7- ◆¿Una fiesta?◆

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Voy a volverme loca.
En todo el significado literal de la palabra estoy enloqueciendo, son tan fastidiosas, comienzo a pensar que no debí desear que se convirtiesen en chicas.

<<Momoi esto, Momoi lo otro, Momoi aquello>> Quiero paz y tranquilidad por un momento.

Todas siguen dormidas a pesar de la hora que es, yo en cambio sin poder dormir lo único que se me ocurre hacer es sentarme en el sofá a mirar una película que están dando en la televisión, el silencio reinaba la casa, me sentí en completa las por unos instantes, luego esa atmósfera desapareció.

El timbre de la casa había sonado, el mayordomo de Akashi acudió en seguida, abrió la puerta y la persona del otro lado de esta le entregó un sobre con un sello de cera en color rojo que hacía que luciera muy importante.

-Uhm...  disculpe- pregunté yo al mayordomo.

-¿si?- fue la contestación que obtuve.

-¿podría ver la carta?- solté de una vez.

El hombre me la tendió en seguida con la única condición de que no la rompiese o la perdiese.

La tomé entre mis manos y delicadamente comencé a abrirla, estaba por terminar cuando una voz me sobresaltó.

-¿Qué es lo que haces?- la voz de cierta pelirroja

-Yo estaba revisando está carta- le dije sinceramente y dandosela

Akashi examinó un momento el sobre y luego lo rompió para extraer la carta y posteriormente leerla en voz alta.

-Me es un verdadero honor invitarle a usted y toda su familia a la fiesta que se llevará a cabo en honor al décimo octavo cumpleaños del hijo de la familia Yukazawa el día posterior al recibimiento de esta carta-

-Es mañana-  le dije un poco emocionada a Akashi

-Lo sé- dijo la pelirroja en un tono de preocupación sumamente notorio.

-Vayamos - le dije sonriendo y muy entusiasmada

-Con "vayamos" ¿a quienes te refieres? - dijo Akashi con cierto sarcasmo en su voz.

-pues a todas las que nos encontramos en esta casa- le dije respondiendo a su pregunta.

Lo pensó por un momento analizando los posibles pros y contras

-Si tu puedes hacer que esos ... esas chicas no se comporten como bestias hambrientas, estoy de acuerdo-  dijo Akashi finalmente.

Estuve pensandolo, claro que era un reto hacer entrar en cintura a esas bestias sin correa, pero vamos ¿cuando podré volver a ir a una fiesta tan elegante? No es algo a la que pueda ir normalmente como al cine o a otros lugares, así que tomé el desafío.

Salí directo a mi casa, llamé a Dijo para pedirle ayuda y ésta me dijo que sería un gusto ayudarme.

Cuando llegué a mi apartamento prendí mi PC, tomé una hoja de papel y un bolígrafo y comencé a trazar un croquis donde mostraba tiendas donde podría conseguí vestidos de gala para todas.

Me vestí con ropa relativamente normal, jeans, una playera, una sudadera y mis converse y salí de nuevo camino a casa de Akashi.

Cuando llegue las chicas ya estaban despiertas todas reuinidas en la sala unas jugando videojuegos, otras viendolas y cierta pelirroja leyendo la carta una y otra vez.

- ¡Buenos días! Cambiense rápido, nuestro itinerario de hoy es bastante extenso- les dije a las chicas que me miraron confundidas.

Pero sin replicar todas subieron a sus habitaciones a cambiarse y en unos minutos ya estaban listas, Riko llegó y todos salimos a la primera tienda que había marcado en el croquis, sin embargo los vestidos eran caros y algo...  extravagantes, caminamos tienda tras tienda sin encontrar nada que nos convenciera, cansadas y derrotadas entramos a la que era la última tienda.

Comenzamos a ver los vestidos, eran bastante lindos, junto con Riko comencé a recoger varios modelos para mi y todas las chicas, al final terminamos comprandolos, Aomine aún se negaba a usar el vestido por que decía que alguien tan masculino como el...  ella no podía usar algo tan femenino como eso, pero las tijeras de Akashi son algo a lo que nadie se quiere enfrentar así que no reclamó más.

El día se había pasado en compras, así que cuando llegamos a casa de Akashi ya era lo suficientemente tarde y todas estábamos cansadas, por ello sin más ni menos todas se fueron a dormir incluyéndome .

Mi alarma (como siempre) fue la que me despertó al siguiente día, con un poco de pesar y los ojos aún somnolientos me levanté y me dirigí al baño para tomar una ducha.

Mientras me bañaba podía oír los pasos de las demás y uno que otro gritillo de parte de las mismas.

Cuando salí me fui directo a mi cuarto para poder cambiarme, seque mi cabello con la secadora para rápido y me puse cualquier ropa, tenía hambre pues a decir verdad no comía desde la tarde del día anterior, cuando me dirigía a la cocina una voz llamó por mi.

-Momoicchi el desayuno está listo- podía asegurar que se trataba de Kise- Date prisa o se.enfriará- rápidamente llegué al comedor y  me senté en una de las sillas junto a Midorima.

-como saben tendremos que ir en unas horas a la gala- comentó Akashi, en silencio todas asintieron y siguieron comiendo -Momoi se encargará de ustedes -dijo de nuevo la pelirroja.

-chicas de mi corazón hoy sabrán el significado del dicho "la belleza duele"- todas palidecieron luego de que les dijera eso.

Cuando acabamos de desayunar me levanté de mi silla y dije.

-¿alguna voluntaria para ser la primera en ponerse hermosa?- nadie se ofreció -Bien entonces tomaré una víctima... hummm quien...  quizá ¡Kise! Tu eres modelo estás acostumbrada - la rubia se negaba pero luego se resignó Y  aceptó.

La tomé de la mano y la llevé directo al baño donde tenía nada más y nada menos que un kit completo de cuidado personal, saqué de una bolsa unas tiras blancas con cera para depilar y al verlas la cara de Kise se volvió completamente blanca, pues, sabía lo que venía a continuación.

Tomé una de sus piernas y coloqué una de las tiras conté hasta tres y la arranqué súbitamente haciendo que la rubia soltara un grito que se escuchó por toda la casa, como.consecuencia las demás palidecieron igual esperando que no fueran las siguientes.

Pero vamos "la belleza duele"

-¿Es necesario esto?- me preguntó la rubia lloriqueando

-¿qué? ¿tener piernas exquisitas? Pues te diré...  los hombres consideran que na mujer que no se depila es antihigiénica, pero que se le va a hacer ellos no ven más allá de lo físico, hay cosas más importantes que unas piernas o cara bonita ¿no crees?- le dije sinceramente

-debe ser duro ser una chica desde siempre, perdóname Momoicchi te he subestimado- me dijo ella arrepentida

-Esta bien, al menos comienzas a entender que es lo que vivimos Siempre- le dije para terminar.

Pasaron unas horas para que pudiera terminar de arreglar y maquillar a todas, nadie se atrevió a usar tacones por el miedo a caerse.

Una limusina negra esperaba fuera de la casa el momento para llevarnos a lo que sería la fiesta.

Yo estaba impaciente ¿qué nos esperaba en tan importante celebración?
















No debí desearlo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora