Día setenta y siete

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3 de noviembre. 

Apenas me enteré de lo que te había sucedido ese viernes 30 de noviembre, corrí a tu casa, despeinada y con ojeras, te bese, acaricie, hablamos y contamos chistes, también me vi obligada a retarte por las tonterías de niño caprichoso. 

Pero estabas bien, tuve que ayudarte a lavar tus dientes, te puse los calcetines y las zapatillas, ayude a tu padre a ponerte los pantalones y te di más besos aún. Te amo, y lo sabes, solo se que me quieres, pero ámame tanto como yo a ti.  

Estuviste internado... te fui a ver, enloquecí por ti. Me preocupe, realmente me importas, realmente haría todo por ti, no puedo verte mal, no quiero alejarme de ti. 

Pero de pronto... me dices que me amas, me dices cosas lindas, te voy a visitar porque no quiero que estés solo, y un día solo obtengo desprecio, rechazo, frialdad. ¿Que hago mal? Hago todo por ti, todo... dejó de lado automáticamente mi vida, para saber de ti. 

Me confundes... ¿porque te muestras a veces tan caballero y a veces tan hijo de puta? 

HELL (1)༺|༻Donde viven las historias. Descúbrelo ahora