El príncipe Harry

Esto no es Esocia

Primer día, de verdad que no puedo creer que estoy en Escocia, no puedo creer que abandone México, a mi madre, a mi queridísimo Reese el gato que me regalo Damián, quien por su puesto tampoco puedo creer que lo deje en México.

Tuve mucha suerte de que Damián decidiera enamorarse de mí, primer año de carrera, el chico inteligente de la clase, pero no la clase de inteligente que te hace querer gritar "¡ñoño!", no Damián era la clase de inteligencia que valorabas, natural, lógica, humilde, amado por todos, odiado por nadie, perfeccionista, educado, realista, centrado y puedo estar horas y horas nombrando su sin fin de atributos y valores morales.

Aunque recapitulando, Damián no es la clase de hombre con la que la mayoría de las universitarias quisieran salir, Damián es el hombre con el que te casas y tienen hijos pijos que inscribes a un colegio católico.

Claro que yo no era como la mayoría de las universitarias, tenía cero experiencia amorosa y a lo que el resto de mis compañeros le hubiera causado terror, fue lo que a Damián más le gustaba de mí, poder enseñarme todo y a mí me encantaba aprender, y claro que pensé que algún día seria su esposa, ese era el plan por su puesto, pero aun no sé cómo decidí dejárselo a cualquier perra oportunista busca marido después de 5 años.

A claro, por mi sueño de venir a Europa, todo pagado ¿Quién rechazaría eso? Al principio pensé que sería viable que Damián viniera conmigo, pero no pensé que él no iba a dejar sus oportunidades por seguir mis sueños y cuando te ofrecen un puesto increíble en el gobierno al mes de conseguir tu título universitario ningún Damián iba a dejar eso por perseguir a su novia a Europa.

Y fue entonces que pensé: Si Damián no puede cambiar sus planes por seguir mis sueños: ¿Por qué yo voy a cambiar mis sueños por seguir sus planes? Y esa es la razón por la que estoy aquí, en un asiento de avión con las piernas temblando de los nervios, el resto de los pasajeros se está levantando, pero yo no puedo.

¿Qué me espera en este país?

Requirió toda mi fuerza de voluntad bajar del avión y cuando lo hice fue para llevarme una no muy grata sorpresa.

-¿Cómo que no está mi maleta? – le pregunto al trabajador del aeropuerto.

- Pues los números con los que comienza el folio son de las maletas que enviamos a Escocia, así que supongo que por error tu maleta esta haya.

- Espere un minuto ¿dijo Escocia? – pregunte

- Sé que ha de sonar lejos para alguien que viene de América, pero en realidad está a unas seis horas de aquí – dice con calma

- ¿Y se puede saber a dónde se refiere con aquí? - tercera pregunta, espero que la respuesta de esta no me sorprenda tanto como las anteriores.

- Inglaterra – dice como si fuera obvio y luego su cara se desfigura poco a poco como si por fin lo entendiera.

- Mi estúpida maleta tomo el vuelto correcto ¡y yo no! No lo puedo creer ¿Cómo paso esto? Es un señal de que en realidad no debería estar aquí del otro lado del mundo y haber abando... - me interrumpe

- Señorita, perdón por interrumpirla, pero fue un error de la aerolínea, estoy seguro que se solucionara en unos momentos. Solo tengo que hablar con mis superior, haga favor de tomar asiento y volveré en un segundo – dice antes de salir corriendo, sin esperar respuesta y es que en realidad no tiene caso que la espere, no sé qué más puedo hacer.

¡Rayos! La universidad iba a mandar a alguien a buscarme al aeropuerto tengo que encontrar la manera de avisarles que estoy en Inglaterra, hasta pienso el nombre con desprecio y eso es raro porque en realidad me encanta Inglaterra, claro que tenía planeado hacer más de un par de visitas estos dos años que estuviera en Escocia, pero no el primer día, este no era plan.