Capítulo 1.

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Mire mi reflejo en el espejo acomodando un mechón de mi cabello que estaba fuera de lugar, agarro mi bolso y salgo del baño del instituto.

En el instituto no soy muy aceptada, la mayoría me cataloga como ''rara'' debido a que no soy muy buena haciendo amigos, ni tampoco soy buena conversando, eso me ha traído problemas toda mi vida, considero a mi hermana como mi única y verdadera amiga, la diferencia de edad es poca y la quiero.

Miro mi muñeca y acaricio mis cicatrices, sé que no debo hacerlo, pero cuando veo a todas las chicas del instituto rodeadas de amigas, rodeadas de chicos, con sus cuerpos y rostros perfectos, simplemente me deprimo, me deprimo porque sé que no soy ninguna de ellas, ni nunca lo seré. También me deprime no ser aceptada por los grupos escolares, no me debería preocupar lo que piensen de mí, pero no soy tan fuerte ni tengo tanta confianza en mí. Nunca me he enamorado, no he besado a un chico, a ninguno le intereso, pienso que no tengo los ''requisitos'' para ser la chica que este con ellos.

El día de mañana sería mi cumpleaños número 16, el más ''especial'' de todos y siendo sincera no estaba nada emocionada.

Paso por los pasillos y soy como invisible para algunos, entro a mi próxima clase y me siento en los últimos puestos.

Noto unos susurros y siento varias miradas en mí.

-Escuche que es una puta- Dijo Kattie, era la persona más detestable que he conocido, ella se ha encargado de hacerme la vida imposible todos estos años, se ha encargado de humillarme diariamente, ella es una de las razones por las cuales no tengo amigos. Antes ella y yo éramos amigas, un día decidió ridiculizarme e insultarme al frente de todos, todo lo hizo porque tenía sospechas de que le gustaba a su novio, cosa que era imposible, gracias a ella ya no confío en nadie, ya no más.

-Es una puta, solo que se la da de santa, créanme- continúa diciendo Kattie a un grupo de personas. Sé que están hablando de mí porque todos me miran.

''Solo ignóralos'' me dije a mi misma

-Hola- me dice una voz femenina, al voltearme vi a una chica de mi edad o tal vez un poco mayor.

-Hola...- Dije tímida, ya que nadie en el instituto me hablaba, y la comencé a detallar, tenía el cabello rubio y los ojos marrones, se veía simpática.

-Soy Jessica Jones, ¿Tú eres?- Dijo y su sonrisa se veía sincera

-Melissa Blair- le sonreí, intentando que mi sonrisa fuera tan sincera como la de ella, era difícil, estaba acostumbrada a no sonreírle a nadie en este lugar- ¿Eres nueva?

-Así es, hoy es mi primer día aquí- dijo con mucho entusiasmo en su voz

Ella se sentó a mi lado y saco una libreta para anotar lo que el profesor dijera. Estaba mirando al frente anotando en mi cuaderno todo lo que el Profesor Conague decía. Comencé a ver borroso y luego todo se volvió negro.

Aparecí acorralada en una pared, estaba rodeada de un grupo de personas, me señalaban y se reían, miré mi atuendo y solo cargaba con una toalla y tenía el cabello mojado, sentí desesperación y no sabía qué hacer, mi respiración se aceleró y mis puños se cerraron, sentía una adrenalina que no había sentido jamás. En ese momento Kattie sé acerca y me agarra de la muñeca y la aprieta, muy fuerte. Un grito se escapó de mis labios.

Aparecí de nuevo en el salón, ¿Qué carajo había sido eso?. Todos me miraban expectantes, y mi respiración estaba agitada, mis puños estaban cerrados y unas gotas de sudor se resbalaron por mi frente.

-¿Estas bien?- Me pregunto Jessica susurrando- ¿Qué fue eso?... ¿Melissa?

-¿Qué cosa?- no sabía por qué todos me miraban así, seguro lo anterior había sido un sueño.

-Pues primero te quedaste mirando a la nada y luego gritaste desesperada- Dijo ella, no había sido un sueño... ¿Entonces qué fue?

-Seguro me quede dormida- dije dudando, lo que me acababa de pasar me asustaba, y mucho

-Blair ¿Se encuentra bien?- Me pregunta el profesor Conague

-Sí- digo, no estando muy convencida de mi respuesta

-Bien, entonces continuemos- Dijo, y siguió hablando sobre la literatura indígena, pero en ese momento mi mirada y mi mente estaban perdidas, no entendí que acababa de pasarme, fue tan real, lo sentí tan real, ¿Qué es todo esto?

La clase termino y comencé a caminar apurada por el pasillo, todos me miraban, me imagino que se preguntaban la razón por la cual grite. No sé qué me pasa. Me siento diferente.

Alguien jala de mi brazo, haciendo que regrese a la realidad.

-Hey, ¿En serio estás bien?- Era Jessica-

-Sí, solo me duele la cabeza- mentí, no sabía explicar cómo me sentía

En el receso Jessica se sentó en una de las mesas conmigo, le sonreí.

-Me gustan tus ojos, Melissa- Me dice ella sonriendo, mis ojos eran una mezcla de azules y grises, un color que no le había visto a nadie más

-Gracias Jessica- Le sonrío y siento que la mesa de al lado se burla de mí, como de costumbre, volteo los ojos

-No deberías prestar atención a lo que ellos dicen, te hace especial- Me dice ella

-Gracias- Le doy una sonrisa sincera- ¿Por qué eres tan amable conmigo?

Me había preguntado eso desde hace rato. Jessica era linda, inteligente y muchos chicos ya la habían notado, ¿Por qué quería hacerme compañía a mí?

-No lo sé- Dice y se encoge de hombros- Me gusta estar con personas como tú... quiero decir, aunque capaz no lo notes, eres luz

-¿Luz?- Digo riéndome

-Sí- Afirma- Tu presencia ilumina, me gusta estar con personas así

-Vaya- Digo sorprendida por su comentario- Gracias Jessica, se siente bien tener alguien con quien hablar

Ella me sonrío.

El resto del rato en el instituto fue igual, invisible para algunos, criticada por otros, ya me había acostumbrado a esto.

Al llegar a mi casa, mi madre me saluda.

-Melissa ¿Qué tal tu día hoy?- pregunta

-Bien- Digo, como siempre mintiendo, y me dirijo a mi cuarto, subiendo rápidamente por las escaleras.

Me eche en mi cama mirando el techo, pensando en lo que había sucedido hoy, eso en el salón, sigo diciéndome que fue un sueño, pero se sintió tan... real

Me quede profundamente dormida.


Black magic.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora