-Rubius P.O.V-
Entro en casa bastante enfadado. Mangel no está y lo agradezco. Raspberry intenta que le haga caso pero estoy tan furioso que no puedo evitar ignorarla, me dirijo directamente a la pecera que compré por internet hace dos días y que llené de agua hace apenas un par de horas, había llegado el momento de colocar los pececitos en su nuevo hogar.
Y daba igual lo que pensasen los desconocidos como esa dependienta antipática de la tienda de videojuegos, yo adoraba los animalitos y estaba muy contento de tener a dos nuevas mascotas, a las cuales he decidido llamar Mahé y Ust.
Mahé es el pez más grande, y el que más colores tiene, una mezcla entre azul y naranja precioso que me recordaba mucho a mi mahé. En cuanto a Ust, era el más pequeño pero también era bastante colorido, los dos son preciosos en definitiva.
Los coloco en el interior y empiezan a nadar explorando cada rincón de la pecera, parecen felices y eso a mi me hace todavía más feliz. Me quedo un rato admirando la pecera y casi logro olvidarme de la dependienta antipática cuando Mangel aparece por la puerta cargado de snacks para picar.
—Rubiuh mira que he traíoh —Exclama ansioso esparciéndolos por la mesa del salón. —Menudoh festín no vamoh a dar.
—Yo paso, estoy de mal humor —Le explico mientras me tiro sobre el sofá, deseo descansar un rato.
—¿Qué ha pazaoh ahora rubiuh?
—Fui a comprar los videojuegos que te dije, y la dependienta de la tienda miró mal a mis pequeñines.
Mangel sabe que me refiero a los nuevos pececillos que he comprado y mueve la cabeza en señal de reprobación.
—Tu te ofendeh por todoh rubiuh—Me dice convencido, mientras coge un paquete de cheetos y empieza a devorarlos. —Tal veh la chiquillah tenía sus motivoh.
Decido ignorarlo y cojo el móvil para distraerme. Miro el twitter y me encuentro con los típicos mensajes de las fangirls que más detesto, esos que casi rozan el acoso. Siento miedo y al mismo tiempo deseo que mi limite de tolerancia sea más grande, no soporto tratar mal a mis fans, pero a veces realmente se pasan demasiado. Bloqueo el móvil y no puedo evitar volver a pensar otra vez en lo mismo
—¿Quién en su sano juicio odiaría a un animalito? —Siento que realmente estoy cabreado. —¿Sabes qué? Voy a encargarme de esto.
Me levanto y entro en mi habitación dando un portazo dejando a Mangel flipando, casi corro hacia el ordenador. Enciendo la pantalla y entro con rapidez en la pagina de la tienda, al ser socio de ella puedo acceder a sus datos privados, y no tardo en dar con el nombre, apellidos y número de la antipática.
—¿Ivy eh? —Digo con bastante prepotencia mientras la agrego como: "Ivy anti-peses".
Me levanto y me acuesto en la cama un poco nervioso, no estoy muy seguro todavía de si lo que voy a hacer está del todo bien, pero deseo realmente darle una lección para que aprenda a valorar más a los animales a partir de ahora. Abro Whatsapp y preparo el chat.
"Hola Ivy, tu no sabes quien soy pero yo si sé quien eres, y prepárate, por que voy a hacer tu vida imposible."
¿Realmente tengo una vida tan aburrida para andar haciendo estupideces como estas? ¿De verdad realmente me he puesto así por que una chica ha mirado mal a mis peces? Pienso al instante que estoy exagerando y que acabo de quedar como un maldito acosador tan solo por pagar con los demás mis propias frustraciones... pero no puedo dar ya marcha atrás.
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Holi criaturitas <3
Siento que este cap sea algo cortito pero era necesario dejarlo así <3 intentaré subir otro cap dentro de un rato <3 muchas gracias a todos los que han leído y le ha gustado, me hace mucha ilu >u<
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Dos Rubius y una rayita
Fiksi PenggemarIvy Martinez, más conocida como Rayita, es una chica madrileña de diecinueve años con un curioso problema, tiene una fobia extrema a los peces que a simple vista no parece ninguna limitación. Pero las cosas cambian cuando su vida da un giro extremo...