Mamá me pidió que le llevara unas cuantas cosas, y así lo hice. Apenas logré tocar la puerta por todas las cosas que debía sostener. Fertilizante para la tierra, unas cuantas semillas, regadera, palas, bolsas, demasiadas cosas que me indicaban que querían hacer un jardín
Mi madre me abrió- Gracias hija, entra.
Entré y vi a mi profesora, sentada en un sillón. A veces me preguntó ¿qué edad tendrá?
-Yury, aquí llegó mi hija con las cosas ¿empecemos?
-¿puedo ayudar?- pregunté
-Claro- respondió mi profesora.
Fuimos a la terraza, si se le puede llamar así. Limpiamos, ordenamos, plantamos, etc... quedó bastante bien, pedí permiso para lavarme las manos.
-Tienes que ir al baño de arriba, porque el de abajo está inestable. Subes la escalera, penúltima puerta a la izquierda.
Subí en busca del baño, su pasillo daba miedo. Parecía de esas películas de terror. Vi imágenes de ella y un niño, de ella y, supongo, que es su ex marido ¿por qué no las ha sacado?
Había una puerta celeste, bastante colorida para la casa. Intenté observar por a través de la cerradura y vi una habitación celeste, una cama bien conservada. Quise abrirla pero fue inútil, estaba cerrada.
Mi curiosidad por saber qué le había ocurrido a mi profesora, se disparó a las nubes.
La mejor forma de averiguarlo, era con esos niños. Ellos debían de saber algo, y estoy dispuesta a averiguarlo.
Entré al baño, y una vez que terminé bajé.
-Si quiere la puedo venir a ayudar después de clases.
-¿Podrías?- es la primera vez que la escucho sincera.
-Sí, no es ninguna molestia.
Y en eso quedamos, martes y jueves después de clases vendría a ayudarla, y sin pedírselo, comentó que me pagaría.
A la mañana siguiente desperté temprano, me duché y tome desayuno. Mi madre me contó que iría donde la vecina nuevamente, porque al parecer quería llevar a cabo algo más que solo el jardín. Me ofrecí para ayudar y no me lo negó.
Al llegar nos recibió amablemente, me pareció diferente. Nos contó que quería remodelar la casa, quizás pintarla. Estaba cansada de tanta oscuridad, tenía que volver a comenzar. No entendí a qué se refería con volver a comenzar.
Nos llevó al segundo piso de la casa, nos indicó los cambios que quería realizar, básicamente quiere arreglar la casa.
Dijo que quería cambiar la cerámica del baño, entró con mi mamá para darles algunas indicaciones mientras que yo me quedé observando detenidamente la puerta que no pude abrir ayer, me acerqué a ella para poder observar nuevamente y ver si encontraba algo que no pude a ver visto ayer.
-¿QUÉ HACES?- Me preguntó en un grito.
-Yo... yo...- comencé a tartamudear.
-¿Tú qué?- se me acercó.- Está puerta no se toca ¿entendiste?
-Yury ¿te encuentras bien?
-Sí. Solo que esa puerta no se toca ni nada, por favor- se calmó.
-Lo siento profesora....- me disculpé.
Después de eso, vimos colores a utilizar, modelos, etc...
Al salir de su casa nos fuimos a almorzar, estábamos muertas de hambre. Mi madre cocinó fideos, simple pero a gusto de mi paladar.
-¿Y cómo te fue anoche con los niños?- me pregunta mi madre.
-Bien, ¿y a ti en la cena?- pregunté.
-De maravillas, amaron tu creación. Tienes talento hija.
-No lo creo- solté una pequeña risa.- solo hice algo por ti- respondí mientras llevaba mis platos a la cocina.
Mi madre se levantó e hizo lo mismo-¿y el mayor no te molestó?- sentí un ardor en mis mejillas al recodar el beso.
-No, para nada.- respondí con una sonrisa inconscientemente. –Trae tu plato para lavarlo- cambié de tema.
-Ya.-rió
Después de esos, vimos unas películas y nos fuimos a dormir para terminar el buen domingo.
Lunes por la mañana, mi despertador sonó a las 7a.m. Me levanté y me hice una cola de caballo. Me vestí con mi uniforme y bajé a desayunar. Entré al baño, me lavé la cara, dientes y cepillé mi pelo.
A las 8 de las mañana ya estaba sentada en mi asiento, cuando llega mi querida vecina y profesora, estaba con audífonos y no escuché en el momento en que saludó a toda la clase.
-Buenos días señorita Natalia- la miré y llevé mi mano a mi oído para quitarme el audífono.- entrégueme eso.
Le pasé mis audífonos unidos a mi celular, y me levanté para saludarla.- Buenos días profesora.
Se fue hacia adelante; bienvenida a clases con la profesora Yury un lunes a las 8 de la mañana, pensé. Recién comienza la semana, me dije.
N/A: ¿Qué tal preciosuras? un capítulo corto, pero consistente.
Las/los invito a pasarse por "Mi propio psicópata." que se encuentra en mi perfil, bye, las amo <3
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Yury.
RandomYury. 4 letras. Un nombre. Una persona. Una profesora. Pero no cualquiera, la más temida. Pero yo, yo no le tengo miedo. Detrás de toda su indiferencia, su frialdad y mal carácter, hay una historia ¿y por qué no averiguarla? ¿Por qué no descubrir...