Capitulo 3.

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Caminó con paso seguro a la entrada de la aldea, donde un escuadrón anbu esperaría por ella, ahora que la noticia se había esparcido, muchos bandidos o ninjas renegados querrían su cabeza, después de todo, ahora era la prometida del kazekague y al poseer tal título su vida comenzaba a correr peligro. Después de todo, aun existían personas que deseaban la venganza y sobre todo, la guerra.

Le habían informado de último momento que usarían un señuelo, uno de los miembros de anbu se haría pasar por ella, por el momento tendría que portar el uniforme de la organización que la escoltaría. Antes de irse, vio llegar a su maestra junto con su mejor amigo, Naruto.

Una sonrisa surcó por sus labios y no dudo en salir corriendo a sus brazos, lo amaba tanto, habían pasado por tantos momentos que, ¡Dios, lo extrañaría!

-Naruto, prométeme que iras a verme, por favor- este solo la abrazó con fuerza, aun analizando lo que pasaba, la noticia de que su mejor amiga, su hermana, se casaría con el kazekague era algo que realmente no se esperaba- Sakura, prometo estar para ti, siempre- y se abrazaron una última vez.

-Bien Sakura, es momento de que te vayas- la mirada nostálgica de su maestra hizo que su corazón se estrujara, sin dudarlo, jaló a Naruto y los abrazó como nunca, los extrañaría. Pues ellos, eran su todo.

Después de unas cuantas despedidas, llegó la hora de partir, a lo que sería su nuevo hogar.

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Sunagakuro no sato, 12:15 p.m.

Hoy eran uno de los días más calurosos en la aldea, el sol se encontraba en su punto máximo, desde la ventana de su oficina podía ver a la gente de su aldea haciendo sus deberes, tan felices, desde que culmino la guerra y empezaron a comercializar con otras naciones, su aldea empezaba a mejorar, una mejoría lenta pero segura. Habían recibido ayuda de los ninjas médicos de konoha.

El recuerdo vago de Sakura liderando al escuadrón de ninjas médicos y entregando el nuevo plan estratégico para que se ayudaran, igual recordaba el tacto de sus manos en su cuerpo cuando lo revisaba, siempre con una pequeña cola de caballo, junto con su característica bata blanca.

Ella era una belleza.

Y el lo sabía muy bien...

T R A D I C I Ó N. [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora