capitulo 2

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Hephzi
Antes

BUENO. PUES MI FAMILIA ESTÁ CHIFLADA. Es completamente rara. Un día me voy a largar de aquí, no cabe duda, aunque eso signifique que deba dejar a mi hermana.
Para mi, el día en que empezamos el colegio fue el comienzo.
Lo Huelo en la escuela, en el aire de septiembre, lo oigo en los portazos de los casilleros, en los gritos y carcajadas de voces desconocidas, lo saboreo en los labios cuando sonrío y los extraños me devuelven la sonrisa. Sé que ahora puedo ser libre. Le dije a mi madre que si no me dejaba ir le iba a hacer la vida un infierno y me ha de haber creído o de algún modo convenció a mi padre. Ahora soy mas grande y mas fuerte que ella y sé cómo mangonearla, así que a veces e salgo con la mía, si tengo suerte. Como sea, logramos sale y es como si alguien me hubiera dado las llaves del reino. Los pasillos están atestados de gente de nuestra edad, de todos tipos, de diferentes formas y tamaños. No puedo esperar para hablar con ellos y ya puedo sentir las miradas de admiración de los chicos. Eso es lo que mas me interesa. Los chicos. Nunca he tenido un novio, pero voy a conseguir uno muy pronto, no creo que sea tan difícil. Obviamente, primero me tengo que deshacer de Rebecca. No puedo tenerla colgando del cuello todo el tiempo, ahogándome con sus ojos de burro.
No tienes ni idea de lo que es tener una rarita de hermana. Osea, estoy acostumbrada. Para mí su cara es tan familiar como la mía. Pero cuando los demás la ven por primera vez, bueno, no tienen la culpa de querer vomitar. Y ella no trata de hacerse las cosas más fáciles, ni siquiera trata de platicar de cosas normales. Ya sé que no somos normales en la casa, pero le digo que por lo menos lo intente. Si prestas atención puedes agarrar la onda muy rápido. Sobre todo le digo que no sea tan poca cosa, que se consiga una vida, pero esta muy acomplejada. Sólo tiene que ser un poco mas como yo y dejar de temblar bajo mi sombra.
Para la hora del recreo ya estoy harta de que ella lo arruine todo y es un alivio seguir a los demás para ir al comedor sin ella. En la cola me pongo a platicar con Daisy y Samara; las reconocí de la tutoría. Estoy tan emocionada que llego a la caja no me doy cuenta de que el almuerzo no es gratis y que estoy deteniendo la fila mientras finjo que busco dinero en mi bolsa. Samara, que está detrás de mi, se ofrece a prestarme los veinticinco pesos y le tengo que decir que si. Ojalá que se le olvide pedirme que le pague. Cuando nos sentamos a comer en una mesa redonda de plástico me preguntan que le pasa a Rebecca. Sabía que habían estado murmurando. Pienso rápido qué decir. No entiendo por qué Rebecca tiene que avergonzarme todo el tiempo. ¿Por que tengo que ser yo la que explique todo? Pero no les digo eso. Les digo que solo tiene una cara chistosa. Fin del cuento.

-¿Tuvo un accidente? -me pregunta Samara.
-No. Para nada. Es un síndrome que hace que se vea un poco rara, pero nada más.
-Ah -Samara y Daisy se ven a los ojos, y ya no les explico. No les digo lo que mi abuelita nos dijo, a Reb y a mi cuando eramos chicas, que es una malformación de los huesos de la cara cuando creces dentro de tu mamá.

-Pero esta bien -no creo que se convenzan de que de verdad es normal (bueno, mas o menos) y veo que Daisy patea a Samara bajo la mesa. Pero después hablamos de otras cosas y me invitan a ir con ellas al bar del viernes, así que me imaginó que no hay problema. Van cada semana. Parece que se puede entrar sin ser mayor de edad bastante fácil si tienes una credencial falsa. Les digo que yo n tengo, así que ellas me prometen hacerse cargo. Craig, el chico alto con cabello oscuro que parece buena onda, pero que habla poco, conoce a alguien que puede sacarla por cien pesos. Cien pesos es un montón, pero puedo intentar sacarlos de la bolsa de mi madre. Por lo general no me atrevería, pero tengo que arriesgarme un poco si quiero conseguirme una vida. Y si se da cuenta, no me voy a echar la culpa.
Se me olvida guardarle algo de almuerzo a Rebecca, pero ella no me dice nada y yo no lo menciono tampoco y después de la escuela me voy con Samara a la casa de Daisy y ella se tiene que regresar sola a casa. Primero hice que me prometiera que iba a encubrirme.

Triste corazón oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora