Ya llevaba toda la mañana en la biblioteca y simplemente no podía concentrarse. Se talló los ojos debido al cansancio y cerro el grueso libro que tenía delante. Echo la cabeza atrás y contemplo el techo abovedado de la biblioteca de Hogwarts.
No tenía sentido.
¿Qué era lo que su padre esperaba que le dijera? Él de momento no había notado nada raro con su madre, cierto que a veces era enojona y que lo regañaba por no hacer sus deberes pero por lo demás era un mamá como cualquier otra… hasta que resulto que en realidad es bruja y él y su hermana también, sin contar que su padre no sabía nada hasta que él recibió su carta.
El día que recibió esa carta le llego a la mente, su madre lloraba desconsolada en el sofá del salón y nadie sabía porque. Si, le había parecido extraño pero de algún modo natural. Y desde luego que se fue a Hogwarts.
-…No lo he visto desde el desayuno- escuchó que decía Albus al otro lado de la estantería donde él se encontraba- me parece que tanto estudio le está afectando.
-Hace mucho frio afuera- dijo Scorpius- seguro que se fue a la sala común.
-¿Solo?- dijo Albus con escepticismo- bueno, da igual. Aunque últimamente se comporta extraño.
-¡Mira ahí viene Nott!
Ron los escucho escabullirse entre las estanterías y luego un silencio que conocía muy bien. Se metió debajo de la mesa. Al segundo siguiente se escucho una detonación y el pasillo se lleno de humo verde.
-¡¿Pero qué pasa aquí?! ¡Señor Nott… castigado! Vamos inmediatamente a ver al jefe de su casa… pero que imprudencia- la voz de la señora Pince superaron las protestas del pobre chico de Slytherin que había sido víctima una vez mas de Albus Potter y sus amigos.
Ron escucho un momento después las sonoras carcajadas de Albus y Scorpius una vez que la Señora Pince se fue y luego los escucho abandonar la biblioteca.
No sabía porque no había querido que sus amigos lo encontraran, sentía cierto remordimiento por no contarles sus planes, aunque en realidad no tenia ninguno pero igual sentía que debía decirle a Albus ya que a efectos prácticos se había convertido en su mejor amigo y no contarle su secreto le parecía casi una traición a su amistad.
Volvió a sentarse en su silla y tomo un nuevo libro de historia. Leyó infinidad de veces el nombre de Harry Potter, el padre de Albus en casi todos los libros que leyó, pero ninguno que incluyera la reciente guerra o algo por el estilo, al parecer la biblioteca no estaba tan actualizada como debería y dudaba que ahí fuera a encontrar algo.
Cuando salió de la biblioteca tan solo un pasillo después se topo con Albus y casi lo tira.
-¡Corre!- fue lo único que dijo su amigo antes de salir corriendo como alma que lleva el diablo con Ron pisándole los talones.
Llegaron hasta el tercer piso.
-¡Uf! Por poco no la contamos- dijo Albus espiando por los pasillo a ver si no lo habían seguido- ¿Dónde estabas? Te perdiste el castigo que le dieron a Nott… ¡cierto, no lo sabes! Scor y yo te fuimos a buscar a la biblioteca y nos topamos con él. Le tiramos bombas fétidas, simples pero efectivas.- concluyo Albus con una sonrisa de satisfacción en la cara.
-¿Por qué salimos corriendo así?- dijo Ron a quien lo tenía sin cuidado las bombas fétidas.
-Fuimos a ver qué castigo le ponía Slughorn. Lo puso a pulir las cosas de la sala de trofeos, cuando nos vio nos quiso hechizar y salió la Sra. Norris. Cuando te encontré Filch venia atrás de mi, aunque estoy seguro de que no me vio.
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Los fantasmas de mi pasado
FanficLa vida de Hermione termino un 12 de septiembre de 1999. herida de por vida huyo del mundo mágico en busca del olvido, hoy 18 años después debe volver a todo aquello sin sucumbir a los terribles recuerdos.