Cristine Lee

Capítulo 6

Ahora mismo esas letras eran como descubrir porque los filósofos como descartes se rallaban tanto para llegar a una conclusión: "Yo solo sé que no sé nada". Pues hijo, para decir eso mejor te quedabas callado.

Mi humor según iba descubriendo cosas empezaba a empeorar porque me costaba bastante descifrar las cosas, y tenía al día siguiente una "prueba" de matemáticas, si y una mierda para ti. Un examen hecho y derecho. Pero bueno lo único que me quedaba era repasar ya que las ciencias no se me daban del todo mal.

Después de estar una hora repasando, decidí que ya era suficiente y baje a cenar aunque era bastante temprano pero quería acostarme ya que aunque estuviésemos a martes estaba muy cansada, ¿por qué? Cuestiones de la vida que siempre quedaran sin resolver.

Cuando termine de asearme, llamé a mi hermana ya que la cena ya estaba en la mesa:

-¡Anne! ¡Baja a cenar!

-Ya voy Cris

Justo cuando ya estaba acabando, mi hermana me empezó a preguntar sobre ¿el nuevo vecino?

-¿Entonces has conocido ya al nuevo vecino? Me parece que se llama Rodolfo

-Rodolfo, ¿en serio?- dije mientras me reía a carcajadas.

-No en verdad no, es coña- dijo mientras se reía- Creo que se llama John o algo así, no me he fijado mucho pero parece buena gente.

-Que interesante la verdad- dije sarcásticamente- pero lo más importante es ¿quién se ha mudado y por qué?

-Creo que han venido a vivir con sus tíos o algo así porque ha entrado en la uni de San Diego- dijo mi hermana reflexiva

Creo que en realidad me la esta colando porque no tiene ni idea.

-Bueno gracias por informarme pero yo me voy a dormir. Que descanses... O no...- dije con voz de mala. Y a continuación riéndome. – ¿Oye por cierto donde están William y Jake?

-¿Los mocosos de los enanos?- dijo refiriéndose a los traviesos de mis hermanos pequeños, que a decir verdad eran peor que un dolor de muelas pero en el fondo eran bastante buenos niños. – Me parece que estaban en una competición de atletismo, pero no estoy muy segura ya sabes entre el atletismo, fútbol y baloncesto... ya no sabes donde están cada vez.

La miré pensativa mientras salía por la puerta de la cocina. No podía dejar de pensar que en realidad apenas veía a mis hermanos pequeños que tenían nueve años. Eran muy monos y conmigo se portaban bien, ya que siempre que me lo pedían jugaba con ellos. Ambos eran mellizos pero parecían gemelos porque se parecían pero había rasgos de la cara que tenían diferentes.

Cuando por fin me acosté eran las nueve de la noche y tenía todo preparado para mañana. A los dos minutos de acostarme, me dormí profundamente.

Cuando sonó la alarma que me había puesto media hora antes de lo normal para repasar matemáticas, recordé parte de lo que estaba soñando, y solo se me veía a mí llorando como nunca había llorado, al despertarme no estaba llorando pero si podía notar el nudo que se me había formado en la garganta. Intenté recordar pero nada, misión imposible.

Me vestí y me senté en el escritorio a repasar fórmulas trigonométricas. Cuando ya comprobé que me las sabía todas bajé a desayunar pero solo estaba mi padre, al que veía cuando volvía de trabajar y yo no tenía actividades extraescolares.

Salí de casa y hoy a pesar del mal sueño, estaba de muy buen humor, así que fui escuchando música hasta el colegio. Me senté en clase como todos los días y a los diez minutos llegó el dichoso Alex:

-¡Hombre! Pero si esta aquí la chica que no me quería decir si nombre y cuya presencia me es desagradable.- dijo el sarcástica y alegremente a la vez.

-¡Hombre! Pero si es el loco acosador que me persigue e interrumpe en mi casa como si nos conociésemos de toda la vida.- le conteste de la misma manera- por cierto si mi presencia te incomoda siempre puedes irte por la puerta hasta que llegue el profesor.

-Lo siento pero prefiero estar en clase. Es más cómodo que estar en la calle pasando frío. Declino tu amable oferta- Me volvió a contestar sarcásticamente.

Yo como buena persona le ignore y continué escuchando música. Llego el profesor junto con la mayoría de los alumnos y nos repartió el examen. Cuando lo acabé, se lo iba a entregar pero justo cuando pasaba por el lado de Alex este se levanto a la misma vez haciendo que chocase conmigo y me diese un cabezazo. Que conste que lo hizo intencionadamente.

-Podrías fijarte por dónde vas.-Me dijo ¿el?

-¿Pero tú eres tonto o te lo haces?- Le conteste cabreada y con cara de dolor por el cabezazo.

-Me lo hago porque obviamente con esta inteligencia es imposible ser tonto.

-Ja j aja- reí sarcásticamente.

Después de esto no paso nada más interesante durante mis clases, porque si hablar con Alex era algo normal y anormal a la vez ya que siempre le rodeaban las típicas chicas populares porque para que engañarnos era asombrosamente atractivo, pero eso era algo que me guardaría para mí y el no sabría.

Recogí mis cosas para irme a casa y cuando salía de clase, el inépdito de Alex me llamo:

-Oye damisela en apuros, ¿me haría el honor de permitirte que te acompañe a casa?- pregunto con tono gentil.

-Definitivamente, tú eres tonto y en tu casa no lo sabes. Y no soy ninguna damisela en apuros- conteste cabreada. El conseguía ponerme de mal humor, con lo feliz que era yo esta mañana.

-Necesito hablar contigo, pero tranquila no es nada serio, además me pilla de camino a mi casa.- dijo mientras me giñaba un ojo

-Vaya que en realidad no lo haces por acompañarme si no porque te pilla de camino para irte a tu casa- dije afirmando mientras el afirmaba con la cabeza. –en ese caso y a pesar de que me caes mal, que lo sepas, te permito que disfrutes de mi compañía. No todo el mundo tiene ese privilegio.

-Más que un privilegio es una ¿tortura?- dijo mientras yo le miraba mal lo que provoco que el se riese. Tenía una bonita sonrisa.

-¿Entonces prefieres irte solo? Última oportunidad

-No no no, ya me callo, vámonos.- dijo poniendo cara de bueno, ni que fuese un ángel, aunque por lo guapo que era, podía serlo.

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¡Buenas! Aquí dejo un nuevo capítulo dime que te parece si quieres :)