Siempre creí que el primer día de clases seria bastante abrumador, porque, bueno, la primera vez que fui a la escuela tenía ocho años y me moría de nervios por como me iría ese primer día. Pero se esfumaron en el momento que vi a Dan bajando del auto de su madre, al siguiente día estaba como si nada... En la secundaria no tenía muchas clases compartidas con Dan, pero hice amistades y ocurrió lo mismo, y así sucesivamente hasta llegar al presente. Este mismo día comienzo la universidad y estoy igual que cuando tenía ocho años, muerta de los nervios. Es como si supiera que algo va a pasar en esta semana y las ganas de quedarme en casa aparecen.
No me gusta esa sensación de creer que algo sucederá. Me ocurrió una vez y ocurrió algo que a mi familia y a mi nos puso al borde de la locura.
-El desayuno estará en veinte minutos, date prisa -dice Dan al otro lado de la puerta.
Abro los ojos y observo el techo blanco sin nada en la mente en específico...solo esa estúpida cosa.
Me siento en la cama y una línea de luz se filtra por la cortina, dándome en la cara y cegandome por un instante. No sé que hora es.. pero ya es de día. Me levanto de la cama de un salto y camino hasta el baño. Dentro de este me despojo de mi mini shorts, blusa y bragas. Me doy una ducha rápida y cuando salgo me doy cuenta que olvide algo. La toalla. Saco la cabeza por la puerta y observo si nadie puede verme. Sin muros en la costa. Salgo como una bala y envuelvo mi cuerpo en una toalla que estaba colgada en una silla.
Nadie me puede ver y actuo como si medio mundo lo pudiera hacer.
Tomo mi ropa y comienzo a vestirme. No me maquillo, tomo mi bolso y salgo de mi habitación. El olor a tocino y huevos esta por todo el lugar...pero huele extremadamente delicioso y mi estomago ruge en respuesta.
Abotono el último botón de mi blusa de cuadros verde y me acerco a la barra. Dania sirve un poco del desayuno en un plato y me lo pone enfrente. La canción Locked away se hace sonar en el momento que me meto una porción de comida en la boca y rápidamente saco mi celular del bolso.
-¿Hola? -digo con la boca toda llena.
Observo a Dania sacar el jugo de arándanos del refri y servir un poco en dos vasos. Trago la comida y la voz divertida, pero seria, de Charlie se escucha al otro lado.
-Paso por ustedes en unos minutos, estén lista...de lo contrario se tendrán que ir en el autobús...
En el último momento alguien grita una palabrota y a los segundos se escucha la respuesta de Charlie. Dania me lanza una mirada y sus ojos ¿brillan? Levanto las cejas y la miro, pero ella esquiva mi mirada y se pone a comer ¿Qué demonios fue eso?
-Tranquilo estaremos esperando, además...no hay mejor manera de empezar el día qué gritando un insulto ¿no? -mi tono de voz es normal y solo escucho ruido.
-Tienes razón, es la mejor manera de empezar el día...
-¡Hey, Pryor! ¿iras al octágono?
Se escucha a lo lejos y yo bajo la mirada a mi comida, con el ceño fruncido ¿Octágono? ¿Qué es eso? Mi mente formula preguntas qué le haré a ese imbécil y a los dos segundos escucho la voz de Charlie decir un "tal vez"
-Paso por ustedes en cinco minutos -dice y su tono de voz es serio.
-Ok, Charlie ¿qué es el octágono...?
Cuando apenas termino la palabra Charlie me cuelga y resoplo.
Algo no me quiere decir.
Dejo el celular a un lado y comienzo a comer. Mi mete sigue con lo mismo ¿qué es el octágono? Sea lo que sea lo averiguaré. Mi maldita curiosidad y yo.
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#2 SAM
Romansa=¡Muchos errores de ortografía! Historia escrita y terminada en el 2015= ¿Como llegamos a esto?¿Como perdí a tantas personas en tan pocos meses? Pero la respuesta es él. Lo conocí y mi maldita curiosidad me arrastro a saber más de él, pero eso provo...