9- •El alcohol y los secretos no se llevan•

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¿cuantos días habían pasado? 1 ... 3 ... 4 nuestra generación milagrosa iba  para el quinto día de haberse convertido en chicas, en una  historia normal, podriamos predecir El final de esta y lo que sucederá a continuación , pero bueno está historia no es lo que uno podría definir como normal, pero bueno regresemos a la historia ¿les parece?

Las chicas estaban reuinidas en La sala, y una rubia en especial estaba que se moría de aburrimiento.

-¡Esto es muy aburrido!- chillaba tirada en el sillón -¡Callate de una vez Ryouta! Me provocas jaqueca- le replicaba la pelirroja ya harta de escucharla una y otra vez decir lo mismo.

-Quiero ir a una fiesta- seguía con su voz chillona
-¿una fiesta? ¿para qué? ¿para qué un idiota te pida matrimonio?- dijo Akashi recordando el episodio que había pasado, Aomine no pudo evitar reir con lo último. -No...  un fiesta más personal, ya sabes, de amigos- explico Kise tratando de convencer a la heterocormatica -Vamos Akashicchi, será divertido- la mencionada cerró los ojos un instante, suspiro profundamente y luego asintió
-Pero te advierto una cosa Ryouta, cualquier daño a mi propiedad lo pagarás tú -le dijo amenazantemente, la rubia asintió y sacó su móvil texteando algo que nadie pudo descifrar, lo único que podemos suponer es que invitaba gente para su fiesta.

-nee~ Kurokocchi ¿podrías ir conmigo a comprar bocadillos?- la peliazul inexpresiva asintió y acto seguido a esto fue tomada y jalada del brazo siendo arrastrada fuera de la residencia.

-Oha-Asa predijo mala suerte para Acuario y Géminis nanodayo  - dijo la peliverde viendo salir a las dos chicas.

Al cabo de un rato la rubia y la epliazul llegaron acompañadas por Himuro y Kagami que se las habían topado en el supermercado y se ofrecieron a llevar las cosas.

-Muro-chin - llamó la pelivioleta sentada desde un sillón -Hola Atsushi- le saludo el azabache.

-trajimos las cosas para la fiesta- anunció con una sonrisa la rubia al tiempo que señalaba a Kagami que traía consigo varias bolsas cargando.

-No está con ustedes Takao ¿o si? -preguntaba Midorima escondida en un rincón -Tranquila Midorimacchi, Takao aún  no llega- explicó la rubia -¿¡Lo invitaron!?  ¿sabes lo que significa? -dijo la peliverde pálida por completo- ¿TakaMido?- preguntó la rubia algo nerviosa , la peliverde se dió media vuelta y subió a su habitación dando un portazo.

-Vale...  creo que el TakaMido no le entusiasma - dijo Kise - pero bueno pongamos todos las cosas que pronto inicia la fiesta - dijo agitando los brazos.

Algunos animados y otros a la fuerza (como Akashi y Midorima) comenzaron a arreglar la casa para la Fiesta que la rubia había insistido tanto en hacer.

Pasaron no más de dos horas y el primer timbrazo resonó por toda la casa, La rubia entusiasmada corrió a abrir la puerta recibiendo a Takao y a Miyaji que lo acompañaba

-¡Shin-chan! Llegué - dijo Takao, esto hizo que la ojiverde corriera a refugiarse a su habitación dando un portazo de por medio -¡Shin-chan que mala eres! - dijo Takao con fingida tristeza , por su parte Miyaji saludó y se familiarizo con todos en poco tiempo.

Rato después llegaron Kasamatsu, Teppei, Reo, Kotaro, Furihata, Sakurai, Alex y otros tantos que no mencionaré para no alargar la lista.

El ambiente se hizo de música y risas, todos la estaban pasando de  maravilla, pero en como cualquier fiesta de adolescentes, siempre hay uno en especial que hace, como decirlo "El Desmadre" y en este caso nuestra oveja negra (albina) es Haizaki Shogo.

Todos comenzaron a embriagarse sin darse cuenta, puesto que Haizaki puso licor en las bebidas de todos, y fue tan tonto para inclusive ponerle a la suya.

En poco menos de una hora todos estaban ebrios, y cuando digo ebrios me refiero a que comenzaban a hacer tonterías por los efectos del alcohol, pero centremonos esta vez en Kuroko.

La peliceleste tenía las mejillas rojas y se tambaleaba al caminar, con dificultad subió hasta su habitación puesto que comenzaba a sentirse mal.

Por su poca presencia nadie se dió cuenta de su ausencia,  a excepción de un pelirrojo que llevaba cierto tiempo buscandole.

Harto de encontrarle decidió irle a buscar a su habitación ( cabe destacar que Kagami ya estaba lo suficientemente ebrio) se detuvo frente a una puerta, tocó tres veces y entró.

La peliceleste estaba recostada en su cama y se sorprendió al ver la alta figura que se erguía en su puerta.

-Hola Kagami....-no pudo terminar la oración por que fue callada con un beso de parte del pelirrojo, ésta se separo unos instantes después tapándose la boca sumamente sonrojada.- ¿¡qué es lo que crees que haces Kagami-kun!? - preguntó algo alterada, el pelirroja sonrió socarronamente -Pues que más, te besé- dijo.

Kuroko estaba confundida pero luego comenzó a tratar de deducir lo que pasaba - Kagami-kun...  estás ebrio - le encaró la chica -No lo estoy - negó el pelirrojo( aunque realmente si lo estaba) -Kuroko...  tu me gustas- dijo susurrandole al oído, Kuroko no pudo evitar sonrojarse y hecharse para atrás torpemente cayendo de alguna forma de espaldas en el colchón y haciendo que Kagami quedase sobre ella.

Ambos se sonrojaron, la cara.de Kagami no se.distinguía de su cabello, el pelirrojo estuvo a punto de besar a la peliceleste pero justo en ese momento la rubia entró.

-¡Kuro...  ! ¿¡Que es lo que pasa aquí!? - la rubia se acercó a Kagami, se le notaba enojada. -esto no es lo que crees Kise- trató de explicar, pero la rubia no lo dejó y lo sacó a rastras de la habitación de Kuroko.

La pelicesleste aún estaba shockeada, a decir verdad ella sabia que sentía algo por el pelirrojo, pero no lo había querido admitir hasta ese momento.

Por el escándalo que se armó, Momoi subió hasta la habitación de Kuroko.

-Tetsu-chan ¿estás bien?  - dijo algo preocupada la ojirosa , en respuesta la nombrada asintió levemente, Momoi estaba por salir de la habitacion pero una mano la detuvo jalandola ligeramente del brazo.

-Momoi-san ¿cómo sabes cuando estás enamorada? - esto sorprendió a la pelirrosa -La verdad Tetsu-chan...  no lo sé,  creo que simplemente lo sientes y no puedes negarlo- le dijo con una sonrisa en el.rostro.

La peliceleste estaba un poco confundida  por la respuesta y se quedó toda la noche pensando.

Quiza el dicho que dicen los adultos es real [Los borrachos y los niños jamás mienten] ¿habría sido real lo que le dijo Kagami? Un torbellino de dudas atrapó a la pequeña ojiazul.

Quizá si estaba enamorada.

No debí desearlo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora