Desafió al Corazón [FRANGELA]

Capitulo #12

-Gracias. -curvó sus labios y se alejó. Me quedé observando su cuello.

-Torres. -la llamé, volteó.

-¿Qué? -frunció el ceño

-Ven un momento.

-¿Qué? -entrecerró los ojos. -¿Para qué? -Negué cansado y me acerqué yo.

-¿No te duele? -pregunté observando los rasguños que estaban marcados en su cuello.

-¿El qué? -llevó su mano a este por inercia. -¡¿Me ha marcado?! -preguntó alzando la voz. Yo asentí curvando ls labios. Ella miró el suelo y apretó su mandíbula reprimiendo la furia. Luego, alzó la vista y me miró.

-Adiós. -dijo secamente. No dije nada, simplemente la deje ir.

"Narra Ángela"

-¿¡Dónde estabas!? -preguntaron Ori y Lali casi al unísono mientras yo daba un gran portazo. Me miraron sorprendidas. -¿¡Qué te pasó!? -gritó esta vez Ori acercándose a mí. Dejé las gafas a un lado y respiré hondo, furiosa.

-Nada. -dije tajante

-¡Qué te pasó Ángela! -dijo Juli bajando las escaleras rápidamente.

-Juro que cuando vea a esa estúpida plástica, le cortaré cachito a cachito cada uno de sus...-me cortaron.

-¡Qué pasa! -gritó Lali, me sobresalté.

-¡Qué me ha pegado! -dije señalándome el cuello.

-¿Qué, qué? -dijeron las tres a la vez.

-¡Qué la voy a matar? -me puse de pié, estaba demasiado furiosa.

-¿¡Pero qué ha pasado!?

-Nada. -negué. -Nada.

-Cuéntanos Ángela, somos tus amigas.
Y entonces les conté todo, todo, absolutamente todo. Desde mi pasado, hasta mi presente, les conté mi historia, toda mi vida. Se enteraron que intenté morir, les conté que mi padre me abandono, les conté que estuve en una residencia para poder salir adelante, cuando pensaba que todo se consumía y acababa. Todo.

-Dios. -susurró Ori con lágrimas en sus ojos.

-Eres muy fuerte. -dijo esta vez Lali.

-Demasiado Fuerte. -retractó Juli quitando sus lágrimas, yo suspiré hondo y me tiré hacia atrás.

"Narra Franco"

-Oye. -dije acercándome a Julian.

-¿Qué? -me preguntó sin dirigirme la mirada, desatando sus zapatillas.

-Ayer no estuve muy bien que digamos.

-¿Lo siento quieres decir? -Tragué saliva, yo era Franco, era fuerte. Era un Masini. Últimamente estoy demasiado flojo, no sé que me esta pasando. Este comportamiento me asusta, asentí y volví a mi cama. No le iba a regalar un perdón.

-Yo también lo siento. dijo él esta vez. -Lo observé. -Creo que tienes que aprender de tus errores. -Me miró desafiante, y luego se fue. Me quedé callado, no tuve tiempo de dar una respuesta. Sonó mi teléfono móvil.

-Franco. -reconocí la voz de mi padre.

-¡Hola!

-¿cómo estás hijo?

-Pues bien aquí. -¿Y tú?

-Bien, necesito que me hagas un favor.

¿Qué pasa?