7. Tanner

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Tanner

Anna's Point Of View:

"Esto no es así Sam." Le expliqué por enésima vez, estaba comenzando a ponerme muy nerviosa.

"Claro que es así, viene en los apuntes." Insistió haciéndome suspirar.

"Pues o los tienes mal o no has entendido nada de ellos." Me fulmina con la mirada. "A ver Sam, has aplicado mal la fórmula."

"No lo he hecho." Niega con la cabeza. "El símbolo (s) designa a un sólido."

"Exacto. Pero la adición de mas AgCl solido no causa cambio alguno en la concentración de los iones plata en solución."

"Se pueden simplificar si se combinan las dos constantes y eso es lo que he hecho." Señala su ejercicio.

"Aún así no tienes el constante de producto de solubilidad." Niego de nuevo intentando que viera su error.

Entrecierra sus ojos observando el papel. "Mierda." Maldijo. "Entonces, la fórmula no es correcta."

"Te lo llevo diciendo desde hace un rato." Ruedo mis ojos. "La fórmula está incorrecta si te olvidas de añadir Kps, no podrías llegar al producto iónico."

"Bueno, tampoco vayas de lista por la vida." La fulmino con la mirada.

"Muy bien, pues la próxima vez lo haces tú sola." Le digo dispuesta a irme.

Sujeta mi brazo girándome sobre mis pies quedando frente a ella. Rodea mi cuerpo con sus brazos en un abrazo.

"Sabes que hablo en broma tonta." Aprieta su agarre en mí. "Me encanta que seas lista, así puedes ayudarme con cosas de clases que no sé." Me guiña el ojo.

"Ya." Ruedo mis ojos con diversión.

El timbre de la puerta sonó haciendo que ambas nos mirásemos confusas, ¿serán los chicos?

No, no puede ser. Ellos están en Georgia y no vuelven hasta la noche.

"¿Quién puede ser?" Pregunta Sam, me encojo de hombros.

"Ni idea."

Ambas salimos de la habitación cruzando el corto pasillo y bajando las escaleras.

El timbre volvió a sonar y con paso decidido me dirigí hacia la puerta, aunque debo reconocer que mi mano temblaba un poco.

En estos momentos, nunca sabes cuando puede aparecer uno de esos imbéciles con un arma apuntándote a la sien. Así que, estar algo nerviosa era normal y demasiado fácil.

Posé mi mano sobre el pomo dando un fuerte suspiro, lo giré con lentitud abriendo la puerta acto seguido.

Una persona que conocía muy bien pero que había cambiado bastante estaba parada frente a mí con una gran sonrisa en su rostro.

Mi sonrisa no tardó en aparecer, inmediatamente me lancé hacia él abrazándole. Rodeé su cuerpo con mis piernas como un koala enterrando mi rostro en su cuello.

Su risa varonil inhundó mis conductos auditivos. Estaba demasiado eufórica en estos momentos, le había echado tan malditamente de menos que verle ahora era increíble.

"¿Qué pasa pequeña?" Acaricia levemente mi espalda.

"Dios, te he echado tanto de menos." Aprieto mi agarre.

"Yo también te he echado de menos." Su agarre era firme y fuerte.

Nos separamos un minuto después, me dolían las mejillas de tanto sonreír.

Los secretos silenciosos (2° temporada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora