Capítulo 11

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Hipo va a su habitación y deja a Astrid en su cama, la arropa con una manta; los demás se quedaron en el umbral de la puerta – Porque sigues con el vestido? – el pelinegro seguía mirando con extrañeza la comodidad en que Brutacio lo usaba

-Es cómodo, si quieres después le pides a Astrid que haga uno para ti para que sientas la textura de la tela – su gemela asiente concordando con su hermano, ella había tocado la capa y era suave, aunque no lo pareciera

- Tal vez lo haga – el pelinegro se cruza de brazos; Gothi llega a habitación y la dejan pasar junto con los demás adultos

La anciana se acerca para revisarla, tenía una expresión indescifrable pero luego frunce el ceño y escribe en el suelo – Dice que solo fue un golpe en la cabeza, nada de qué preocuparse – traduce Bocón – y el cabello? – Gothi hizo un gesto de restarle importancia a ese detalle, la platinada se mueve un poco, las pesadillas habían aparecido otra vez. La anciana saca algo de su morral y lo muele con sus manos acercándolo a la cabeza de Astrid; toca su frente y la platinada se calma – tiene un hechizo de pesadillas que le provocaron el descontrol, he calmado sus sueños, pero deben destruir a la hechicera o ella seguirá con pesadillas para siempre – Bocón lee lo que Gothi escribió

-Como encontraremos a Kaira? Desapareció de la nada y creo que ella está detrás del ataque de las criaturas negras – Hipo se había quedado al lado de Astrid todo el tiempo

- Criaturas negras? Hechas de arena? – pregunta Estoico recordando cuando su hijo casi moría por una de esas cosas

- Si, estaban en el castillo – dice Heather – Astrid los congelo

- Será muy difícil encontrarla, primero hay que enfocarnos en quitarle la tormenta al archipiélago, empeora con cada hora que pasa – dice Valka

- Ni nos lo recuerde, se parece a la tormenta de hace 6 años cuando los animales se perdieron – recuerda el gemelo

- Se me congelaron los mocos – los demás miraron a Brutilda, pero no dijeron nada

- Astrid no sabe que congeló el archipiélago, se alteraría mucho – el castaño mira a sus padres – puede que también se altere por estar aquí

- Iré a preparar un té calmante – se ofrece Valka y sale de la habitación

- Yo voy con ella – Heather la sigue, ya había probado que la señora Haddock no era buena en la cocina, ni siquiera preparando alguna bebida

- Será mejor esperar a que despierte, cuando lo haga trataremos de trazar algún plan – Estoico saca a todos de la habitación y él también sale dejando a su hijo solo con Astrid

Hipo toma la mano de Astrid – Vaya aventura que tenemos por delante – acaricia el dorso de sus dedos y ve la pequeña y casi imperceptible sonrisa de la platinada y se preguntó que estaría soñando

Dos niños de 8 años estaban recostados en una cama, la niña era rubia de unos impresionantes ojos azules y el niño era castaño de ojos verdes como una esmeralda – Entonces Cenicienta se probó la zapatilla, sus hermanastras estaban furiosas por el hecho de que le quedará – una señora de cabello castaño casi rubio de ojos azules les contaba una historia – El duque emocionado avisó al príncipe de que encontró a la dueña de la zapatilla de cristal y el rey mandó a organizar la boda más grande jamás vista en el reino, Cenicienta y el príncipe se casaron, sellando su amor con un beso de amor verdadero y vivieron felices para siempre – termina de contar

- Porque todo tiene que acabar con un beso? – pregunta la niña asqueada

- Es muy cursi – concuerda el niño – además como se enamoraron por solo un baile? Ni siquiera se conocen bien

El Amor Siempre Recuerda (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora