-.Extraño besador.-

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Estaba acostumbrado a eso; estar caminando a solas por los pasillos de la escuela, sentir unas frías manos tapando sus ojos, antes de que lo inclinaran hacia atrás, hasta que su nuca se recargara contra un hombro, para después, sentir unos labios posarse sobre los suyos, moviéndose con delicadeza, soltura, cariño, deseo y lascivia.

De hecho, se alejaba de todas las personas varias veces en el día, solo para recibir un beso.

Aun recordaba a la perfección el primer beso que recibió de aquel extraño; porque si, sabía que era un hombre...



Caminaba tranquilamente por los pasillos de la escuela, buscando a su novio, quien le había dicho que le buscara apenas terminara el examen de cálculo, y eso estaba haciendo.

En el momento que giró en un pasillo, sintió una mano cubrir sus ojos, haciéndole sonreír y estremecerse..., las manos estaban demasiado frías.

Sintió a la persona posarse frente él, sin apartar la mano de sus ojos.

Soltó una risa casi sin notarlo, con los ojos cerrados tras la gran mano.

— ¿Liam, amor, por qué cubres mis ojos? —preguntó, sin borrar la sonrisa.

Sintió una mentolada respiración contra sus labios, mezclándose con la suya; entonces, comenzó a dudar que fuera su novio.

Los labios del extraño se pegaron a los suyos con un rápido movimiento, succionando y lamiendo su labio inferior, casi de inmediato.

No evitó el gemido que escapo de su boca, al sentir los labios ajenos; y continuó con el beso, disfrutando de esos labios, lengua, saliva y dientes que no conocía, aferró sus manos a la playera del otro, moviendo su boca con desesperación, buscando más contacto que solo eso.

Tal vez, sonara muy cruel de su parte pero, Liam jamás en sus tres años de relación, le había hecho sentir ni una mísera pisca de lo que ese beso le estaba produciendo; las mariposas que sentía en el estómago al besar a Liam, podrían irse al carajo comparado con la guerra que estaba en proceso en aquel momento... sentía relámpagos, truenos, terremotos..., sentía absolutamente de todo...

Incluso se sentía excitado.

Sus pantalones comenzaban a apretar un poco, mientras él continuaba besando los exquisitos labios ajenos.

¡Mierda que solo era un beso y él estaba duro!

El extraño se separó lentamente de él, junto sus labios en un casto beso para, a continuación, alejar su mano lentamente pero, Niall no abrió los ojos, por alguna extraña razón, sabía que el extraño quería mantener su anonimato... y aquello hacia todo más bello y especial.

Contó hasta treinta, antes de abrir los ojos lentamente, encontrándose con la absoluta soledad de los pasillos.

Se llevó los dedos a los labios, sintiéndolos húmedos, así como un cosquilleo que le hizo sonreír; si cerraba los ojos, aun podía sentir los labios del otro contra los suyos.

— ¿Niall? —le llamaron a su espalda—. Te estaba buscando, amor.

Bajó su mano lentamente, antes de girar y encontrarse de frente con su lindo y castaño novio.

—Lo siento —dijo, con una pequeña sonrisa—. También te buscaba.

Liam le sonrió, antes de tomar su mano y, entrelazando sus dedos, comenzar a caminar hacia la cafetería; con un rubio al pensando en el beso de hacía unos minutos.

Besos a escondidas [Ziall]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora