-Wuaaah, mi ropa no me queda- gritaba una desesperada Kise
-Mi pie se ha encogido, mis tenis ya no me calzan- decía una Aomine frustrada
-Siento que veo las cosas diferentes, creo que he disminuido de altura- decía una despreocupada Murasakibara
-¡Satsuki ayúdanos!-le ordenó una Akashi enfurecida
-¿Por qué habría de hacerlo? Soy débil ¿no?- dije con cierta ironía
Los chicos (ahora chicas) miraban a Momoi de una forma que jamás habían hecho, la miraban apenados, arrepentidos con la chica pelirrosa.
-¿Qué?- decía aún irónica Momoi
-Satsuki, apiadate de nosotros ... digo nosotras, no nos abandones ahora- rogaba Aomine con desesperación
-Dai-chan tu decías que ser una chica era sencillo ¿no? Es momento de que lo demuestres- decía Momoi a modo de reto
Por su parte Aomine estaba a punto de llorar al igual que las otras chicas.
-Momoi-san, jamás quisimos ofenderte, si Aomine-kun o yo o cualquiera de nosotros te dijo alguna vez que eras débil era algo objetivo, la fuerza de todos es medida de manera diferente, incluso yo al lado de todos ... todas ellas soy muy débil- dijo una inexpresiva Kuroko
De golpe los ojos de la pelirrosa se abrieron de par en par por las palab del peliazul-Momoicchi, te lo ruego, ayúdanos, eres la única que puede ayudarnos- decía kise ya con lágrimas por toda la cara.
Es verdad que Momoi comenzaba a dudar si ayudar a sus amigos o no, lo meditó por un momento y recordó lo que le dijo Sakura al momento de cumplir su deseo, así que terminó por acceder a la petición de los chicos que ahora bueno ... que ahora eran chicas.
-Bien, las ayudaré, tienen una semana para entender lo que realmente es ser una chica- dijo Momoi haciendo que todas quedarán con una cara de poker. -En primer lugar, creo que debo conseguirles ropa, no pueden salir con su ropa antigua ... no me gustaría averiguar que pasaría si lo hacen- todas asintieron dando entender a Momoi que habían entendido- Esperen aquí, es mejor que llama a Riko- de pronto las caras de todas las chicas palidecieron, Riko era como decirlo ... un poco menos femenina que el resto de las chicas, tenían miedo de lo que podría pasar, sin embargo no hicieron nada por detener a Momoi ya que consideraban que era mejor permanecer calladas.
Momoi hizo un par de llamadas para luego sentarse en el sillón a esperar, todas la miraban incrédulos y esperando que ella se moviera de su cómoda posición, sin embargo esta ni se inmutó.
-Satsuki ...- le llamó Aomine, pero ella no volteó, miraba en frente contando el diez al cero.
-10 ... 9 ... 8 ...- todas la miraban sin comprender que era lo que hacía- 7... 6 ... 5 ... 4 ... 3 ... 2 ...- sin saber por que cuando Momoi llegó al número 1 de su cuenta todas se estremecieron y palidecieron, más cuando Momoi pronunció el número cero- 1 ... 0 - como por arte de magia el timbre de la casa resonó en el silencio que había.
-¡Abran, ya estamos aquí!- se escuchó la voz de Riko exigiendo desde afuera -¡Quiero ver a mi preciosa Shin-chan!- gritó Takao desde afuera y como si se tratase de algo de vida o muerte Midorima se escondió tras Murasakibara que comía dulces como de costumbre.
Momoi se alejó para abrir la puerta dando pasó a un inevitable caos.
-¡SHIN-CHAN, DÉJAME VERTE!- gritaba un sonrojado y apresurado Takao. Midorima por su parte estaba asustada y aún resguardada tras Murasakibara que seguía siendo bastante alta como para no dejarla ver.
-Está tras Murasakibara, Takao- le susurro Momoi a Takao para que Midorima no pudiera oír, entonces disparado como una bala Takao corrió en busca de la peliverde lanzándose a sus brazos inmovilizándola y haciendo que se sonrojara -Bakao, quítate ahora mismo, me lastimas- decía la chica frustrada -Shin-chan es muy linda sonrojada- decía en tono enamoradizo Takao -Basta Takao, están aquí para ayudarnos, no para traumarlas, decía Momoi ayudando a Midorima -Está bien, pero luego yo pasaré tiempo con mi Shin-chan- decía alejándose Takao.
-Yo aún no entiendo como pasó esto- decía confundido Kagami
-Woahhh Atsushi ahora es casi de mi estatura- decía Himuro entusiasmado -Te equivocas Muro-chin, sigo siendo un poco más alta que tu- le contestó Murasakibara al chico haciendo que este se sonrojara -Eso no importa ahora, debemos ayudarlas, traigo algo de ropa que quizá les entalle provicionalmente- dijo Riko lanzandole una bolsa de ropa a cada una de las chicas.
-No, ni de broma me pondré esto- decía Aomine - una falda no, es inmoral- decía con indignación - Bien entonces llévate lo que quieras, veremos cuanto duras así- sentenció Momoi - Yo que tú lo pensaría Aomine, mejor ponte esa ropa- le dijo Kuroko - Bien lo haré, pero espero que si vuelvo a ser un chico jamás me lo recuerdes en la vida- dijo Aomine poniéndose la falda que le quedaba arriba de las rodillas .
cuando todas estuvieron listas salieron a la calle, caminaban por la acera camino al mall, toda la "generación de milagros" (ahora chicas) estaban algo incómodas, muchos hombres cuando pasaban les lanzaban uno que otro silbido y un piropo que resultaba vulgar.
el mall estaba algo lejos por lo tanto debían tomar el tren subterráneo para llegar hasta allá.
El viaje iba relativamente tranquilo, o así era hasta que Aomine fue victima de un pervertido, de esos que cuando te distraes comienzan a "manosearte" Aomine no se contuvo y explotó de furia.
-¡¿Qué rayos pasa con usted?! ¡maldito pervertido! , ¡aléjese ahora mismo antes de que le de una patada donde más le duele!- amenazó la chica furibunda, el hombre sorprendido se fue por su propio bien.
cuando llegaron a la estación en la que debían bajar Momoi se detuvo para hablar con Aomine - No es fácil ¿cierto? , esto es muy común, los hombres abusan de las chicas por el hecho de que creen que no pueden defenderse, así es casi siempre- dijo Momoi con tristeza en los ojos - Que fastidio, Satsuki comienzo a admirarte- le dijo Aomine a su amiga provocando que esta sonriera -Dense prisa, mientras más rápido mejor- gritaba desde la entrada del mall una entusiasmada Riko.
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No debí desearlo.
FanfictionEllos no me entienden. Ellos ya no me escuchan. Ellos creen que soy débil. Ellos no me toman en serio. Ellos no comprenden nada. Quisiera que estuvieran en mi lugar para que comprendieran.