Capítulo 9

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Como odio a ese gilipollas, atraeputas, hijo de puta y... todos los insultos del mundo. Me había dado un susto de muerte con esa broma. Por un momento pensé que había perdido a Will por siempre, había perdido a mi único hermano, amigo, mi todo, parte de mi familia.

Hermanos, aunque la ciencia lo niegue.

Lo se, muy cursi. Pero ese ha sido nuestro lema desde siempre. Nos apoyamos mutuamente en las buenas y en las malas.

Sin darme cuenta las lagrimas empiezan a deslizarse por mis sonrosada mejillas a cauda del frio viento que entra por mi ventana todavía abierta. Me limpio las lagrimas con el dorso de mi mano y me tiro en mi cómoda cama. No me preocupo por cambiarme de ropa, ahora mismo solo quiero dormir y olvidarme de todo. Después de un rato ya estoy cayendo en los brazos de Morfeo.

(...)

Abro los ojos lentamente pero los cierro de inmediato cuando la luz del sol da directamente a mi cara. Me desperezo lentamente y camino hacía al baño. Hoy no hay prisas ya que es sábado y no tengo nada que hacer, aparte de planear una broma contra el estúpido, imbecil de Blake. Me quito la ropa que llevaba ayer y me meto en la bañera. El agua fría relaja mis músculos y me libra del calor de verano.

Al salir de la ducha, envuelta en una toalla me dirijo a mi habitación. Al abrir la puerta me llevo una gran sorpresa.

BLAKE.

-¡Tuuu!- exclamó señalandolo.

Se levanta de la cama y avanza hacía mi que entoy en la puerta.

- Quería pedirte perdón por la broma de ayer - en sus puedo ver que de verdad está arrepentido - no pensé en las consecuencias.

Aunque me de un poco de pena no pienso perdonarle.

- Deberías de haber pensado antes de gastarme una broma tan cruel - digo yo - no sabes lo que sentí al ver la cabeza de Will colgada del árbol.

Nos encontramos a unos pocos metros. Avanza hacía mi, cierra la puerta a mi espaldas y me pega contra esta.

- ¿Qué haces? - pregunto tramudeando.

Genial, pensará que causan algún efecto sobre mi sus acciones, aparte de ira obviamente.

- De verdad que lo siento - habla en voz baja y ronca. Inspecciona todo mi cuerpo tapado solo por una toalla que apenas tapa mis atributos. Sus ojos estás más oscuros de lo habitual. Corta toda la distancia que hay entre nosotros. Intento empujarlo lejos pero me agarra las dos muñecas y la pega contra la puerta, arriba de mi cabeza.

- A-alejate... - pone su dedo índice sobre mis labios antes de que pudiera terminar la frase. No sé porque mi corazón se está acelerando.

- Tssss -me calla con un susurro.

Empieza a acercar su cara a la mía. Nuestros labios están a unos 5 centímetros. De repente tengo ganas de unir mis labios con los de Blake, así que acerco mi cara y estampó mi boca contra la suya.

El beso es lento pero fuerte. Blake coloca sus manos en mi cintura, así haciendo que las mías quedarán libres. Él empezaba a perder el control, lo notaba por la manera en la cual sus manos acariciaba mi cuerpo. Me separo por falta de aire y él aprovecha para morderme el labio.

Lo miro a los ojos mientras él estira delicadamente mi labio inferior. Alza su mirada y sonríe, sin soltar mi labio.Cuando lo suelta, vuelve a besarme y yo no lo detengo.

Se que tiempo después me arrepentiré pero, ¡es que Blake besa tan bien!

Sus labios se moldean a la perfección junto con los míos y no puedo evitar soltar un suspiro. El sonríe y se separa un poco de mi, terminando el beso.

¿Eider? ¡Nop! ¡R-I-D-E-R!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora