T R A D I C I Ó N. [EDITANDO]

Capitulo 1

Oficina del hokage, 9:00 a.m.

-Lady Tsunade, ¿acaso esto es una broma?

Las lagrimas amenazaban con salir, su voz salió quebrada al pronunciar esas palabras, observó cuidadosamente el rostro de su maestra, en busca de una señal que le demostrará que ella estaba mintiendo, pero no encontró nada.

La rubia bajo la mirada y las lagrimas empezaron a salir, Sakura llevó sus manos a su rostro con sorpresa, muy pocas veces había visto llorar a su maestra, su corazón se encogió al ver como esta le pedía perdón, sin dudarlo, se paró de su asiento y fue a abrazar a su maestra.

Un abrazo con el cual, ambas rompieron a llorar amargamente.

-Lady Tsunade, no se preocupe por mi, usted sabe que yo amo a mi aldea y estoy dispuesta a hacer lo que sea para protegerla.

La rubia se separó de su pequeña discípula, mientras que esta le regalaba una radiante sonrisa, sabía que ella aceptaría y también sabía que haría cualquier cosa por su aldea, por la gente y sobre todo, por su familia. Con su mano, esta seco las lagrimas de la pequeña chica.

-Sakura, ¿qué pasará con Sasuke?

La pelirosada frunció el seño ante aquella pregunta, pues a pesar de que se encontraba enamorada de Sasuke, debía de aceptar que esa relación nunca funcionaría. Era momento de soltarlo, de dejarlo ir, ya era hora de que Sasuke Uchiha pasará a la historia en su corazón, en su mente y sobre todo, en su alma.

-En algún momento, el significó mucho para mi, sin embargo, he estado pensando en que es lo que quiero realmente para mi, y si le soy sincera Lady Tsunade, el no es lo que deseo en mi vida. Quiero sentirme amada todo el tiempo, no a veces.

Su maestra le regaló una sonrisa al ver a la joven chica tan decidida, sabía que ella ya había esperado mucho por la persona incorrecta, una persona que la lastimo.

-Pequeña, debes de arreglar tus cosas, mañana por la tarde te marcharás, ninjas especiales anbu te escoltaran a la aldea de la arena.

-Si Lady Tsunade, haré el papeleo para transferirme a la hospital de Suna

-De acuerdo, ya puedes irte.

Sakura se despidió con una sonrisa y salió de la oficina de la hokage.

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Suna, 10:30 a.m.

La luz tenue del sol que entraba por la ventana alumbraba la pila de papeles que se encontraba en su escritorio, un suspiro pesado salió de sus labios, pese a ser temprano, el se encontraba cansado, no había pasado una buena noche, ya que sus pensamientos comenzaban a consumirle, ¡se iba a casar!, esos viejos del consejo habían llegado por la tarde para decirle que se había formado una alianza con una de las aldeas y que tenía que prepararse para la llegada de su prometida.

¡Por todos los cielos, no tenía ni la más remota idea de quien era!, se encontraba en la punta del estrés, tenía tantas cosas por hacer, y no tenía el tiempo para pensar en una estúpida boda.

-Todo esto es una asco- soltó para mirar a su hermano mayor.

-Ni que lo digas hermano, pero en lado bueno es que es una chica realmente bonita, hasta yo querría casarme con una chica como ella- dijo sonrientemente.

-Solo te fijas en lo físico, además, tú eres un don Juan, el gusto de tenerla como esposa solo te durara un rato y luego iras por otra chica, te conozco-

La puerta se abrió repentinamente para que una rubia hermosa entrara junto a una morena, los dos se pusieron serios al ver a la rubia, una mujer autoritaria y empoderara.

-Gaara, mañana por la mañana llegará tú prometida, necesito que firmes estos papeles para autorizar el banquete del anuncio de compromiso- terminó de decir la rubia mientras que la castaña le entregaba los papeles al mencionado.

Sus manos se rozaron por accidente y las mejillas de la menor se tornaron de un rosa tenue, era bien sabido por toda la aldea de que todas las chicas de la aldea se encontraban enamoradas de su gobernante, pero el nunca les daba oportunidad, o bueno, al menos no a las demás, ya que solo era un secreto que ella y el compartían.

Ellos solo eran, compañeros sexuales.

Los sentimientos estaban prohibidos