Estaba en estado de shock hasta que alguien llamó al timbre, fui a abrir pero como no contestaba nadie colgué otra vez, volvieron a llamar:
-¿QUIÉN?-grité exasperada, sí, me estreso con bastante facilidad.
-El lobo no te jode, ¿Quién voy a ser?- dijo mi hermana.
-Pues yo al lobo no le abro, lo siento- dije riéndome mientras me imaginaba su cara.
-¡Cristine! ¡Ábreme ya! Que se me han olvidado las llaves- hizo una pausa- soy Anne.
-¡Ah! ¿Eras tu? No lo sabía- dije sarcásticamente mientras rodaba los ojos.
Después de abrirla, me subí de nuevo a mi habitación y cogí una cajita de una de las estanterías de encima de mi cama donde guardaba fotos de pequeña, algunas joyas y unas llaves de un diario que nunca llegué a utilizar.
Fui abriendo las cajitas donde guardaba las joyas hasta que di con la que buscaba, el collar de mi abuelo. Al observarlo más de cerca, se podía observar unas letras y aunque eran de alfabeto latino no podía entenderlo ya que estaba en latín, la parte trasera era rara porque no era entera uniforme tenía elevaciones en algunas partes.
Cogí el móvil para meterme en google traductor, pero cuando conseguí que funcionase Anne me llamo desde el salón:
-¡Cristine!- dijo alargando la e y gritando.
-¿Qué? –le conteste del mismo modo.
-¡Tienes visita!
Baje las escaleras que llevaban a mi habitación y me encontré con... ¿Alex? En el salón.
-¿Qué haces tú aquí?- hice una pausa- ¿Y cómo sabes donde vivo?
Si antes me daba mal rollo ahora estaba casi temblando, para evitar que se notase me senté en uno de los sillones que había al lado del sofá.
-Sé dónde vives porque te seguí después de clase, pero me parece que ya lo sabías y supongo que por eso te metiste en el supermercado, cuando volví a salir no te vi por ningún lado hasta que vi a una chica que se parecía mucho a ti entrar en este edificio, entre al portal y el portero me dijo que a quién buscaba, le pregunté que donde vivía la chica que acababa de subir y me lo dijo, ¿un poco estúpido no?
-Sí bastante diría yo, pero más mi hermana que te deja entrar sin conocerte y sin ni siquiera decirle mi nombre, porque supongo que todavía no lo sabes.
-No, no lo sé, pero bueno vayamos al grano, estas en peligro, desde que murió tu abuelo hay un grupo de personas que están buscando los collares que él y sus amigos en este caso mi tío llevaban puestos. Mi tío en cierto modo te protegía pero desde que él está en el hospital se me ha asignado a mi- dijo poniendo cara de asco.
-Estupendo, ¿y si yo no quiero tu ayuda?, no te conozco de nada y no sé de qué collar me hablas, ni siquiera me creo eso de que tu tío y mi abuelo se conociesen. Me parece que te has equivocado de persona.
-No, no me he equivocado y me estoy empezando a cabrear, así que si no te da la gana de hacerme caso no me lo hagas pero luego ten cuidado con las consecuencias- dijo Alex con cara de pocos amigos y mirándome fijamente.
-De acuerdo, no creo que este en ninguna clase de peligro así que si no te importa fuera de mi casa, mi madre siempre me ha dicho que no debo hablar con desconocidos y mucho menos dejarlos entrar a casa.- dije poniendo una mueca.
-Sé que mi tío te dio algo cuando se lo llevó la ambulancia, deja de mentirme en mi cara.
-¡Joder! Que te vayas fuera de mi puñetera casa, ¿es tan difícil de entender? Porque te lo puedo decir más alto pero no más claro.-dije casi gritando- Y tu tío no me dio nada, cuando llegué la ambulancia ya se lo habían llevado- dije un poco más calmada pero con voz amenazante.
-No te creo, pero me voy, nos veremos en clase.
-Adiós- dije cerrándole la puerta en la cara.
Sí, le había mentido en la cara pero no podía venir a mi casa y decirme todo lo que yo había estado toda la mañana averiguando, encima había afirmado que me había estado siguiendo y el gilipollas del portero le había dicho mi piso, ¿qué clase de persona hace eso?, y si era un pederasta o un asesino en serio, ahora sabe donde vivo, y la retrasada de mi hermana coge y le abre, el mundo esta en la mierda.
Pero había algo que me llamaba la atención en todo lo que había dicho, su tío me había estado protegiendo, ¿protegiendo de qué?
Todo desde esta mañana estaba siendo demasiado surrealista, como si me hubiese metido en la vida de otra persona, pero lo único que podía hacer para desahogarme era irme a correr y volver cansada, y eso es lo que hice, vestirme e irme a la calle sin pensar ni en peligros ni en nada.
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Nuevo capítulo, espero que os guste. Un abrazo :)
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Cristine Lee
Ficção AdolescenteEmpezó a caminar hacia mi sitio y cuando estábamos a un metro de distancia se me quedó mirando fijamente hasta que dijo con una mano alzada en modo de saludo: -Soy Alex