Capítulo 8

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Miranda

Abro los ojos y lo primero que veo es a Max a mi lado, sonrío y suspiro.

Me levanto de la cama y voy a las recámaras de mis hermanos sólo para corroborar que se han ido.

La casa está vacía, sólo somos Max y yo, eso me pone nerviosa.

Al regresar está sentado en la esquina de la cama, se frota la cara hasta que se da cuenta de mi presencia, me mira y sonríe.

Joder, hasta recién levantado es sexy.

-Supongo que no sabes que haces aquí.
-Claro que lo sé, todos los caminos que tomo me llevan a ti, mirame aquí.

Guardo silencio y camimo hacia él, me siento a su lado y pone su mano en mi pierna, no soporto su tacto porque me produce impulsos, quiero besarlo pero sé que no debo.

-Te dije que no voy a renunciar a ti, y así será.
-Max, tengo novio.
-Ya sé, tampoco tienes que repetirmelo cada que puedes.
Sus palabras me hieren, lo que menos quiero es hacerlo sentir mal.

-Perdon, no era mi intención hacerte sentir mal.
-Solo quiero que te des cuenta que entre mas decido alejarme mas término a tu lado.

-¿Que es lo que quieres?
-A ti, quiero que me quieras.

Pestañeo rápidamente, nunca me había sentido en una situación similar. Sergio es mi novio desde los diecisiete años y en todo este tiempo siempre estuve segura a su lado y sin ninguna confusión, y ahora... ahora sólo quiero encerrarme en el armario y esperar a que todo esto pase.

-Solo puedo ofrecerte mi amistad.

Me arrepiento de mis palabras, él baja la mirada y suspira.

No logro ver bien que es lo que hace pero al parecer está riendo ¿es una broma?
No entiendo que le causa risa.

-De acuerdo, con tal de que no me alejes de ti lo acepto.

Bajo la mirada desilusionada, miro las uñas de mis pies pintadas de azul y pienso que no es lo que quiero, pero es lo mejor.

Toma mi mano y los voleteos no se hacen esperar, presiona mi mano y me observa.

-¿Amigos? -pregunta y asiento.
-Amigos.

Afirmo y ríe, se pone de pie y me jala con él.

-¿Puedo darme un baño?
-Sí, la puerta del final del pasillo es el baño. Abajo del lava manos está el cajón donde encuentras toallas y todo.
-De acuerdo, gracias.

Besa mi frente y sale de mi habitación, me tiro en la cama y hago berrinche.

-Es lo mejor -me repito una y otra vez.

Preparo huevos revueltos para desayunar mientras pienso en él, incluso estando a unos cuantos pasos de distancia siento que ya me hace falta, nunca debí entregarme a él de esa manera.

Me detesto.

Lo único bueno es que hemos quedado en algo, ser amigos es la mejor solución para esta confusión.

Sus manos rodean mi cintura y me quedo helada, respira en mi oído y me estremezco.

¿Que diablos...?

Acaricia mi vientre mientras besa mi cuello, echo la cabeza hacia atrás dándole mas libertad hasta que reacciono y me doy la vuelta.

-Preparé el desayuno -digo casi sin aliento.

Besa sin previo aviso mis labios, al principio pongo un poco de resistencia pero después me dejo llevar por el suculento sabor de su saliva.

Me carga y me sube en la barra, enredo los pies en su cadera.

Quiereme © (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora