Eyes

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Sus ojos no eran ni del color de la esperanza, ni el del cielo. Ni siquiera el de mi chocolate favorito.
Sus ojos eran del color de mis sueños. Y eso lo hacía perfecto.
-Anónimo.

Este fragmento no es mío, pero es demasiado hermoso como para no compartirlo con ustedes.

Memorias de un pandaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora