Capitulo #48:

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Volvieron con los chicos, siguieron bailando. Ángela se giro en busca de Franco, pero el no estaba. Giró la cabeza, buscándolo, pero no lo encontró. Una luz se encendió junto al DJ y aparece Franco a su lado. El corazón de Ángela respira. Sus miradas se cruzan y Franco mira al chico de al lado, dialogan y le ofrece sus cascos. Franco se los pone y desliza sus manos hasta la mesa, pinchando la música. Joder, que bien lo hace, piensa Ángela. Repasa todas las canciones, todos los estilos.

La gente baila, animados, sintiendo la sangre correr por sus venas y no tan solo la sangre. También el alcohol. Se hace presente la voz de Franco en el recinto. Peter le da una calada a un cigarrillo y Ángela tose con fuerza. Franco la mira y le dedica una mirada de pocos amigos a Peter para luego todos reír. Franco también rie y luego, anima al público. El chico que antes estaba pinchando ahora esta bailando y Franco se hace el poder de la fiesta. Después de casi una hora, abandona y vuelve a ceder el turno al DJ que le sonríe sudoroso y le da unas palmadas en la espalda. Franco da un salto de la pista y unas chicas se le acerca, él con una sonrisa las esquiva y sorprende a Ángela abrazándola por la cintura. Más besos. Sabores distintos en sus bocas más el sabor de sus propios labios sumados con el alcohol hacen una mezcla perfecta y adictiva. Ángela muerde el labio de Franco y tira de él, luego se aleja.  Franco frunce el ceño observándola y ella ríe enganchándose de nuevo en su nuca.

-Te quiero. -dice esta vez sería.

Hay ocasiones que puede que una misma palabra te dice lo que cien otras no consigan decirte. Esa palabra... ese simple te quiero, te puede hacer la persona más feliz del mundo, o todo lo contrario. En esta situación, fue la primera. Su cabeza da vueltas y vueltas, pero es totalmente consciente de lo que está diciendo. Él en respuesta le pega otro beso, pero totalmente distinto. Le está dando la respuesta en ese beso. Le esta diciendo que él también la quiere y que la quiere muchísimo. Este es un beso lento, donde se para el tiempo. Lento, Lento, muy lento. Y abandona sus labios. Franco sonríe y le da un fugaz besito mojado. Gira su cabeza. Otra vez esos. Aprieta su mandíbula. Ángela es consciente. Lo sabe hace tiempo. Pero a ella no le importa. Solo le importa él.

-No te tenses gatito, ignóralos. -le susurra.

-Pero no puedo, odio como te miran.

-Olvídalos, no les pongas importancia.
Franco asiente aunque no puede olvidar a esos dos gilipollas. Los mira de reojo. Se abandona de esos pensamientos y besa el cuello de Ángela. Otra vez la adrenalina subiendo. Muerde, clava sus dientes, muerde fuerte. 

-No te pases tampoco. -susurra ella mientras sigue bailando.

-Esos tarados deben saber que eres solo mía. -dice con voz ronca.

-Ellos lo saben. -ella se aleja un segundo y lo mira a los ojos, sería. -Olvida nuestro al rededor, céntrate en ti, en mi, en tus amigos. Disfruta ¿Si? -Ángela le regala una dulce sonrisa y él asiente, recobrando el baile. Siguen bailando, sudando. Franco le dice cosas al oído mientras bailan. Ella ríe desenfrenada y se mueve divertida besándolo de vez en cuando. Conteniendo el aliento. Con el corazón a dos mil y las mariposas en la garganta.

-Fea.. le susurra al oído bromeando.

-Te odio. -le dice ella riendo. -Eres insoportable, deja de reírte de mí. Desaparece.

-Vale... -él sonriendo se inclina, haciendo el amago de marcharse. -Si me lo sices así me iré... -sigue bromeando.

-Espera, no. tira de su camisa y lo acerca.

-¿No? -él eleva una ceja divertido. -¿No qué?

-Que no te vayas....

-Si me lo has pedido tú, además me odias. --dice intentando parecer serio. Ángela lo rodea con sus brazos, acariciándole el cabello.

-Sabes que no te odio, que te quiero, que no te soporto. Pero te necesito, que me molesta que te rías de mi, pero a la vez me encanta porque demuestras que me prestas atención. Y quiero que desaparezcas, pero...

-¿Pero? -él se lame los labios y acaricia su espalda.

-Pero quiero que desaparezcas conmigo.

Pi, pi, pi, pi, pi, bom, bom, bom, bom. Así es como suenan dos corazones enamorados. El se ríe y casi sin darle tiempo a suspirar, la besa de nuevo. Es como un vició, terriblemente adictiva. Le gusta porue va en pequeñas dosis, intensas pero pequeñas. Le gusta porque acelera el pulso, el corazón sube y la adrenalina. Su sabor, se ponen a prueba, Joder, y sabe ponerle a prueba. Y es irremediable e incurable. Porque se podría decir que es un reto lograr no perderse en su boca. Porque produce locura, y eso ¿sinceramente? Le encanta. Se aleja de ella en busca de oxigeno. Franco la mira un segundo. Le regala una sonrisa. Ángela tira de su mano y yendo hacía dónde están los chicos. Se cambian de parejas. Peter le da un cigarro a Franco que Ángela no tarda ni dos segundos en quitarle. Odia, repugna y odia aún más el cigarro. Franco ya no fuma y no quiere que vuelve a hacerlo. Peter se lleva la mano a la cabeza y susurra un 'Señor, si señor'. Todos ríen, incluso él. Entre bromas y risas pasa una hora más. Ya están cansados y a ellas ya les empiezan a pesar los tacones. Pero no quieren marcharse. Son las cinco y media de la madrugada.

-Vamos fuera. -le dice Franco a Ángela.
Ella asiente y coge su mano.
Salen del local, Ángela está tomada pero es consciente de todo. Franco también ha bebido, pero menos. Él tiene que conducir.

-¿A dónde vamos? .pregunta ella observándolo.

Él no responde, tira de su mano y ella lo sigue. La conduce a dentro de unos pequeños arboles. Ángela exige explicaciones e incluso se opone.

-Eres una caprichosa, hazme caso. -le dice él tirando de ella.

-No voy a entrar ahí.

-¿Te da miedo?

Ella niega. Realmente está cagada de miedo. Los arboles son altos y está todo muy oscuro. Se pueden escuchar algunas hojas caer por el ruido de los pájaros. Ella lo mira y niega.

Desafió al Corazón [FRANGELA]Where stories live. Discover now