Unas palabras antes de empezar.

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¡Hola! Mi nombre es Ingrid, psicóloga-escritora y te doy la mejor de las bienvenidas a esta guía para escritores primerizos (o no tan primerizos) llamada "El ABC de los escritores".

Cuando yo era más joven comencé a escribir novelas sin saber en qué demonios me estaba metiendo; no tenía un computador propio, escribía a mano en libretas usadas, escribía por horas, por días, por semanas, por meses. No tenía idea de lo que estaba haciendo, sabía que mi pluma no era una joya de la literatura, pero amaba escribir, amaba llegar del colegio y postergar la tarea para seguir escribiendo; en ocasiones cargaba conmigo una libreta a la escuela porque simplemente no podía resistir sin escribir, pero las miradas curiosas hacia mi libreta y las cabezas asomándose a lo que escribía me hicieron desistir de llevarla, no a muchos nos gusta que vean nuestras obras antes de tiempo y sin nuestro permiso (problemas de escritores).

Y hablando de enseñar nuestras obras, me daba mucha vergüenza compartir mis historias con los demás pues sabía que iban a ser juzgadas. A veces yo misma leía mis propias novelas y quería esconder la cabeza bajo una almohada pues no entendía cómo me había atrevido a escribir soberanas "tonterías" mal hechas.

Por otro lado, estaba ese asuntillo de andar de picaflor, de historia en historia, donde aún no llegaba a la mitad de una cuando ya empezaba la otra y es que más de uno solemos ser muy infieles con nuestras propias historias.

Hasta que un día, luego de un par de años me cansé de la pila inmensa de historias que tenía abandonadas, sin concluir, sabiendo que no eran lo suficientemente buenas para compartirlas y sin suficiente motivación para terminar ninguna de ellas, así que decidí amarrarme el cinturón en la cabeza y dije "ya basta, tengo que terminar algo en mi vida aunque sea una vez" y comencé a escribir "Lo que todo gato quiere" un extraño mix de lo mejor que podía sacar de mis abandonadas e inconclusas novelas (o intentos de).

En varias ocasiones, sobre todo durante la mitad de la novela, pensé en abandonarla, pero decidí hacer un compromiso conmigo misma. Había aprendido de los errores que cometía al escribir años atrás, dediqué "horas nalga" a la investigación de redacción, de ortografía, de vocabulario, de construcción de personajes y gramática para lograr sacar adelante una novela más o menos decente. No nací con talento, no fui bendecida con tal don, me costó trabajo, tiempo, esfuerzo y un enorme callo duro en el dedo por haber empezado a escribir a mano.

Amo mi callo, es una herida de guerra.

Con todo esto, mi intención no es venir y decir que esta guía es el Santo Grial, no lo es, no soy ninguna experta, ninguna letrada, ninguna eminencia en Literatura y Lengua, mi camino hacia convertirme en escritora fue muy complicado y largo, y lo que busco es compartir contigo cómo logró escribir una niña sin idea, sin maestros, sin ayuda, sin gritos de porras y sin talento, pero con muchas ganas. Espero que si te encuentras en una situación similar a la que yo pasé o quieras iniciarte en este noble arte, te pueda ser de utilidad lo poquito que sé.

Años después, sigo aprendiendo, nunca voy a dejar de aprender, nunca llegaré a ser experta, pero al menos seré la mejor principiante que pueda ser.

Ingrid V. Herrera


El ABC de los escritoresDonde viven las historias. Descúbrelo ahora