Capítulo 1: Reina

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-¡No! - reclamé mientras mi hermano mayor, Leon, tomaba mi teléfono celular y reia observando mis mensajes.
-Uhm... asi que se llama Ryan y tiene dos años más que tu, va a tu escuela y es líder del equipo. -Chasqueo la lengua y me devolvió el aparato- no te conviene, Ems, eres mejor y mereces más que el estereotipo HIGH SCHOOL MUSICAL.
Estaba por reclamar cuando sonó el timbre y él me guiñó un ojo antes de correr hasta la puerta de entrada para recibir a Emma, su novia.
Esta noche habría una cena y ella lamentablemente estaba invitada.
Jamás la traté mal ni lo intentaría, mi hermano la amaba pero yo tenia un presentimiento con ella y sabia que no era una buena persona, la manera en que lo controlaba y que hablaba me generaba un rechazo inexplicable.
Celos decia mi madre.
Debia ser.
Mi hermano mayor y yo éramos muy unidos y siempre contaba con él.
Esperaba que fuera sólo eso.
Un mal presentimiento.
Al llegar la noche la cena fue servida y estando mis padres, Emma y Leon a la mesa, la tensión entre mi madre y ella se hacía más evidente.
Bueno, para todos menos mi hermano quien se puso de pie para brindar.
-Bueno...-comenzó- me encanta estar aquí con mi familia y la mujer que amo... mi futura esposa.
Sabiamos hacia un año que se casarian en dos meses y mientras más se acercaba la fecha, más difícil era hacerme a la idea de que mi hermano se iria de casa pero se lo veia feliz.
Entonces continuó:
-Dado la cercanía de la boda he decidido que la madrina del casamiento sea Emily, quien bajo consentimiento de mi madre estará junto a mi en el altar- Leon me sonrio y mis ojos se llenaron de lágrimas de emoción al sentirme elegida por mi hermano por sobre nuestra madre.
El rostro de mi futura cuñada se contrajo en una mueca y noté como pateaba por debajo de la mesa a Leon.
Ellos continuaron hablando de otras cosas referentes al evento cuando mi teléfono sonó y yo atendi.
Era Ryan, mi amor platónico quien por fin me invitaba a tomar algo al salir de la facultad.
Yo estudiaba diseño de indumentaria y él estudiaba abogacia, saliamos a horarios similares y pensamos en ir a Central Park con una orden para llevar de Starbucks.
Todo parecía perfecto.
Era una reina en mi hogar.
¿Qué más podía pedir de la vida?

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