.- Estupido besador-.

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Una semana completa y no Niall no había recibido ni un puto beso.

Se encontraba caminando hacia el salón de matemáticas, sintiéndose más decaído que los otros días; comenzaba a deprimirse verdaderamente.

¿Había hecho algo mal, acaso?

Soltó un largo un suspiro.

¿Qué había pasado?

Desde el día de la nota, ya no había vuelto su extraño besador; y eso solo le deprimía, más y más... conforme iban pasando los días, iba perdiendo la esperanza de que volviera.

Tal vez, solo había sido un juguete para ese chico, tal vez solo quería divertirse y lo que decía la nota no era verdad, tal vez su extraño besador nunca estuvo enamorado y solo quería entretenerse con algo, y ese algo había resultado siendo él.

Un nuevo suspiro escapo de su boca.

Lo mejor sería darse por vencido ese día, y volver a intentarlo al día siguiente, mientras todos estaban en el partido de futbol, gritando el nombre todos, además de las groserías cuando alguno se equivocaba, o cuando comenzaban a pelear dentro del campo... sí, tal vez era la mejor idea.

Estaba por girar en una esquina, cuando sintió una fría mano posarse sobre sus ojos, sacándole una sonrisa de inmediato; aspiro ese conocido olor que no sabría cómo describir, que le hizo sentir euforia.

Cerró los ojos con fuerza, antes de girar sobre sus talones, quitando la mano de sus ojos, y haciendo un extraño puchero, ofreciendo sus labios.

Sabía que se veía como todo un regalado pero, a la verga con eso, había añorado los besos del otro por una puta semana.

Una exquisita risa resonó por el solitario y silencioso pasillo, logrando acelerar aún más su corazón y estremecerle de pies a cabeza.

El chico anónimo le rodeo la cadera con ambos brazos, pegando sus cuerpos de inmediato, junto antes de pegar sus labios a los ansiosos del rubio, sacando un suspiro de alivio de parte del oji-azul.

Niall rodeó el cuello del otro con ambos brazos, pegándose aún más al cuerpo del otro, sintiendo los músculos y la estrecha cintura.

Se besaban con esa necesidad y deseo que ambos eran incapaces de controlar; esa hambre de mas, aun cuando estaban en la escuela.

El rubio se sintió levemente alzado, por lo que, de inmediato, dio un salto para rodear con sus piernas la cadera del otro; fue cuestión de segundos, antes de sentir como su espalda se estrellaba contra una de las paredes.

Metió sus dedos entre el sedoso y suave cabello del otro, gimiendo y dejando que se perdiera en la garganta del otro, quien se limitó a apretar su agarre contra sus muslos.

Mierda, Niall necesitaba más que eso; estúpida virginidad que le hacia excitarse por un simple beso.

Sus lenguas tenían una extraña y seductora danza en la boca del rubio, quien no dejaba de aferrarse al otro, tanto con las piernas como con los brazos, pegando sus cuerpos tanto como le fuera posible.

Todo era una mezcla de lenguas, saliva, dientes y manos acariciando al otro.

El aliento comenzó a faltarles en poco tiempo pero, ninguno quería separarse del otro; ambos se habían extrañado, mucho..., aun cuando solo se besaban, esa increíble sensación de sentirse completo con los labios del otro sobre los propios..., extrañaban eso.

El anónimo mordió el labio de Niall con fuerza al separarse de él, tan fuerte que ambos probaron la sangre del rubio, pero poco le importo a ambos.

Besos a escondidas [Ziall]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora