3- Bienvenida a Mission Creek

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[Editado ☑]

Narra ____

No supe en que momento del vuelto, me quedé dormida, pero desperté por los altavoces del avión, diciendo que ya estábamos por aterrizar en Mission Creek, así que, con mi mochila ya colgada en mis hombros, esperé hasta que por fin tocamos tierra. 

Seguí a toda la ola de gente, que se dirigió hasta la zona de entregas de equipaje y esperé pacientemente a un lado de la banda metálica, un poco nerviosa, hasta que por fin vi una de mis maletas y unos segundos después, apareció la segunda.

Tomé unos respiros, tranquilizando un poco mi ansiedad, lo último que quería, es fallar frente a un montón de personas y provocar algún daño a las personas de mi alrededor o más bien, que vean o mi campo de fuerza o que se activara mi electrokinesis.

Salí de la sala y me adentré a otra más grande, que supuse que era la entrada principal del aeropuerto, por todas las personas que iban corriendo de un lugar a otro y por el gran ruido que se generaba de todos hablando, moviendo cosas, entre tantas otras más.

Me hice a un lado de todo el tumulto de gente y con rapidez saqué el celular marcando enseguida al contacto "Donald D". 

Uno, dos , tres tonos, hasta que por fin contestó y sintiendo bastante alivio al oír su voz.

- ¿Hola?- Escuché por la otra línea

- Hola... Soy ¿____? - Contesté insegura

- ¡Ah! ¡____! ¿Cómo estás? ¿Qué tal tu vuelo? - 

- Bien, todo bien - Respondí

- ¡Perfecto! ¿Dónde estás? - 

Miré a mi alrededor e identifiqué un pequeño café cerca mío.

- Tengo una cafetería a un lado - 

- Ah, nosotros igual, haremos señas para que nos veas - 

Observé entre todas las personas que tenía cerca y no pude identificar a nadie haciendo algún gesto.

- No... No los veo - Avisé

- Dame un segundo... Cariño, salta con más ganas, ella no nos ve - 

- Donald, te voy a mat... - Escuché el voz de una mujer a lo lejos, que supuse que era su esposa, por como la llamó

- Si, si, pero Anthony me matará si no encuentro a su hija, ¡vamos! ¡Imítame...! Por favor... Amor de mi vida... -

No pude evitar soltar unas risas ante sus particulares comentarios.

Seguí buscando, hasta que encontré a dos personas de espalda saltando y levantando y bajando sus brazos, con... Bastantes ganas diría yo.

- Ya los encontré - Informé entre risas

Con toda la rapidez que me permitieron las maletas, me acerqué a ellos y toqué levemente el hombro de él, dando un respingo junto con un pequeño grito.

- Perdón, perdón, perdón - Me disculpé

- No te preocupes - Me ofreció una cálida sonrisa - Soy Donald Davenport, el mejor científico, guapo y billonario - Se apuntó a si mismo - Un gusto - 

Me ofreció su mano y enseguida la acepté, mirando a la morena con un poco de extrañeza.

- Te acostumbrarás - Dijo riendo 

- Y ella es... Bueno, mi esposa, Tasha Davenport - La presentó y no pude evitar soltar ligeras risas

Enseguida acepté su mano y les ofrecí una tímida sonrisa.

- Un gusto, ustedes ya sabrán, pero yo soy ____ Morgan - Dije

- Realmente, me alegro por fin conocerte - Habló Donald - ¡Vamos! Debes estar agotada - Añadió

Se ofrecieron a ayudarme con mis maletas y los seguí, dirigiéndonos al estacionamiento.

Me di el tiempo de poder analizarlos... Solo un poco, Donald Davenport, inventor y científico billonario, dueño de industrias Davenport, casado con Tasha Davenport, reportera y madre de Leo Dooley...

- ¿Qué te parece? - Pregunto la morena y enseguida dejé mis análisis a un lado

- ¿Perdona? - Pregunté avergonzada y percaté que ya habíamos llegado a su auto

- Debe estar agotada cariño - Habló Donald mientras guardaba mis maletas 

- Tranquila, solo pregunté si prefieres cenar fajitas o algo más sencillo - Repitió con dulzura nuevamente 

- Oh, lo que ustedes prefieran - Respondí 

Nos subimos al auto y comenzamos a hablar de trivialidades, les conté de mi vida en Boston y Donald me comentó que Tasha ya sabía de mis habilidades, así que me sentí más libre de hablar de mi perspectiva con los biónicos. También conversamos sobre sus hijos, Adam, Bree y Chase, que cada uno se llevaba por un año y Leo, siendo el más pequeño. 

- Así que... ¿Puedes pensar un lugar y aparecer allá? - Preguntó la morena y asentí

- Básicamente, sí - Respondí

- Tasha, es más que eso, ella puede manipular su estructura molecular... - 

- ¡Mira! ¡Llegamos! . Exclamó ignorando a su esposo

Reí al entender más o menos, la dinámica entre ellos dos, bastante tierna y graciosa.

Salimos del auto y admiré la enorme casa frente a mi, bastante moderna y muy bonita. Sus distintos colores es lo más llamaba mi atención y ya me imagina que por dentro debe ser mejor todavía. 

- Los chicos ya deben de haber llegado de la escuela - Dijo Tasha y me acerqué a ayudarla con mi maleta - ¿Preparada para conocerlos? - Preguntó y asentí emocionada

Donald y Tasha son bastante simpáticos y graciosos, ya me imaginaba a sus hijos iguales de gentiles que ellos y me hacían sentir de lo menos incomoda a como estaba en un principio.

- Después de que los conozcas, debemos hablar unos temas de tu padre y yo - Dijo Donald acercándose a la entrada

- ¿Qué cosa? - Pregunté y observe como buscaba la llave correcta 

- Nada serio... Solo... Una conversación que quedó pendiente - Dijo y asentí

Abrió la puerta y lo primero que hice, fue ir hacía la pareja y los obligué a agacharse rápidamente al ver que una silla estuvo a punto de impactar hacía nosotros. 

Me incorporé enseguida y me posicioné, preparada para pelear, pero me sorprendí al ver una escena, que jamás creí que vería en mi vida y al parecer, ellos quedaron igual.

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LabRats: ¿Diferentes? - Chase y tu [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora