Sin embargo me quedé y lo besé igual, con todo lo que sentía por él saliendo por cada poro de mi piel, todo parecía más caliente y luminoso, murmuró mi nombre entre nuestros labios y me besó de nuevo, su lengua entró en mi boca, acarició mi paladar y tentó a la mía, como si necesitara que también ahí nos tocáramos, su mano en mi espalda bajó mucho más hasta encontrar la orilla de mi falda mientra que la que permanecía en mi rostro bajó marcando a fuego un camino hacia mi pecho.
Me tensé solo un momento, antes de que él moviera su palma, con la presión justa para hacerme temblar, hice un ruido agudo contra su boca, él sonrió bajando, dejando mis labios y encontrando mi cuello. Parecía que nada mas importaba que seguir sintiendo todas esas sensaciones y que no podía tener suficiente, acaricié su cabello y sus hombros, deseando poder quitarle la camisa que llevaba, pero no lo hice, solo me concentre en el calor de su piel que traspasaba la tela. Su beso se volvió mas exigente y sus manos mas furtivas, las sentía en todos lados, una de ellas bajo mi blusa acariciando mi estomago alocando a las lombrices, la otra estaba tocando mi ropa interior.
-Zayn –murmuré entre un gemido y una advertencia, él negó besándome y su mano se alejó solo un poco de mis muslos y decidió que ambas estaban mejor contra mis pechos, aquello se sentía tan extraño, decadente y casi perfecto que no pude encontrar palabras para decirle que se detuviera, casi sin darme cuenta mi blusa estaba en el piso y solamente la delgada tela del sostén separaba su piel de la mía-
-Zayn –advertí de nuevo cuando él se había quedado estático mirándome, fue demasiado tarde, en un movimiento, el bajo las copas para poder dejar mis pechos libres: me estremecí de miedo, ansiedad y expectación, sus labios murmuraron algo que no pude distinguir y sus manos acariciaban mi piel casi con extremo cuidado, mis piernas se sentían de gelatina, miré como su boca se acercaba a ellos, debía detenerlo pero estaba paralizada.
-Aria –susurró antes de besar el valle entre mis pechos, cerré los ojos mordiéndome los labios, debí haber perdido la noción del tiempo por un segundo, pues me sobresaltó cuando me abrazo de nuevo y nos hizo girar hacia la cama-
El contraste entre el suave colchón a mi espalda y su cuerpo sobre el mío era tan diferente a cualquier cosa que hubiera experimentado antes.
Sus manos recorrían mis piernas mientras me miraba intensamente.
-Tócame Aria, por favor –murmuró mientras me besaba de nuevo, enredé las manos en su cabello pero a pesar de su sonido de aceptación aquello no parecía ser suficiente, así que bajé a su camisa y sin darme cuenta comencé a desabrocharle los botones, iba a casi a terminar cuando se rió ante mi estremecimiento cuando rozó con la punta de sus dedos la tela de mi entrepierna.
-Desde que llegaste yo también he pensado por qué no lo hemos hecho –susurró con una sonrisa casi infantil, como si estuviera feliz de decirlo, peor aquello sólo me recordó todo por lo que yo había decidido terminar con él, dejarlo libre, liberarlo de su carga, quise detenerlo pero solo logré arquear mi espalda cuando sus dedos acariciaron mi sexo húmedo apartando la tela, sentía demasiado calor, no podía pensar con claridad, me quitó la ropa interior mientras yo formaba puños con los extremos de su camisa.
-Zayn –jadeé mientras el introducía un dedo en mi y luego dos. Mi cerebro gritaba detente, mi corazón lloraba - sigue.
-Aria dime que si, déjame –pidió, aunque sin esperar respuesta pues volvió a besarme y separó mis piernas con las suyas, sentí su erección a pesar de no poder verla, su cuerpo caliente rozando el mío.
-Zayn, yo…-murmuré contra sus labios con los ojos vidriosos. ¿Sigue o detente?-
Jamás lo hubiera podido decidir, él tampoco me dejó.
Comenzó a entrar en mi, lento, con el rostro tenso y la mirada fija en mis ojos, me tense mordiéndome los labios y aforrándome a su hombros.
-Relájate, por favor Aria, déjame amarte –murmuró mientras las lagrimas salían de mis ojos y mi mente se rendía ante el corazón-
Solo por estos minutos, dejaría que él me amara a su manera.
El dolor entre mis piernas llego casi repentinamente y así se fue, dejando solo una extraña e incomoda sensación, me besó de nuevo, solo fugazmente y enterró su rostro en mi cuello.
-Tócame Aria –pidió contra mi piel mientras yo pasaba mis manos por su espalda abrazándolo-
-Bésame –sollocé mientras él maldecía y unía nuestros labios, saliendo de mi y entrando de nuevo, lentamente, la sensación no era placentera ni dolorosa, mas bien extraña, pero sus labios pronto me impidieron que pusiera atención a sus movimientos, beso mis labios, mi cuello y mi pecho, haciéndome arquear la espalda, mientras una de sus manos enmarcaba mi rostro la otra desapareció entre nuestros cuerpos.
-Vamos Aria, déjate llevar hermosa –susurro mientras me acariciaba, solo por un segundo todo desapareció, solamente quedo su calor y una sensación de dicha en mi pecho un segundo antes de oírlo gruñir mi nombre y separarse-
Sentí como la cama se movía cuando el se acostó a mi lado. Los parpados me pesaba tanto que solo pude abrazarme a mi misma justo antes de que el me atrajera a su pecho, el calor de su cuerpo y sentir su respiración me hizo cerrar los ojos, a pesar de mis disminuidas ganas de alejarme ya…
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Devo decir que despues de esto lo mas interesante pasara.