24 de septiembre.
Kevin, te mande mensajes ese 22 de septiembre desesperada,
necesitaba únicamente verte, abrazarte, hablarte,
pero tu dijiste que no, que yo había jugado contigo, que un día te quiero y al otro ya no, que tenías orgullo y que no podías aparecer y desaparecer de mi vida como si nada.
Lloré, grité y escribí una K en mi cadera con navaja.
Lo pensé, ¿que necesitaba para atraer tu atención?
Tome una tableta de las pastillas de mi hermana, tomé un vaso de agua,
me encerré en mi habitación, no tuve que ni pensarlo, no reflexione ni recapacite,
instintivamente tomé once pastillas. Baje las escaleras llorando, caí en brazos de mi madre,
ella me obligo a vomitar, todos gritaban y lloraban, llamo a mi padre, me abrazaron y después de intentar vomitar, me llevaron a un hospital. Me clasificaron según mi nivel de gravedad: amarillo.
Me internaron, me hicieron un lavado de estomago, lloraba todo el tiempo, estaba sola, estaba incomunicada, no podía hacer nada. Me trasladaron a un segundo hospital en ambulancia, aproveche a mandarle un mensaje a mi mejor amiga, sabiendo que ella te comunicaría de que acababa de cometer un acto suicida.
Me internaron en otro hospital, era código 514, habitación 104. Me llevaban en sillas de ruedas para aquí y para allá. Perdía fuerza, estaba tan mareada y descompuesta, no entendía nada, no estaba consciente. Seguía estando sola.
Esa noche me internaron con suero y caí en un profundo sueño. El 22 a la noche, (según me contaron) te trajeron en el auto de tu padre, junto a tu hermano y junto a mi mejor amiga, no los dejaron entrar, no podían verme, pero sabían que estaba en un estado grave en mi habitación. No podías manejar porque estabas muy nervioso, ansioso, así que el miércoles 23 a las cinco y pico de la tarde, saliste del trabajo, te tomaste un taxi hasta el hospital y entraste a verme.
Estabas llorando, estabas mal, muy mal por mi culpa. Estabas triste, y me sentía destruida. Pero mi intento de llamado de atención había funcionado, te tenía ahí. Me tomaste de la mano, me hablaste, lloraste, me dijiste que me querías, me hiciste reír, estaba drogada, confundida, y apenas lo recuerdo, pero dentro de todo podía procesar lo que estaba pasando. Esa misma noche comenzamos a hablar por mensajes, te fuiste pronto porque tenías que volver a trabajar.
Hablamos por mensaje hasta la mañana del 24, hasta que me dieron el alta, hasta que viaje hasta mi casa, hasta que comí, hasta que tuviste que volver al trabajo.
Me sentí completa, me sentí feliz, me sentí especial. Espero que esto sea el princer paso a recuperarnos, a volver a intentarlo, a volver a tener confianza, a volvernos a amar.
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HELL (1)༺|༻
Short StoryElla tubo que irse de su lado porque le hacía mucho daño, pero él terminó por volver gracias a los llamados de auxilio de ella... pero... el final sorprenderá.