Capitulo 1

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Son las seis de la tarde y me dirijo a la tienda de videojuegos muy nerviosa, es la primera vez que intento buscar trabajo y no se como saldrá. Nada mas llegar observo los escaparates y me encuentro con un montón de juegos nuevos que he visto muchas veces anunciados en la tele. ¡Estoy muy emocionada!

Entro sin perder ni un segundo y me sorprende todavía más el interior de la estancia, hay millones de estanterías chulisimas de muchos colores llenas de videojuegos. Me las quedo mirando embobada hasta que una voz masculina me llama desde el mostrador. Se trata del dueño.

Es un hombre joven y bastante atractivo, no puedo evitar sonrojarme pero lo oculto lo mejor que puedo. Lleva una camiseta del Minecraft muy bonita, ya me gustaría a mi tener una igual, pero nunca me compro ropa de ese estilo.

—Hola señorita, ¿Buscaba algo? —Me pregunta amablemente, parece simpático.

—Estoy interesada en el puesto vacante, vi el anuncio en el periódico.

—Esta mañana han venido cuatro chicos en busca del trabajo —Pero ninguno era bueno jugando, y nosotros solo queremos a gente que le guste este mundillo, así que sígueme.

Sin comprender nada me dirijo a la trastienda junto a él y me muestra una especie de sala de juegos que tienen. Me quedo asombrada, ¡Es impresionante! Podría tirarme horas jugando aquí.

—Vas a jugar a Assassin's Creed, quiero ver como te desenvuelves. 

Siento que ha llegado el momento de demostrar mi valía, pero su mirada me pone muy nerviosa. Lo que el no sabe es que yo ya me pase este juego en su día, solo tengo que recordar lo básico y esto está hecho. Al principio no parece muy sorprendido, pero en cuanto empieza a ver lo bien que me desenvuelvo tiene que tragarse sus propias palabras y aplaudirme.

—¡Fantástico! 

Sin poder evitarlo empiezo a dar saltos de alegría y lo abrazo muy contenta, al instante me doy cuenta de lo que hago y me separo avergonzada.

—No te preocupes, me alegra que te haga ilusión trabajar aquí.

No parece enfadado, me sonríe y yo le devuelvo la sonrisa agradecida.

—Empiezas mañana, a las cinco, ¿Qué te parece?

Acepto agradecida y el se dispone a enseñarme las instalaciones del lugar con mucha amabilidad, creo que vamos a llevarnos bien.

—Yo me llamo Fernando, pero puedes llamarme Fer, con confianza.

—Yo soy Ivy.

Una vez acaba de enseñarme toda la estancia nos despedimos hasta mañana y yo salgo contenta de la tienda. Estoy más que feliz y no puedo evitar llamar a mis padres y a Susi para contárselo.

—¡Me han cogido! 

—Jo Ivy cuanto me alegro, ya verás lo bien que lo vas a hacer, ¿Que te parece si quedamos para tomar algo?

—¡Si me encantaría! ¿En media hora en el bar de mi calle?

Ella acepta enseguida y me dirijo a mi pequeño coche de segunda mano, un regalo que me hicieron mis padres el año pasado cuando me saqué el carnet. Le tengo mucho cariño, no sé que haría sin mi pequeña tortuga. 

Me pongo el cinturón y ajusto los espejos al mismo tiempo que echo un ultimo vistazo a la calle para memorizarla. Justo en ese instante entran en el interior de la tienda en la que trabajaré a partir de ahora dos nuevos clientes, me fijo en sus caras y al instante se me hacen conocidas sus caras de forma casi instantánea... ¿Quienes pueden ser?


Dos Rubius y una rayitaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora