Dos.

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Ocho de la mañana y no puedo abrir los ojos completamente por culpa de Luke y Grace. Hay veces donde pienso que debería conseguir mi propio departamento, no quiero pensar que viviré toda mi vida junto a ellos y tendré que soportar esos ruidos a media noche. Finalmente estoy despierto, pero ahora recuerdo que debo ir a mi entrevista de trabajo, y eso implica llevar cabello bien peinado, ropa elegante y tapar mis increiblemente y artisticos tatuajes; Grace cree que son horribles y que un día querré quitarlos. Solo son idioteces.

—¿Listo para tu primer entrevista?

Luke parecía más emocionado de lo que yo estaba. Negué con mi cara de desagrado y totalmente en desacuerdo en buscar un trabajo. Sí, había sido idea de Luke, así podríamos repartir la renta entre los tres. En realidad pienso que fue idea de Grace, no me agrada mucho, pero es novia de Luke, y no hay nada que hacer.

—No quiero ir.

—Vámos Michael, es el World Trade Center. Será maravilloso, te lo prometo.

—Solo dices eso porque trabajas ahí.

—Lo sé, y será más divertido por esa misma razón.

A veces quiero golpear a Luke repetidamente hasta dejarlo inconsciente, pero es demasiado bueno para ser tan malo con él. Además, salir con Grace debe ser suficiente.

Fue un beso largo el cual pudo ser la razón por la que llegaría tarde a la entrevista. Y me hubiera agradado Grace si no le hubiera recordado la cita que tenía a Luke. Despues de eso lo único que sentía era el aire entrar con furia por mi boca y nariz, haciendome que me ahogara por la rapidez con la que iba Luke en el auto.

—Viejo, ¿quieres calmarte? Llegaremos temprano.— en realidad, bien sabía que las palabras cálmate y Luke nunca debían ir juntas, pero siempre hacía mi intento.

—Michael, debes acostumbrarte a vivir en Nueva York tarde o temprano, esto no es Tennessee.

—Tal vez es una señal de que no debo ir a la entrevista.

—Michael, llevas viviendo conmigo y Grace un poco más de un año.— y no continuó, él sabía que yo sabía a lo que se refería.

—Entiendo, pero por favor deja de decir mi nombre antes de todos tus oraciones.

—Esta bien, Michael.—toda persona necesita a un amigo estúpido, en este caso yo tenía a Luke, y que fuera mi mejor amigo lo hacía más excitante.

Dos edificios enorme eran lo unico que mis ojos llegaba a ver. Lo más lejos que había estado de Greeneville, Tennessee, era Greeneville, Tennessee, y eso gracias a que Luke me sacó de ese lugar, por que si fuera por mi estaría viviendo en casa de mi madre, y no tendría que buscar un trabajo para pagar la renta, porque claro, era mi madre.

—¿Ansioso?— Luke preguntó muy emocionado. Como si supiera que el empleo ya sería mío.

—No sabes cuanto.— fingí entusiasmo y Luke solo rió irónico.

—Mejor actuas como si estuvieras esperando por este empleo desde hace ya años.— de nuevo fingí una sonrisa y Luke solo afirmó con su dedo pulgar en el aire. —Vámos.

Al entrar quedé completamente sorprendido por lo enorme que era este edificio. Luke y todos aquí le llama La Torre Norte, no sé la verdad el porque. Había miles y miles de personas que entraban y salian por esas puertas cada segundo, iban con tanta prisa, como si algo los viniera persiguiendo.

—¡Un elevador desocupado, corre Michael!

Luke sabía perfecto que no era el tipo de personas que corrían, o que se levantaban de un lugar, pero mi instinto me dijo que debía correr o me perdería el elvador y por ende la entrevista. Y aún así no quisiera hacerla, había una razón por la cual quería. No era para complacer a Luke o Grace, o para hacerles saber que sí podía. Era otra razón extraña, que ni siquiera yo sabía, y como no lo hacía decidí ignorarlo por completo.

—¡Detengan el elevador, por favor!

Una voz clara y hermosa retumbo mis oídos una y otra vez aunque no lo haya gritado dos veces. Una chica castaña y de ojos azules similares a los de Luke se hizo presente. Y debo admitir que sus ojos brillaron al verme, en verdad lo noté, al igual que noté como sus mejillas se enrojecieron al mirar a Luke y rodeé los ojos sin darme cuenta.

—Hola Luke.— dijo nerviosamente haciendo un raro movimiento con su cabello y empezó a hacer un ruído desesperante con las uñas de sus dedos al tocar su portafolio. 

—Hola Paige.— Luke le sonrió amable y esta solo lo miraba de reojo.—Oh, él es Michael mi mejor amigo y próximo trabajor en el piso.

—Es un gusto.— me estrechó su mano. Delicada y suave, como ella. Las palabras no salieron de mi boca y no hice más que sonreir. Fue algo vergonzoso e incómodo, pero por alguna razón sonreí ampliamente solo para mi sin siquiera mirarla.









9/11; m.cDonde viven las historias. Descúbrelo ahora