Capitulo 3

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Mientras mis padres le regañan a mi hermana, me subo a mi habitación.

Tengo una habitación bastante simple consiste en una cama matrimonial, un armario y un escritorio. Y también tengo un baño para mi sola, nada raro o extravagante. Bueno a eso habría que añadirle un plátano en el suelo, ropa por todos los lados y eso es un ¿condón?

¿ De donde cojones ha salido eso?

-¿Mamá, que hace un condón en mi habitación?- le pregunto a gritos a mi madre y al verlo de cerca agrego - y encima usado.

Bajo las escaleras corriendo y cuando voy a entrar a la cocina oigo un golpe seco y " lo tiraste en la habitación de Rider"

Me asomo y veo a mi padre sobarse la cabeza.

- Creía que lo confundiría con otra cosa entre tanta basura- susurra mi padre.

Agggg!!!

Que asco de padres tengo, fornicando a esta edad.

- ¿Esta es edad para que hagais esas cosas?- pregunto sorprendiendoles a ambos. Los dos se sonrojan- lo quiero fuera de mi habitación para cuando vuelva.

Salgo con mi bicicleta del edificio donde vivo hacia un parque cerca de aquí. Me monto en la bici y voy hacia mi destino. No sé muy bien manejar una bicicleta pero lo suficiente comonpara no caer. Mis padres, de pequeña en vez de enseñarme me dejaban sola en el parque con la bicicleta mientras ellos se sentaban en un banco para manosearse y compartir saliva. Eran y son demasiado melosos. Pero me alegro a veces de ello, porque prefiero estos padres que tener unos que te traten mal y no te presten atención. Mi madre es una de las mejores porque siempre me ha apoyado en mis momentos tristes, por ejemplo cuando me enamoré por primera vez y mi crush, me dijo que era poco femenina. Ese día me la pasé comiendo nutela y llorando con mocos y todo. Ese dia decidí no enamorarme nunca más de un Playboy.

-¡Hey!- me saluda una compañera de clase y justo cuando voy a levantar la mano para devolver el saludo caigo de bruses contra el suelo.

Siempre lo malo me tiene que pasa a mi, Zeus

Justo cuando la chica viene para ayudarme, me levanto rapidamente, cojo la bici y salgo corriendo como loca hacia mi casa para no quedar en verguenza y perder la poca dignidad que me queda.

Al llegar a casa caigo rendida en la cama y miro la hora en el reloj, son las once, así que decido ponerme el pijama que consiste en una camiseta que me viene grande y una bragas debajo de esta.

Despierto por el molesto ruido de mi asquerosa alarma. La intenta apagar pero despues de unos 5 intentos, decido hacer lo mas facil, que es tirarlo contra la pared. Pero en vez de un golpe, oigo un grito muy agudo que hace que levante rapidamente y dirija mi vista hacia la puerta, donde se encuentra mi hermana con la nariz roja y el despertador en sus manos.
-¡RIDER!- grita mi hermana furiosa estrangulando al pobre despertador con las manos. Eso no es muy buena señal y antes de que se abalanze sobre mi, corro hacia el baño y me encierro en el.
-Maldita, la proxima no te salvas- oigo a mi hermana maldecir.
Ya que estoy en el baño me ducho y mientras me ducho en mi cabeza viene la cabeza la imagen del chico del ascensor. Y creo que ya sé el motivo de su divertida sonrisa: mi pijama de Dora la exploradora.

Salgo del baño solo con una toalla en mi cuerpo. Voy hacia el armario para despues sacar unos shorts y una ombliguera ya que hace demasiada calor.

Me visto, me peino y me delineo los ojos para despues ponerme gloss en los labios.
Abro la puerta de mi habitaciòn lentamente para despues sacar solo la cabeza y mirar hacia los lados, pero para mi suerte no hay rastros de mi hermana por lo que empiezo a bajar las escaleras lentamente sin hacer ruido. Rezo internamente para que María no me vea, mientras camino hacia las escaleras, pegada a la pared.

¿Eider? ¡Nop! ¡R-I-D-E-R!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora