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Narra Lisa

Perdida, sola, aburrida, cansada, llevó un año en Londres encerrada en las cuatro paredes de una mansión que ya conozco como la palma de mi mano, cada habitación, cada mueble, he pasado mis clases con un tutor privado, ya acabe mis estudios, me toca ingresar a la universidad, pero aún no sé qué estudiar, Fred, mi prometido ya lleva su segundo año de universidad y le va muy bien así que acabara sus estudios en poco tiempo, o eso es lo que el espera, aun no lo veo con amor, me es difícil hacerlo, solo siento cariño hacia él, nada más. Mi padre cuida mucho de mí y se encarga de que tome unos medicamentos especiales para que este bien y no sufra una decaída, aun no recuerdo nada, mi pasado fue eliminado de mi mente, pero aun así lo único que da vueltas en mi cabeza son los ojos de aquel chico.

- cariño, es hora de que vayas a pasar tus clases de danza- la voz de mi madre se oye desde el otro lado de la puerta, con ese tono cálido y cariñoso de siempre.

- si mamá, ya voy- acabo de atar las cintas de mis zapatillas y camino hacia el salón de música dentro de la mansión, ingreso al enorme salón con solo un piano en su interior y saludo a Fred con un tierno beso, el inicia a tocar en el piano una melodía triste que ya conocía bien, mientras mi madre me guía en el baile, me paro de puntas e inicio con los delicados movimientos llenos de gracia en los que consiste el ballet, esto es lo único que me apasiona, que me llena, que me hace sentir viva, miro de vez en cuando el anillo en mi mano, recordando en mi mente sus palabras y los pensamientos que tuve después, la curiosidad, la intriga, el miedo forman parte de mí, y el recuerdo de una promesa que aún no puedo cumplir están presente en mí.

(Una hora después)

-te amo- sus palabras me acorralan y no sé qué decir, no tengo que decir, y él lo sabe, no lo amo, lo aprecio, y es por eso que aún no nos casamos, yo aún no lo siento como mi pareja, no puedo verlo así, sus besos son tiernos pero no causan nada en mi- aun no recuerdas el amor que tenías por mí, y tampoco pude volverte a enamorar

- lo siento- me levanto de su lado en el sofá para irme a mi habitación no me gusta esa situación, me siento mal, camino por el pasillo con las zapatillas en mi mano y la mente en blanco.

- Lisa, vuelve a mí- él estaba allí en mi habitación, parado cerca de la ventana que se hallaba abierta con rosas blancas en la mano.

- Tú...... ¿Qué haces aquí? ¿Cómo entraste? ¿Quién eres?- cerré la puerta de la habitación al chocar con ella y él se acercó a mí, su pelo estaba igual a cuando lo vi, su ropa algo desacomodada y su rostro seguía siendo el mismo, al igual que la manera de su mirar.

- Soy Jeffrey Lionel Woods, más conocido como Jeff The Killer, y yo era la persona a quien amabas- el camino hacia mí y me beso, con su mano en mi cintura y fue algo diferente, lo sentía a él, sentía su calor, sentía las mariposas en mi estómago y el no querer alejarme de el- vuelve a mi Lisa te lo imploro-

- No puedo recordarte, lo lamento- me apoye en su pecho y quise llorar, en un año no había sentido el calor de otra persona, Fred era frío para mí a pesar de portarse muy tierno conmigo, y el calor de mis padres era distinto.

- Haré que me recuerdes, y si no puedo lograrlo, te enamoraré otra vez- sus labios volvieron a los míos y yo no quería alejarme, sentía necesidad de él, de sus besos, de su calor, sin conocerlo lo necesitaba, era algo repentino, algo que ya existía en mí y despertó con su ayuda, era algo inevitable- te necesite, te necesito- las rosas cayeron al suelo y sus manos se acomodaron en mi cintura y luego me levantaron del suelo- recuerda cuando me pediste que te haga mía, cada beso que te di, cada muestra de mi amor por ti-

- basta por favor, aun no te recuerdo, no quiero lastimarme, ni ser fácil, quiero saber si lo que dices es cierto, pero aun no confió en ti- lo aleje de mi

- mira en mis ojos, allí descubrirás mi alma, veras quien soy, el amor que siento por ti, la tristeza que me invade al saber que no me recuerdas- su mano estaba en mi rostro acariciando mi mejilla con un gesto cálido, todos me habrían engañado, me habían decepcionado si lo que él dice es verdad, me quitaron la vida que tenía- solo quiero protegerte, saber que estarás bien, pero mi egoísmo me dice que ese deseo solo será realidad mientras estés junto a mí, solo busca en mi mirar el amor que tengo por ti, no busques más porque te asustarías al saber quién era y soy, pero eres tú la razón por la que quiero ser alguien mejor, a mi manera, eres mi cordura, el ángel que me mandaron para salvarme, y lo único que quiero hacer es tenerte junto a mí y no dejarte ir- no me sentía capaz de mirarlo a los ojos, me daba miedo perderme en ellos, porque sin necesidad de pasar un largo momento viéndolos ya sabía que ellos demostraban tristeza al verme, me sentía confundida perdida, solo podía rogar que nada sea cierto, porque si fuese cierto me lastimaría esa realidad.

Cerré los ojos y el me abrazo, sentí su aroma amargo, que me tranquilizaba por algún motivo, sus brazos me hacían sentir querida y necesitada, quería recordarlo, pero al mismo tiempo pensar que él era una mentira, un sueño que al despertar ya no estaría, habría desaparecido y todo sería igual, aburrido, sin sentimientos como los que ahora siento, algo monótono.

- quiero recordarte, pero dame tiempo por favor, deja que te conozca, o mejor dicho te reconozca- lo aleje un poco de mí, el cogió mi mano derecha entre sus manos y la beso dejándome roja.

- no quiero decepcionarte, ni perderte- se acercó más a mí y me beso dulcemente apoderándose de mis labios, no lo evite y yo igual quise apoderarme de los suyos llevando mis manos a su rostro para acercarlo a mí, pero luego lo aleje, yo ya tengo pareja, y esto no es correcto.

Un ser extrañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora