CAPITULO 1: PASIÓN POR EL BAILE

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"Los grandes bailarines no son geniales por su técnica, son geniales por su pasión"

MARTHA GRAHAM

-¡Sadie ya es tarde, baja si quieres que te lleve a la academia!

Cuando cumplí los 10 años la pasión del baile llego a mi, recuerdo pasar horas frente a la televisión tratando de hacer los pasos de un vídeo musical y recuerdo la adrenalina que corría por mi cuerpo al ver cómo se movían aquellos adiestrados bailarines, mi padre al notar mi entusiasmo hacía este arte, me inscribió inmediatamente y sin preguntar, a una de las mejores academias en la ciudad, él solo me quería ver feliz.

-No papá, estoy bien, ¡gracias!-grite desde mi habitación. Salí y camine hasta el descanso de las escaleras-Hoy las clases empiezan más tarde, iré caminando-contesté esbozando una sonrisa hacia mi padre que se encontraba acomodando su corbata.

Ahí estaba el centro de mi universo con su característico traje ejecutivo gris, cabello cuidadosamente peinado hacia atrás y gafas.

Mi papá era dueño de una de las compañías más grandes de tecnología en el país, era un genio de la tecnología, nuestra casa incluso tenía vida propia, lo cual a veces era confuso, prefería hacer lo más que pudiera de mi propia mano, baje las escaleras hasta encontrarme frente a él para darle un beso de despedida, tome mis cosas para las clases, saque mi reproductor de música y me puse mis audífonos, me encantaba perderme en la música, era mi escape a otro mundo.

Iba a mitad del camino y sonaba una de mis canciones favoritas, cerré mis ojos para sentir el ritmo, pero no todo en esta vida es para siempre, mi concentración fue abatida, alguien había chocado y caído sobre mi.

-Lo siento mucho, ¿estás bien?

Era la voz de un chico, se levantó mientras yo recogía mi bolso, el cual había salido volando a unos cuantos centímetros de mi, levante el rostro y vi su mano extendida, no podía verle el rostro a causa del sol, tome su mano como apoyo y me levante, recobre el equilibrio y trate de ver su rostro, pero el sol seguía sin dejarme verlo, era algo muy extraño.

-En serio, lo siento-repetía el chico.

-Estoy bien no te preocupes, fue también mi culpa-dije poniendo mi mano sobre mi frente para poder ver al chico.

Por mas que trate, no pude, el sol bloqueaba toda visibilidad de él, solo podía oír su voz y era hipnotizante.

-Bueno, siento dejarte así, pero me tengo que ir-dijo mientras empezaba a correr.

Me quede pensando en lo raro de la situación unos segundos y rápidamente voltee en la dirección en la que aquel misterioso chico se había ido corriendo, lo único que pude ver fue su cabellera rubia y la parte de atrás de su camisa polo.

Seguí mi camino hasta la academia, dos de mis mejores amigas se encontraban en los sillones de la sala de espera, una de ellas me reconoció y llamo la atención de la otra, camine hasta donde se encontraban y como siempre me recibieron con una enorme sonrisa.

-¡Sadie te extrañe mucho!-dice Paige mientras me estrujaba hacia ella.

-Paige nos vimos ayer en la tarde-dije correspondiendo su abrazo mientras reíamos-pero igual te extrañe-moví un poco mi cabeza para ver a Casey-a ti también peliteñida.

Me separe de Paige y tome asiento en uno de los sillones, aún quedaban 15 minutos antes de la primera sesión así que decidimos comprar una barra energética para comer después del entrenamiento.

-¡Dios!-gritó Paige asustando a todos los que se encontraban alrededor de la máquina expendedora-lo había olvidado por completo-decía mientras cubría su rostro con sus manos.

Casey y yo nos miramos sin entender nada.

-¿Qué pasa Paige?-pregunta Casey con el seño fruncido.

-En una semana empiezan las clases-dice colocando su espalda en la pared de ladrillo que se encontraba al lado de la máquina-eso significa que tendré que ver de nuevo a Thomas-prosiguió mientras se deslizaba lentamente hasta el suelo, cuando su trasero toco tierra, retiró sus manos de su rostro.

Thomas era el novio de Paige, pero terminaron por la inseguridad de esta, ella estaba segura de que Thomas la engañaba con una chica de un grado menor, el último día de clases Paige humillo a Thomas y a la pobre chica, que resultó ser la prima de este, desde entonces no se han visto pues Paige salió corriendo después de haberse enterado de ello.

-¡Ay Paige!-dije mientras me ponía en cuclillas para consolarla.

Después de unos segundos Casey se nos había unido al abrazo.

-Creo que será mejor no ir el primer día para evitarme toparme con él.

Sentí como su mirada quedaba perdida en el momento, voltee a verla para confirmar lo que pensaba.

-De igual manera lo verías otro día-dije mientras deshacía el abrazo.

-Entonces me cambiare de escuela, ¡decidido¡-dijo levantándose de un golpe, causando que Casey y yo cayéramos hacia atrás.

-No puedes dejar que esto te tenga así, la verdad deberías aclarar las cosas con Thomas-dice Casey colocando sus brazos en una posición de soporte.

-Casey tiene razón Paige-dije mientras me levantaba y limpiaba mi trasero, podría decir que el suelo y mi trasero ahora son buenos amigos.

-Tienen razón, pero aún así lo consultare con la almohada- contesta Paige evadiendo nuestras miradas.

El timbre nos indica que las primeras sesiones han comenzado, nos dirigimos directo a la sala donde nos correspondía la sesión de expresión corporal. Dejo mis cosas del lado izquierdo de la puerta junto mi botella de agua y me quito mi suéter para después colgarlo en el perchero.

-Buenos días clase-dice la señora Goldman-hoy trabajaremos con las improvisaciones que supuestamente deberían haber estado practicando desde hace semanas, ¿quién quiere ser la primera?-pregunta con la mirada firme y dirigiéndola en todas direcciones o al menos en donde nos encontramos sentados, parecía que nadie se animaría a ser el primero por lo que me arme de valor y levante mi mano-muy bien pasa al frente Sadie-respondió ante mi gesto con un tono de disgusto.

*
-¡No puedo creer que Goldman te haya dicho que tú presentación ha sido poca cosa Sadie!-dijo Casey con cierto tono de enojo en su voz-juró que llore de lo hermoso que fue-continuo mientras abría los ojos de una manera exagerada.

-Tranquila Casey, tú sabes que Goldman es muy fría, lo importante es que esta a un año de jubilarse y nosotras a dos de graduarnos del colegio, para después irnos a vivir el sueño Julliard-dijo Paige estirando uno de sus brazos mientras ha un medio círculo con ellos.

-Paige tiene razón-respondí riendo por el acto anterior de esta.

-Lo sé-continuo mientras veía al techo con alivio-ahora vamos a hip hop, saben que es mi clase favorita y no me la quiero perder, además quedamos que veríamos a las demás ahí-dijo mientras nos tomaba de las muñecas y arrastrándonos hasta el siguiente salón.

Siempre Contigo | Niall Horan |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora