Capitulo 4

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HEPHZI
Antes

ESTO ES LO QUE PIENSO del colegio hasta ahora. En primera el trabajo apesta, especialmente la tarea. Afortunadamente Rebecca hace la mía, aunque es evidente que ella también la odia. En segunda los profesores son aburridos y no tienen ni idea de lo que es ser joven y querer divertirse. Zumban y zumban y zumban por horas, lo cuál es básicamente una tortura. Por último mis nuevos amigos son fantásticos y me la estoy pasando mejor que nunca en mi vida. ¡Aleluya!
Bueno, en la mayor parte.
La cosa es que uno tiene que tener cuidado con lo que dice por ahí. Cuando estoy con Reb puedo decir lo que quiera y ella sabe casi todo lo que pienso sin que tenga que abrir la boca. ¡Pero aquí! Hay cosas que tienes que pensar, cosas que tienes que decir. Cosas que definitivamente no puedes decir por que la gente te odiaría.
Tienes que pensar que Daisy es la chica más bonita del último año y la más popular. Tienes que pensar que definitivamente le van a dar el papel en la obra que van a hacer en Navidad. Ojalá pudiera ir a la audición, es un musical, pero se que no tiene caso.
También hay que burlarse de los maestros y ponerles apodos. Es bastante divertido pero no me lo esperaba.
Enserio no hay que empezar una discusión en la sala común. Me enteré el otro día cuando estábamos hablando de un chico, Sam, de quien yo realmente pensaba que era muy dulce. Todos los días me pregunta cómo estoy y que le gusta mi ropa, aunque yo sé que él sabe que es la misma del día anterior. Bueno, incluso pensé que le gustaba hasta que Samara me hablo de él.

-Sam conoció a un nuevo tipo de la escuela superior de la ciudad, los vi juntos. Es encantador.

-¿Cuál Sam? -pensé que estaba hablando de alguien más, de alguno de sus amigos que todavía no conocía.

-¿Conoces a Sam Roberts? ¿De nuestra tutoría? Conocí a su nuevo novio el sábado pasado.

-¿Qué? ¿Es homosexual? ¿De verdad? ¡Que asqueroso!
Hablé en voz fuerte y toda la sala se quedó en silencio. No sabia que había dicho mal. Alguien se burló del otro lado de la sala común.

-¿Qué? ¿Eres homofóbica o algo así? -me retó Daisy.

Yo no sabía qué era eso y miré a Samara esperando que me explicara.

-¿Odias a los gays? -dijo, lanzando miradas a los demás.

-Pues, son sucios, ¿no? Es como... Ya sabes, lo que hacen es completamente perverso. Es un pecado -había escuchado a mi padre predicar al respecto. La mayoría de las veces no lo escucho pero esa vez si le puse atención. Debería de haber sabido que no tenia que repetir nada de lo que hubiera oído en la iglesia o en la mesa de mi padre pero las palabras se me habían escapado antes de que tuviera que recordar que tenia que mantener la bocota cerrada. Recorrí la sala buscando a Rebecca para ver si ella me había escuchado y para que fuera a rescatarle pero estábamos en el colegio y eso dignificaba mantenernos alejadas.

-¡Pero Dios! ¿De qué planeta eres? -dijo Daisy despectivamente, sacudió la cabeza y me miro con una mirada que había visto que les lanzaba a otros de quienes pensaba que eran raros, estúpidos o feos. Entonces me reí y me obligué a mirarla a los ojos.

--¡Dios mio! ¡Era broma! -grité -. ¡Por supuesto que no odio a la gente gay! ¡solo estaba jugando! - nadie parecía convencido así que hice todavía más énfasis -. Claro que sabía que Sam era hay, él mismo me lo dijo. Entonces ¿Su novio si es muy guapo?
Samara asintió y me echo la mano describiéndolo y yo hice exclamaciones de gusto y suspiré de alivio cuando mis cachetes recuperaron su color normal. Pero me mordí la lengua el resto del día y me fije que nadie murmurar a a mis espaldas. También he sido especialmente agradable con Sam y me he asegurado de que Daisy haya olvidado lo que le dije, por el momento lo pasé al fondo de mi mente junto con un montón de otras cosas que no voy a resolver ahora mismo.
Y si me cae bien Sam. No solo estoy fingiendo. Es lo opuesto a lo perverso. Es otra de las equivocaciones de Roderick Kinsman.
De ahora en adelante voy a pensar antes de hablar. Copio lo que los demás dicen y hacen y me amoldo a eso.
Craig se va de pinta bastante seguido. Yo todavía no me he atrevido, pero una vez que sea su novia voy a ver qué se siente. No me escapé de la vicaria solo para sentarme en un salón de clases todo el día y morirme de aburrimiento. Hasta Rebecca lo odia. Pero desde el principio ella no quería venir. No sé qué quería, cómo se imaginó que nos íbamos a librar de ellos. Debería de agradecerle en vez de hacerme la ley del hielo. Yo he hecho lo que puedo para ser amable, pero ella es la peor berrinchuda. Bueno, ahora tengo nuevos amigos así que qué importa.
En la noche vamos a ir al bar. Me robé los cien perros del bolso de mi madre; no ha dicho nada, pero se ha de haber dado cuenta por que era todo el dinero que tenía. Caig me dio mi identificación falsa hoy. Está padrísima. Voy a ir a casa de Daisy a arreglarme y me dijo que me presta sus nuevos pantalones de mezclilla. Somos de la misma talla y tengo una blusa negra que me puedo poner. La encontré en el fondo de una de las bolsas de caridad y la lavé en el lavabo del baño cuando estaba segura de que todos estaban dormidos. Va a quedar bien. El plan para escapar de la cada es un poco preocupante pero pienso que si finjo tener dolor de cabeza y después me escabulló nadie se va a dar cuenta.
Rebecca no va a decir nada, también va a estar a favor. A él siempre le ha gustado más golpearla a ella.
Así que esta noche es la noche. Enserio tengo que encontrar la manera de que Craig se fije más en mí. Aunque Samara dice que definitivamente le gusto, es difícil decirlo. Es demasiado bueno. Tengo un nudo en el estomago y no se si reírme o vomitar. Para asegurarme de que me ayude tengo que contarle el secreto a Rebecca. No ha dicho nada pero puedo ver su mueca de desaprobación.

Triste corazón oscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora