Aislados

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Afueras de Ámsterdam, en las faldas de la montaña donde se oculta la Agencia, un coche para en el bar de carretera situado a pie de montaña. Un hombre corpulento baja del vehículo y camina lentamente hacia la puerta del bar, segundos más tarde ya está dentro.
Al otro lado de la barra, la camarera observa las cicatrices que recorren el rostro del individuo. Momentos más tarde el hombre se desploma al suelo, y la camarera asustada corre a ayudarle:
-Señor, se encuentra bien?
-Agua...
La camarera fue corriendo a la cocina, el hombre se levantó y se dirigió hacia una de las mesas vacías, se sentó, con las manos sobre la mesa, luego se dejó caer sobre un lado de la silla, precipitándose al suelo de nuevo. La camarera volvió con un vaso de agua y se acercó al hombre para proporcionárselo.
-Tome señor, beba.
-Muchas gracias... - dijo el hombre mientras bebía.
Acto seguido el hombre se levantó y se dirigió a la puerta tambaleándose, y la cerró, luego se giró y con una sonrisa macabra miró a la mujer. Su cerebro volvía a decirle: mata, mata... Se acercó lentamente a la mujer y con un rápido movimiento le clavó un cuchillo entre las costillas. Entonces volvió a sonreír viendo la cara de terror de la mujer, entonces la soltó y ella se desplomó, yaciendo en el suelo. Los clientes empezaron a chillar y a gritar de puro terror y el sin desprenderse de su sonrisa continuó con la carnicería uno a uno sin detenerse y sin dejar de sonreír.
Minutos después se sentó en un taburete y, rodeado de cadáveres, tomó un café tranquilamente, sin preocuparse.
-No vais a escapar esta vez, chicos... Vais a morir...

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⏰ Última actualización: Sep 22, 2015 ⏰

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