta- respondió Elise
-elise, aún no estas muerta, estas entre la vida y la muerte-
Elise se quedó mirando el rosal, las flores eran tan hermosas, eran de un color rojo brillante, su color era como el color de la sangre.
Elise decidió seguir vagando por el jardín dejando a Abraham atrás, camino y camino hasta que encontró una banca echa con troncos gruesos, Elise se acercó a la banca y se sento mirando hacia todos lados, veía el panorama de aquel lugar tan sombrío y bello a la vez cuando de pronto Abraham apareció sentado alado de ella
-haaaaa!-
grito Elise asustada
-que que sucede ? -
preguntó Abraham preocupado
-tu... Tu me asustaste-
-lo siento, no quería asustarte, sólo que estabas tan concentrada viendo nuestro paraíso que no quería interrumpir-
-pues interrumpiste - dijo Elise enojada - y además me asustaste... Tonto -
- lo siento, sólo quería darte esto-
El jinete sacó de su abrigo una rosa roja y sin espinas, la rosa era hermosa como ella misma, de un rojo carmesí brillante, parecía que era de cristal por lo frágil que se veía
-gra... Gracias, es una rosa muy linda -
-no tanto como tu - susurro el ginete .