Cap 11. Esto es demasiado para mi.

345 20 0
                                    


Salgo de la primera clase, le estoy texteando a Maddi para ir a desayunar de una vez por todas. Alzo mi vista y visualizo a Thomas al final del pasillo, el no me ha visto pero pronto me vera. Tomo un poco de aire pero muevo por la rabia que se hace mas grande mientras mas me acerco a el, con pasos fuertes.

Cuando estoy frente de el pone la mirada en mi.- Jenni, justo quería hablar cont...- No termina porque no pude evitar golpear su mejilla con fuerza, pero al parecer para el no fue la gran cosa, porque en su cara hay una sonrisa mas que otra cosa ¿porque esta sonriendo? Aquí es cuando yo me pregunto: ¿porque los hombres son tan raros? Lo acabo de abofetear ¿y me sonríe? Veo como todos los que estan en el pasillo estan murmurando y mirandonos muy atentamente.

- Eso es para que sigas haciendo apuestas.- Digo disponiéndome a darme la vuelta pero Thomas me agarra, antes que me de cuenta, sus manos estan en mi barbilla y sus labios están sobre los míos y se quedan así por lo menos cinco segundos hasta que me suelta. Sin pensarlo yo lo abofeteo de nuevo, ya estoy harta de que juegue conmigo.

El se soba la mejilla.- Tengo que admitir que me gustan mas tus besos que tus cachetadas.- Dice sin importancia y sonriendo de una manera coqueta.

Alzo la mano para abofetearlo de nuevo y el muy tranquilo me acerca su mejilla sin miedo a que lo golpee, me tranquilizo un poco bajando mi mano.-Mira idiota, yo no soy la chillona que puedes besarla cuando se te pega la gana.- Digo molesta.

-¿Novia? Yo no tengo novia muñecha.- Dice confundido yo lo miro con furia. Siento como un brazo me arrastra hacia a atrás es Maddi, mi salvadora.

-¡Ya no hay nada que ver aquí!-Escucho la voz de Thomas mientras que yo me alejo.

-¿¡En que estabas pensando!?- Dice Maddi como si no supiera todo lo de la apuesta, yo misma me encargue de contarle de venida a la universidad.

-En que ese idiota estaba juagando conmigo.- Digo apuntando el lugar donde esta Thomas.

- Tienes que controlar esa rabia.- Dice intentando tranquilizarme.

-¡Lo dices como si fuera tan fácil!- Digo alterada.

-Igual, tranquilizate Jenni.- Dice y me mira con preocupación yo no puedo evitar reírme de su expresión.- ¿De que te ríes?

- Que tu estas más preocupada que yo.- Digo riendo.

- No me preocuparé mas por ti, idiota.- Dice en forma de graciosa.- Te golpeará pero pronto tendré un auto, así que estoy demasiado feliz.- Dice riendo.

- Apuesto que cuando tengo auto siquiera me dirigirás la palabra.- Digo riendo.

- Claro, cuando tenga auto no me juntaré con la chusma.- Dice en broma y pone una cara de asco muy divertida, en cuanto llegamos a la cafetería.

- Espero que un volkswagen.- Digo graciosa mientra me siento en una mesa.

- Que mala eres.- Dice haciendo pucheros yo rio.

- Sería demasiado gracioso.- Digo riendo.- Porfavor pide mi desayuno.- Digo y le paso el costo de la comida.

Una vez más.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora